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La mató frente a dos de sus hijas

En lo corrido de 2017 en Ibagué, cuatro mujeres han sido asesinadas y los agresores fueron sus parejas y exparejas. El último hecho fue en el barrio La Gaviota.

“Amar, no es dejar que te maltraten”, fueron las palabras de Lina Marcela Cañón Suaza a través de su cuenta de Facebook en enero de 2014. Cañón, habría querido dar a conocer lo que estaba viviendo, pero nunca denunció su caso ante la Fiscalía o Policía. Tres años después, en la misma red social sus familiares y amigos dieron a conocer su asesinato en el barrio La Gaviota. El agresor se entregó al Cuerpo Técnico de Investigación, CTI, y al identificarse dijo ser José Arnovel Tapiero Bernal, esposo de la occisa.

El sábado en la tarde llegó al búnker de la Fiscalía Tapiero Bernal quien le confesó a un investigador que había asfixiado a su compañera sentimental. Como evidencia llevó al funcionario del CTI a la parte alta de La Gaviota donde había dejado el cadáver de la mujer en zona boscosa.

Se contactó a Laura Cañón, quien contó que su hermana, el pasado martes se fue a vivir con su papá al barrio Venecia, Sur de Ibagué, porque había decidido terminar con Tapiero Bernal, con quien convivía en la casa de los suegros en La Gaviota.

“Él (Tapiero Bernal) la amenazaba y nosotros le advertimos que lo denunciara y ella decía que no por las intimidaciones y por las niñas. Pero la determinación del martes fue porque presentía que algo grave pasaría”, contó Laura Cañón.

La premonición de Cañón se cumplió el miércoles cuando Tapiero Bernal llegó a las 7:30 de la mañana a la residencia de su suegro: “le prometió a mi papá que a Lina no le pasaría nada, que solo iban por la ropa de las niñas”.

Ambos se fueron y llegaron a la vivienda de La Gaviota donde estaban las niñas de dos y cinco años. Los cuatro caminaron a la parte alta del barrio donde supuestamente Tapiero arrendaría un cuarto para apartarse de sus padres con quienes convivía.

Horas después, el hombre regresó con las menores y sin Cañón, la mamá le preguntó por su nuera y respondió que la había dejado en el paradero porque se había ido a trabajar con el papá.

El jueves el progenitor de Cañón decidió ir a buscarla, porque presintió algo malo: “fuimos a preguntar por mi hermana y le pregunté a la niña y dijo, ‘tía mi papá llevó a mi mamá arriba y le puso un cuchillo en el cuello y la tiró a un hueco’, eso me contó la niña de cinco años”, aseguró Cañón.

La pequeña caminó con el abuelo por la zona donde vio a su padre matar a su mamá, pero no encontraron nada. Ante la información entregada por la infante, el viernes en la mañana denunciaron la desaparición de Cañón Suaza. Al día siguiente, sábado, Tapiero se entregó y reconoció el hecho.

 

ANTECEDENTES SIN DENUNCIAS

Al preguntarle a Laura Cañón, si Tapiero maltrataba físicamente a su hermana, argumentó: “los vecinos nos comentaban que él la maltrataba mucho”.

Casos como este, se repiten a diario en Colombia. El informe anual entregado por el Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses, señala los factores más comunes que manifestaron las víctimas como desencadenantes de la agresión de sus parejas.

El 57.8 por ciento de los hombres y el 47.2 por ciento de las mujeres respondió que se debieron a intolerancia y machismo, mientras que el 35.8 por ciento de las mujeres y el 30.3 por ciento de los hombres señaló los celos, la desconfianza y la infidelidad como causas de las agresiones.

 

DATO

De los 50.707 casos de violencia de pareja registrados en el año 2016 en Colombia, el 86 por ciento fue por violencia contra la mujer con una tasa de 213,48 por cada 100 mil habitantes. Aunque esta violencia se presenta en ambos sexos, continúa siendo la mujer la más afectada.

 

Tomado de El Nuevo Día

 

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