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Brasil la tiene ‘fácil’ y Argentina a ‘remar’ en el arranque de la Copa América

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Ambas conocieron tiempos mejores y llegarán a la Copa América-2019 obligadas a rescatarlos, pero mientras a la anfitriona Brasil el sorteo le puso un grupo que es una pista de despegue, para la urgida Argentina no habrá descanso desde que pise el país vecino más presionada que nunca.

Todavía aguardando una señal de Messi, a la albiceleste tampoco se le aclaró el horizonte el jueves en Rio, cuando la suerte le lanzó al grupo de la muerte, junto a la peligrosa Colombia, la nueva Paraguay de Juan Carlos Osorio y la invitada Catar.

Presionada por un bloqueo que le tiene 26 años sin un título absoluto, el nuevo proyecto de Lionel Scaloni precisa reaccionar y tendrá que hacerlo rápido, ya que su puesta de largo será precisamente ante los cafeteros el 15 de junio en Salvador.

Si los fracasos recientes -con cuatro de las últimas cinco decisiones continentales perdidas, o la caída ante Alemania en la final del Mundial-2014- habían dejado a los argentinos con poco margen de error, el sorteo aún lo hizo más estrecho. 

«No estamos en condiciones de decir que somos favoritos porque ahora mismo estamos en proceso de consolidación (…) Pero sí vamos a dar lucha y pelearemos con todos», prometió el seleccionador. 

Tras el estreno, Argentina viajará a Belo Horizonte para medirse con Paraguay el 19 de junio y cerrará la primera fase ante Catar el 23 en la sureña Porto Alegre.

No pasar como primera de grupo le daría, además, otro dolor de cabeza: poder cruzarse con Brasil antes la final del 7 de julio en el Maracaná. Si la Seleçao lidera su asequible llave, la albiceleste clasifica segunda y ambas superan los cuartos, se encontrarían en semifinales. Y, para añadirle morbo, en el mismo Mineirao donde la Canarinha vivió la debacle del 7-1 contra Alemania en 2014. 

No todo es oscuro, sin embargo, para esta Argentina que pretende resurgir volviendo a las raíces que le erosionaron los fracasos.

Ausente de la selección desde el bochorno de Rusia, las señales que llegan del entorno de Messi son positivas y pocos imaginan a la Pulga viendo por televisión cómo su Argentina se juega la vida en casa de los archirrivales.

«Cuando llegue la hora hablaremos con él, tenemos buenas sensaciones. Ojalá pueda estar», deseó Scaloni, quien dijo que conversarán antes de las fechas FIFA de marzo.

 

Todo o nada

Incluso en Brasil, ayer pendientes de nuevo del pie de Neymar, quieren que Messi esté en su Copa. Así lo desearon Ronaldinho o Tite, uno de los hombres más observados el jueves en Rio, donde el sorteo dejó a la Seleçao en el benevolente grupo A junto a Bolivia, Venezuela y Perú.  

Casi un mesías durante las eliminatorias al Mundial, cuando su éxito al rescate de Brasil le hizo indiscutible, la decepción de Rusia puso al técnico en el disparadero y todo lo que no sea levantar la Copa en el Maracaná podría hacer su permanencia insostenible. 

Él lo sabe bien, y así lo ha reconocido en varias ocasiones, aunque el jueves trató de aligerar la carga.  

«[Estoy] obligado a tener un gran rendimiento. Miro para atrás y tengo 14 títulos. Tengo la obligación de ser alguien digno, correcto y competente, de buscar estilos diferentes. De resultados, no», defendió. 

La presión, sin embargo, será enorme para un grupo que deberá enfrentarse al fantasma del Mundial-2014, y que no supera los cuartos de una Copa América desde su última victoria en 2007. 

Con ‘solo’ ocho trofeos (lejos de los 15 de Uruguay y los 14 de Argentina), el último recuerdo de la competición es especialmente gris para la Seleçao, eliminada en la fase de grupos en 2016 tras caer ante Perú -a la que volverá a enfrentarse ahora-, sin Neymar y con una imagen lamentable que le costó el puesto a Dunga. 

Por eso Tite, que llegó después, no quiere confianzas.

«No puedo ser imprudente y pensar que vamos a tener facilidad. Cada situación tiene su momento. No sé cómo [los rivales] se están transformando y fortaleciendo. Vamos a esperar», valoró tras el sorteo.  

 

Equilibrio

Mucho más parejo está el grupo C que enfrentará a la temible Uruguay con la actual bicampeona Chile, Ecuador y una crecida Japón. 

Esta llave ofrecerá, además, uno de los duelos más atractivos del calendario cuando el 24 de junio, y con el Maracaná de escenario, chilenos y uruguayos pongan 17 títulos en campo para cerrar la fase de grupos.

Por ello, el veterano Maestro Tabárez ya no quiere hacer más cálculos, sino que empiece el juego.  

«No creo en los grupos fáciles o en los grupos difíciles. ¿Cuál es el grupo fácil?», lanzó el seleccionador celeste, campeón en 2011. 

La respuesta, a partir del 14 de junio en Brasil.

 

AFP   

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