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Electricaribe,  divide y …

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Ante el riesgo de la interrupción de un servicio esencial,  la intervención de Electricaribe evitó el apagón en la Costa y este solo hecho justificó la decisión.

En dos años se dedicaron muchas horas de trabajo en la propuesta de la solución estructural de la compañía. El documento elaborado por la Financiera de Desarrollo Nacional FDN con el apoyo del equipo de profesionales de Electricaribe planteó la búsqueda de un operador inversionista sujeto a un minucioso plan de inversiones sin trasladarle a este las deudas excepto las laborales y pensiónales.

El Gobierno Nacional, en su legítimo propósito de superar la crisis, ha decidido reiniciar los estudios explorando la división del mercado para ambientar la participación de más de un operador inversionista y asumir directamente el pasivo pensional. Sin embargo sobre esta alternativa ya se había trabajado concluyendo que esta no agrega valor. Lógico, si un problema se divide en dos, el resultado serán dos problemas.

El estudio debe concentrarse, antes de dividir o no el mercado, en determinar si el negocio de distribuir y comercializar energía en la costa Atlántica es rentable y atractivo para un inversionista, teniendo en cuenta la tarifa, los costos de operación, monto de las inversiones y número de clientes.

Si el análisis financiero concluye que el negocio no es rentable entonces el Gobierno Nacional tendrá que asumir, además del pasivo pensional, parte de las inversiones o subsidiar aún más a los clientes de escasos recursos. Por el contrario, en caso de ser rentable, tendríamos pluralidad de oferentes.

El inconveniente es que el tiempo no juega a favor de la solución porque los costos para mantener el servicio se incrementan y la deuda que adquiere la empresa para comprar energía en época del fenómeno de El Niño se hace cada vez mayor.

Desde mucho antes de la intervención de Electricaribe en noviembre de 2016, los ingresos  no alcanzan para  pagar la energía que distribuye y mucho menos para hacer las inversiones en la infraestructura. De hecho, la Superservicios  gestiona un nuevo crédito por 400 mil millones de pesos, adicionales a los 400 mil ya girados a la empresa durante el proceso de intervención solo para la compra de energía y se teme que este monto, por la tendencia alcista de los precios del kilovatio transado en la bolsa de energía, apenas alcance para los primeros tres meses del 2019.

Esos recursos son distintos a los 860 mil millones de pesos aprobados por los documentos CONPES en el 2017 y 2018 para las inversiones en la infraestructura, recursos que después de dos años aún no se desembolsan ni ejecutan, generando un progresivo incremento en las pérdidas de energía que al cierre de 2018 supera el 24%.

Lo que importa ahora es la solución definitiva y no hay certeza que esta se consiga haciendo borrón y cuenta nueva.

 *Ex Agente Interventor de Electricaribe

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