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“Un mundo que mira al futuro sin mirada materna es miope”

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El Papa ha determinado que un mundo que mira al futuro «sin mirada materna es miope» ya que «los beneficios» aumentan, pero no se sabe ver «a los hombres como hijos». 

«Tendrá ganancias, pero no serán para todos. Viviremos en la misma casa, pero no como hermanos. La familia humana se fundamenta en las madres. Un mundo en el que la ternura materna ha sido relegada a un mero sentimiento podrá ser rico de cosas, pero no de futuro», ha lamentado. 

Francisco ha realizado estas consideraciones durante la homilía de la misa que ha celebrado este primer día del año, cuando la Iglesia celebra la 52 Jornada Mundial de la Paz que abre el 2019 con el lema: «La buena política está al servicio de la paz».

El Papa ha defendido en este mensaje la importancia de que los políticos protejan los derechos de los más vulnerables de la sociedad e insten al «diálogo entre los actores de la sociedad, entre las generaciones y entre las culturas». El Papa ha expresado sus deseos de paz para todos los pueblos y para las naciones del mundo y que marcará la línea diplomática de la Santa Sede durante todo el año que viene. 

En su primera homilía del año, el pontífice también ha advertido de las actitudes de quienes «hoy van por su propia cuenta, pierden el rumbo, se creen fuertes y se extravían, se creen libres y se vuelven esclavos». «Cuántos, olvidando el afecto materno, viven enfadados e indiferentes a todo. Cuántos, lamentablemente, reaccionan a todo y a todos, con veneno y maldad», ha especificado. 

Así ha lamentado que «mostrarse malvados» parezca incluso «signo de fortaleza» aunque ha concretado que «es solo debilidad». Y ha agregado: «Necesitamos aprender de las madres que el heroísmo está en darse, la fortaleza en ser misericordiosos, la sabiduría en la mansedumbre. Dejémonos tomar de la mano. Las madres toman de la mano a los hijos y los introducen en la vida con amor». 

De este modo, ha considerado que hoy existe una «vida fragmentada» donde se corre el riesgo de «perder el hilo» y donde «el abrazo de la Madre es esencial». «Hay mucha dispersión y soledad a nuestro alrededor, el mundo está totalmente conectado, pero parece cada vez más desunido», ha especificado. 

Por ello, ha pedido a los católicos a que se aferren a la Madre de Dios para superar «los recodos más estrechos de la historia». Y ha añadido: «Llévanos de la mano para redescubrir los lazos que nos unen. Reúnenos juntos bajo tu manto, en la ternura del amor verdadero, donde se reconstituye la familia humana». 

Asimismo, ha considerado que la fe es un «vínculo con Dios» que «involucra a toda la persona, y que para ser custodiado necesita de la Madre de Dios». Para el Papa «más allá de los límites y de las orientaciones de cada uno», la mirada materna ayuda a saberse «hijos amados en el pueblo creyente de Dios». Y finalmente ha agregado: «La Virgen nos arraiga en la Iglesia, donde la unidad cuenta más que la diversidad, y nos exhorta a cuidar los unos de los otros. La mirada de María recuerda que para la fe es esencial la ternura, que combate la tibieza». 

 

Roma Europa Press

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