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«Chalecos amarillos» manifestan dispersos en Francia a tres meses del movimiento

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Varios centenares de manifestantes del movimiento de los «chalecos amarillos» se concentraron este sábado en París y en el este de Francia, a tres meses del inicio de esta protesta social contra las políticas del gobierno del presidente Emmanuel Macron.

Hacia las 10h00 GMT, varios cientos de manifestantes se concentraban en calma en la capital francesa sobre la plaza de l’Étoile (arco de Triunfo) en la famosa avenida de los Campos Elíseos, constató un periodista de la AFP.

La concentración, fuertemente vigilada por las fuerzas del orden, se desarrollaba en un ambiente tranquilo, a pesar de algunos silbidos, bengalas de humo y cánticos hostiles contra el presidente francés («Emmanuel Macron, venimos a buscarte a tu casa»).

En París, está previsto que la movilización se extienda durante todo el fin de semana, para celebrar el domingo el tercer mes del nacimiento de este movimiento.

«En cada uno de los dos días, no deben descartarse concentraciones informales y marchas espontáneas», advirtió la prefectura de Policía de París.

En el este de Francia, los «chalecos amarillos» volvieron a reunirse en las rotondas de los pueblos y ciudades, que ha sido uno de los modos de acción del movimiento, en varias localidades del departamento de Meurthe-et-Moselle (noreste). En Estrasburgo (este), unos 110 «chalecos amarillos» participaron en la única concentración prevista este sábado por la mañana, según la policía.

El sábado pasado, 51.400 manifestantes se movilizaron en toda Francia, una cifra de nuevo inferior a protestas anteriores, y hubo algunos incidentes, como en París, donde un manifestante perdió cuatro dedos de una mano por el estallido de un artefacto aparentemente lanzado por la policía.

Sin embargo, el movimiento rechaza que estén debilitados, y sólo concede que ha habido un estancamiento de sus fuerzas.

Este movimiento inédito, lanzado el 17 de noviembre y que se gestó en las redes sociales para protestar contra un nuevo impuesto al combustible, llamado «ecológico», se expandió por toda Francia y obligó al gobierno a tomar medidas sociales y lanzar un gran debate nacional.

Los «chalecos amarillos» fueron sumando múltiples reivindicaciones, que van desde una mejora del poder adquisitivo a una mayor justicia social y fiscal, pasando por una democracia más horizontal o la exigencia de referendos ciudadanos.

La protesta, que contó con un amplio apoyo popular al principio, ahora se empieza a desmoronar: por primera vez, la mayoría de los franceses (56%) quiere que se detenga la movilización, según un sondeo de Elabe publicado el miércoles.

 

AFP

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