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“Comisión buscará la verdad pese al miedo de testigos”: Francisco De Roux

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Conseguir la verdad histórica y humana a través de testimonios de víctimas de la violencia en el país es quizá el reto más desafiante para construir un relato que conmocione a los colombianos y logre la no repetición del conflicto. 

En esto trabajará por tres años la Comisión de la Verdad, cuyo presidente es el sacerdote jesuita Francisco De Roux Rengifo, quien explicó que a partir de los testimonios se formulan preguntas de fondo para conversar con las comunidades y así se encare seriamente la violencia.

Esas conversaciones ya se están dando en distintas regiones del país, también en Cartagena y Bolívar, con escenarios seguros para que desaparezca el miedo del soldado que quedó sin una pierna por una mina antipersona, del empresario secuestrado, de la madre que después de 14 años sigue buscando a su hijo policía, de la mujer víctima de violencia sexual, de todos.

Esas víctimas que no solo cuenten sus afectaciones y las debidas consecuencias, sino que ayuden a comprender por qué pasó todo el conflicto para la no repetición, sin generar odios.

“La comisión es parte del Sistema integral de Verdad, Justicia, Reparación y no Repetición que formamos con la Justicia Especial para la Paz (JEP) y la Unidad para la Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas. Así como la JEP tiene que establecer la verdad jurídica, es decir, quiénes fueron los responsables de los crímenes de guerra y crímenes de lesa humanidad durante el conflicto colombiano, y definir quiénes son culpables, a nosotros nos corresponde la verdad histórica y la verdad humana dentro del conflicto”, explicó De Roux Rengifo.

Además, agregó que la comisión es responsable, no solo de buscar el esclarecimiento de la verdad de lo que pasó en el conflicto, es decir, contar la verdad de lo ocurrido, pero que al irla buscando no acreciente las rivalidades, odios y señalamientos, sino una verdad que ayude a comprender lo ocurrido y que los colombianos se reconcilien.

En lo que se trabaja, desde que se lanzó la comisión en noviembre pasado, es en el reconocimiento de las víctimas y reconocimiento de responsabilidades voluntarias, persuadiendo a los responsables del conflicto a que acepten, en lugar de dañar la reputación. Igualmente, que la sociedad asuma las responsabilidades de la comisión, la cual trabajará por la convivencia en los territorios y, lo más complejo, la no repetición de lo que ya se está dando.

Ya hay ‘Casas de la Verdad’

Esta institución estatal, de carácter constitucional, ya tiene ‘Casas de la Verdad’ en la Amazonía, Putumayo, Arauca, Guaviare, Orinoquía, Cúcuta, Pacífico, Tolima, Valle del Cauca, zona cafetera, Antioquia; por supuesto en la región Caribe y el Magdalena Medio.

En la región Caribe son tres casas de la verdad: una en Barranquilla, otra en Valledupar y otra en Sincelejo.

“Ya recogemos testimonios de víctimas inteligentes en todo el país, el empresario secuestrado, los habitantes de El Salado que cuentan lo ocurrido, las familias de falsos positivos, las mujeres de la Corporación Rosa Blanca. Junto a esos, testimonios de responsables que han querido hablar con nosotros, sobre todo, los que fueron sentenciados y nos cuentan cómo fueron las cosas”, destacó el presidente de la comisión.

Entonces, detalló, con los testimonios se crean las preguntas que se conversarán con la sociedad, pero sin miedo, para comprender quiénes somos, por qué pasó y las perspectivas de futuro.

“Se pretendía que al terminar el conflicto con las Farc y, sellados los acuerdos, se iban a acabar las cosas, pero nosotros partimos de la repetición de lo que tenemos hoy en día”, resaltó.

Con lo ocurrido en los últimos dos meses, el atentado del Eln por ejemplo, la comisión tiene la experiencia de que hay miedo en las personas y la sensación de repetición de la barbarie en la confrontación armada, pero -dijo De Roux- se ha percibido que el miedo está de lado y lado. Es decir, de los responsables de crímenes, porque temen procesos jurídicos, y de las víctimas, porque temen que se expongan al peligro.

“De acuerdo a las circunstancias de las personas que escucharemos, creamos ambientes seguros. La comisión no puede dar a conocer de qué personas hemos recibido testimonios, a menos que las personas acepten y quieran que eso se conozca ante el país. Es más, tenemos facultades y privilegios como funcionarios, estamos exentos de comunicar qué criminal contó sus fechorías”, recalcó el presidente de la comisión.

Los protocolos de seguridad logística, para guardar documentos de investigaciones de autoridades del país, son impenetrables.

El jueves se reunieron con el gobernador de Bolívar, el procurador General de la Nación y el presidente de la Comisión de la Verdad con líderes en Cartagena para participar como ciudadanos para esclarecer la verdad.

Alianza con la Procuraduría
Este 7 de febrero la Procuraduría, la Defensoría del Pueblo y la Comisión de la Verdad se reunirán con los líderes de El Carmen de Bolívar, con el propósito de esclarecer los asesinatos y amenazas de líderes en los Montes de María.

“Tiene también el propósito de, escuchando a las comunidades, tratar de avanzar para comprender cuáles son los patrones o los contextos explicativos que permitan entender por qué nos hemos visto en esta situación que es tan dolorosa para el país”, expresó el padre.

Y es que precisamente el procurador ha insistido en que el problema no se solucionará, si no se protege con cuidado a los organizaciones sociales que tienen las personas.

Siendo que los pobladores tienen la información, tienen formas de protegerse unidos, pero necesitan tener el acompañamiento del Estado local, especialmente de alcaldes y sistemas de protección municipal. Esta reunión en El Carmen de Bolívar es la continuación de una serie de reuniones que se realizan entre el Ministerio Público y la comisión para el esclarecimiento de la Verdad.

“Con la Procuraduría avanzamos en una propuesta que nace de la comisión y que consiste en que estos tres años pongamos de nuestra parte para que el país enrostre los grandes problemas que, sobre todo, los sectores dirigentes de la sociedad, a nuestro juicio, no han encarado seriamente. Y al no hacerlo, se repiten”, precisó De Roux.

¿A qué tipo de problemas se refiere?, el narcotráfico y la guerra, la legalización de los títulos de tierra, el paramilitarismo y la corrupción con su vinculación con la guerra.

Por ejemplo, detalló el sacerdote, si se creía que el cartel de las Farc era el más grande de Colombia e, incluso del mundo, hace dos años que desapareció el grupo y se disparó la coca y el negocio de la cocina, siendo uno de los aceleradores de la demanda agregada y entrando en el Producto Interno Bruto (PIB).

“No se ha hecho el catastro general del país, ni se ha enfrentado, hay muchas peticiones de campesinos para recuperar las tierras que les fueron arrebatadas. Tenemos el caso de muchos líderes muertos por causa de la búsqueda de sus derechos de tierra”, dijo.

Es necesario, para la comisión, clarificar por qué el antiguo paramilitarismo se sigue transformando en réplicas con nombres distintos, por qué se mantiene en el país y cuáles son las vinculaciones con organizaciones del Estado.

El reto que tiene este sacerdote jesuita, filósofo y teólogo con maestría y doctorado en Economía, es mirar a través de los testimonios de las personas, enfrentar todos los problemas y que se conozca a fondo lo que sucedió en cada rincón del país, para una verdadera reconciliación.

CARTAGENA (El Universal).

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