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«La implementación del proceso de paz es más desafiante de lo que se pensaba»

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Para estas fechas, hace un año, Patricia Llombart llegaba a Colombia para asumir el cargo de Embajadora de la Unión Europea en el país. Tiempo que, en sus palabras, ha resultado “intenso”, donde su trabajo se ha enfocado en la implementación del proceso de paz, con subidas y bajadas.

Su objetivo, desde que llegó, continúa siendo el mismo: pisar cada una de las regiones del país. Antioquia, Bolívar, Valle del Cauca, Nariño, Putumayo y los Espacios Territoriales de Capacitación y Reincorporación (ETCR) se han ido sumando a los lugares visitados por Llombart y donde ha procurado apoyar y visibilizar la Colombia rural golpeada por el conflicto armado, que hoy busca escribir distintos capítulos en el camino de la construcción de la paz. De esto y más, la Embajadora de la Unión Europea para Colombia habló con Colprensa.

¿Qué expectativas tenía de Colombia cuando conoció que vendría a este país?

Cuando me enteré de que sería destinada a Colombia para representar a la Unión Europea sentí una gran alegría. Para mí ha sido una de las mejores noticias que he recibido a lo largo de mi carrera profesional. Tenía bastante curiosidad por venir a Colombia, porque sabía que este era un país con quien la Unión Europea tiene relaciones muy estrechas y además está el punto de que hace un año iniciaba la implementación del Acuerdo de Paz. A esto se suma, que también quería conocer a su gente, porque me habían dicho que era maravillosa, hospitalaria, alegre y resiliente, combinada con la naturaleza espectacular que posee este país.

 

Antes de ser destinada a este país, ¿ya conocía de Colombia?  

Estuve aquí hace 19 años, en una visita muy rápida. Para ese entonces, el país era comandado por el  presidente Ernesto Samper y en ese momento yo trabajaba con el vicepresidente de la Comisión Europea que llevaba las relaciones con América Latina. Un día hicimos un viaje a la Sierra Nevada de Santa Marta, allí teníamos que firmar un convenio con las comunidades indígenas y recuerdo que no pudimos aterrizar en este lugar por los problemas con la guerrilla. Entonces, bajamos a la playa en el helicóptero y se firmó, en un acto magnifico, el apoyo de la comunidad europea a estas comunidades indígenas de la Sierra. Ese momento me dejó un recuerdo maravilloso de Colombia.

De esos 19 años a ahora, ¿qué evolución ha visto en Colombia?

Colombia ha tenido una transformación total, fundamentalmente por la imagen renovada que adquirió el país y que ha mostrado al mundo con la firma del Acuerdo de Paz. Cuando iniciaron las negociaciones, la Unión Europea y la comunidad internacional las siguió con mucho interés. Tras la firma, el mundo sintió un gran soplo de esperanza porque esa acción marcó el camino de que sí es posible dejar atrás la violencia a través de la negociación y las soluciones políticas.

En el mundo, en estos momentos, hay muchos conflictos. Varios procesos de paz que se quedan por el camino, donde la paz no se consigue alcanzar, y creo que Colombia está siendo un ejemplo para el mundo de que se puede avanzar en la construcción de esta, que no es fácil, que tiene muchos desafíos, pero que es el camino, que además trae la seguridad tan ansiada por todos.

 

Paz

Precisamente, este año la implementación del proceso de paz ha estado en un sube y baja. ¿Cómo ve esta situación?

La implementación del proceso de paz es más desafiante de lo que en un principio se pensaba. Creo que muchos dieron por sentado que una vez se cerraban las negociaciones o se firmaba el acuerdo, la paz se había alcanzado de inmediato. Pero efectivamente, como en cualquier otro proceso, la implementación es mucho más complicada que la negociación en sí misma, incluso una negociación tan compleja como ha sido la de Colombia.

Otro de los ejes que he analizado es que en las regiones hay esperanza. Durante este año, he procurado viajar mucho a las regiones para conocer el país, pero también para ver directamente cómo la gente percibe el acuerdo de paz y ahí es donde realmente he podido encontrar una gran ilusión, un cambio fundamental para esta nueva etapa del país. Hay muchas expectativas por la implementación de la paz, pero también hay avances que se evidencian en territorios donde no hubiéramos podido ir hace unos cuantos años y eso se debe destacar como muestra del cambio. Las comunidades de estas regiones hoy destacan mucho el no vivir bajo esa enorme presión de un grupo guerrillero que les amenaza, les extorsiona, les mata, les desplaza.

¿Pero en medio de las dificultades ha podido ver avances?  

Realmente yo veo mucho progreso, y eso no quita que haya desafíos importantes, pero la transición de Gobierno ha sido muy positiva. Efectivamente, tienen puntos de vista diferentes en algunos elementos, pero permanece el compromiso con la implementación del acuerdo y de aumentar la presencia de la institucionalidad del Estado en las regiones.

Uno de los temas que por estos días ha sido tema de conversación es la sanción de la ley estatutaria de la JEP. ¿Cuál es la postura de la Unión Europea respecto a esto?

La comunidad internacional ha venido acompañando el sistema de justicia transicional establecido en los Acuerdos desde el principio. Consideramos que dar este paso es una gran contribución que Colombia puede hacerle a las víctimas y también a la comunidad internacional. El sistema de justicia transicional acordado provee un marco que debe dar la globalidad de verdad, justicia, no repetición y reparación, y en eso la Unión Europea ha acompañado a la JEP, a la Comisión de la Verdad, así como a la Unidad de Búsqueda de Desaparecidos. Estos tres ejes son fundamentales para dar garantías a las víctimas y también seguridad jurídica a quienes han decidido someterse a este sistema de justicia transicional. Confiamos que concluyan pronto todos los trámites necesarios, porque todo este proceso de la adopción de ley estatutaria para la JEP la va a dotar de mecanismos y procedimientos que den garantía de seguridad.

En dado caso de que no se llegue a sancionar la ley estatutaria, ¿qué vendría para Colombia?

Hipótesis no me gusta hacer. Nosotros confiamos en que se va avanzar y aprobar la ley estatutaria y que con ello vamos a tener un marco en el que se va a poder trabajar de una mejor manera, más organizada y con unos procedimientos claros.

En esa apuesta por la paz, ¿el Gobierno Nacional debería volver al diálogo con el Ejército de Liberación Nacional (ELN)?

Ante esto debo responder que, en primer lugar, condenamos rotundamente el atentado del ELN a la Escuela de Cadetes General Santander el pasado 17 de enero. No hay justificación para un atentado de esa naturaleza, para esa violencia. En segundo lugar, ante estas circunstancias comprendemos las decisiones que ha tomado el Gobierno de Colombia y confiamos que al final se pueda encontrar una solución política a este conflicto y desde luego hacer un llamado al ELN para que muestre con hechos concretos su voluntad de paz, la intención de diálogo que dicen tener. Ni el atentado del 17 de enero ni los atentados contra las infraestructuras que están destrozando al medio ambiente ni el atentado que vimos aquí en Nariño hace dos días contra dos policías marcan esa dirección de voluntad de paz.

Muchos afirman que paz no habrá mientras se siga con el asesinato de líderes sociales. ¿Cómo analiza este fenómeno?

Es un tema complicado, recetas mágicas para atender este tipo de situaciones no las tiene nadie. Hay muchas causas detrás de estos asesinatos, como lo es el tema del narcotráfico, otras economías ilegales y las luchas por los territorios. Lo que nosotros hemos evidenciado es que la gran mayoría de líderes sociales que están siendo asesinados es por su lucha en la defensa de los territorios o en la defensa de la sustitución de cultivos, temas de tierras principalmente, entonces es ahí donde el Gobierno Nacional debe empezar a hacer frente.

El otro día, participamos en la Comisión de Garantías, que estuvo presidida por el presidente Duque y allí se habló del plan de acción oportuna que fue aprobado, confiamos que la mesa de garantía ayude a identificar esas medidas adicionales para brindar protección y estabilidad a este grupo poblacional que está siendo atacado. Aquí también entran los indígenas, quienes han manifestado implementar la protección colectiva con sus propias guardias desde los diferentes municipios. En este tema se debe ir avanzando para que en este país las personas que quieran defender los derechos humanos y las causas de las comunidades, lo puedan hacer sin ver sus vidas amenazadas

 “Caminantes”

Otro de los temas que ha impactado al país es la migración venezolana. ¿Cómo analiza este fenómeno?

Lo primero a destacar es la generosidad de los países vecinos de Venezuela, de todos aquellos que no siendo víctimas están acogiendo a los migrantes venezolanos, en particular Colombia. Este es el país que más migrantes está teniendo, situación a la que se le suman los colombianos que un día partieron del país hacia Venezuela y que hoy regresan. Me parece que Colombia no estaba preparada para un regreso y una ola migratoria tan impactante, creo que ningún país lo está, pero lo ha afrontado adecuadamente. Pese a esto, la crisis humanitaria de Venezuela también genera un desafío importante, sobre todo en el corto plazo, porque son muchas personas que están llegando en condiciones muy precarias.

La evolución de la ola migratoria ha evidenciado que los primeros migrantes son siempre los que tienen más medios económicos. Pero a medida que va profundizándose la crisis en Venezuela vemos gente con menos medios, cambiado así el patrón de la migración. Anteriormente, los caminantes que se veían eran fundamentalmente hombres y a partir de octubre-noviembre del año pasado se han empezado a ver mujeres, niños y personas mayores, y esto responde también al hecho de que se ha establecido algún miembro de la familia, que salió antes, en otro país. Es un desafío muy importante de corto plazo donde nosotros como Unión Europea queremos apoyar en ayuda humanitaria. El fenómeno también es una oportunidad a mediano plazo, porque hay muchos venezolanos que vienen con capacidades y competencias que pueden ser muy útiles para Colombia en la generación de empleo.

Muchos han criticado que el Gobierno debería enfocarse más en las problemáticas internas que en las externas…

Yo no pondría una cosa contra la otra, son ejes de acción y de política pública que efectivamente tienen que ir llevándose en paralelo. Colombia tiene grandes desafíos en términos de equidad, seguridad, presencia institucional en los territorios, transparencia, y todo ello forma parte de la agenda actual del Gobierno que quiere avanzar en todas estas áreas. Y si a esto le añadimos la asistencia al inmigrante, asegurándose de que no surjan brotes de xenofobia, pues la situación del país se complejiza aún más.

Después de este año, ¿qué otras acciones emprenderá la Unión Europea?

En primer lugar, continuamos con nuestro apoyo a la paz, en su promoción y defensa. También trabajaremos conjuntamente con el Gobierno para la democracia y la seguridad de los líderes sociales, estos son ejes permanentes. Un segundo eje que queremos afianzar este año son las relaciones comerciales. Ya tenemos un acuerdo comercial de libre comercio que se firmó hace cinco años y que ha permitido en estos tiempos incrementar las exportaciones agrícolas de Colombia hacia la Unión Europea un 56%, lo más importante de esto es que detrás de esas cifras hay campesinos que están exportando a Europa el aguacate Hass, las flores, banano, cacao, café, muchos productos nuevos y esa es su fuente de trabajo.

Un tercer eje de acción es reforzar los vínculos en materia de seguridad y ahí se debe aprovechar la experiencia que Colombia ha ganado en la negociación de la firma del Acuerdo de Paz para trasladarla a otros países. En la Unión Europea tenemos misiones de gestión de crisis, militares y civiles en diferentes escenarios de conflicto y estamos por concluir un acuerdo macro con Colombia que permita que el país participe en estas misiones y traiga su experiencia ante los demás, algo que tiene mucho potencial en el desarrollo.

Un cuarto punto radica en desarrollar el tema de la innovación con la economía naranja. Este es un área donde tenemos mucho que ganar los dos, hay mucha imaginación, mucha cultura, mucha innovación en Colombia y hay mucha tecnología europea que se puede traer para impulsar esto. El último punto es fortalecer nuestro diálogo para reforzar el sistema multilateral que está presentando desafíos importantes y compartimos con Colombia valores e intereses respecto a esto. Hemos identificado áreas donde podemos los dos, conjuntamente, reforzar nuestra alianza para apoyar este sistema multilateral como, por ejemplo, el Acuerdo de París.

 

Bogotá Colprensa

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