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Bolsonaro llama a ´liberar Brasil de la corrupción y la criminalidad´

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«Vamos a unir al pueblo, a valorar la familia, respetar las religiones y nuestras tradiciones judeo-cristianas, combatir la ideología de género, conservando nuestros valores», proclamó el presidente Bolsonaro.

El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, prometió ayer en su discurso de investidura liberar al país de los males que a sus ojos lo sumieron en «la mayor crisis ética y moral de su historia».

 

«Convoco a cada uno de los congresistas a ayudarme en la misión de restaurar y volver a erguir a nuestra patria, liberándola definitivamente del yugo de la corrupción, la criminalidad, la irresponsabilidad económica y la sumisión ideológica», proclamó ante el Congreso el exmilitar, de 63 años, convertido en el 38º presidente de la mayor potencia latinoamericana.

Bolsonaro propuso un «pacto nacional entre la sociedad y los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial» para cumplir con un programa conservador en lo social, y liberal en lo económico.

«Vamos a unir al pueblo, a valorar la familia, respetar las religiones y nuestras tradiciones judeo-cristianas, combatir la ideología de género, conservando nuestros valores», proclamó.

«Brasil volverá a ser un país libre de amarras ideológicas», sentenció.

Bolsonaro, que durante sus casi tres décadas como diputado tuvo frecuentes exabruptos racistas, misóginos y homófobos, se dijo decidido a «construir una sociedad sin discriminación ni división». 

En un discurso posterior ante miles de partidarios reunidos frente al palacio presidencial de Planalto, afirmó que su llegada marca «el día en que el pueblo empezó a liberarse del socialismo, a liberarse de la inversión de valores, del gigantismo estatal y de lo políticamente correcto».

Desplegando una bandera verde-amarela de Brasil junto a su vicepresidente, el general retirado Antonio Hamilton Mourao, proclamó: «Esta es nuestra bandera, que nunca será roja», levantando una ovación de los asistentes, que lo aclamaron al grito de «¡Mito! ¡Mito!».

Bolsonaro venció las elecciones de octubre con 55% de los votos, tras una campaña en la cual no solo fustigó al Partido de los Trabajadores (PT, izquierda y de bandera roja), que había ganado los cuatro comicios anteriores, sino también a un sistema político identificado con grandes escándalos de corrupción que afectaron a casi todos los partidos.

El expresidente Luiz Inácio Lula da Silva (2003-2010), del PT, purga desde abril una pena de 12 años de cárcel y el mandatario saliente, el conservador Michel Temer, es objeto de tres denuncias por parte de la Fiscalía General.

Tanto en el Congreso como frente al palacio, Bolsonaro agradeció a Dios por haber sobrevivido a la puñalada en el abdomen que durante la campaña le asestó un exmilitante de izquierda.

El presidente estadounidense, Donald Trump, felicitó a Bolsonaro en un tuit por su «gran discurso» y afirmó: «¡Estados Unidos está contigo!».

Bolsonaro, a quien suele llamárselo «el Trump tropical», no tardó en agradecerle por la misma vía: «¡Juntos, bajo la protección de Dios, aportaremos prosperidad y progreso a nuestros pueblos!», escribió.

En una nota publicada la semana pasada, el PT alegó que «aunque el resultado de las urnas es un hecho consumado, no representa un aval a un gobierno autoritario, antipopular y antipatriótico, marcado por abiertas posiciones racistas y misóginas, declaradamente vinculado a un programa de retrocesos de civilización».

BRASILIA AFP

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