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Aumentar presión sobre Maduro sin usar la fuerza: Grupo de Lima

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Los 14 representantes de los países miembros del grupo se encargaron de descartar la posibilidad de una intervención militar y de dejar en claro que su objetivo será continuar presionando al gobierno de Nicolás Maduro por los canales diplomáticos y adoptando medidas para que los militares y políticos que lo rodean dejen de apoyarlo./ PRESIDENCIA

Ayer lunes los ojos del mundo estaban atentos a la muy anticipada XI reunión del Grupo de Lima, a la que asistía por primera vez el presidente interino de Venezuela, Juan Guaidó.

De este encuentro, se esperaba que salieran medidas contundentes para atender la crisis humanitaria del vecino país, como lo pidió el mismo Guaidó, e incluso, se planteaba la posibilidad de que se abriera la puerta para una posible intervención militar.

«Todas las opciones están sobre la mesa», ha dicho en repetidas ocasiones el presidente de EE.UU., Donald Trump, y algo similar dijo horas antes de la reunión el presidente interino de Venezuela y su delegado ante el Grupo de Lima, Julio Borges.

Sin embargo, los 14 representantes de los países miembros del grupo se encargaron de descartar esta posibilidad y de dejar en claro que su objetivo será continuar presionando al gobierno de Nicolás Maduro por los canales diplomáticos y adoptando medidas para que los militares y políticos que lo rodean dejen de apoyarlo.

La declaración final fue clara en este sentido: «La transición a la democracia debe ser conducida por los propios venezolanos pacíficamente y en el marco de la Constitución y el derecho internacional, apoyada por medios políticos y diplomáticos, sin uso de la fuerza», señaló en su punto 16.

Descartada la intervención militar, qué tan contundentes serán las medidas adoptadas, es el mayor interrogante que queda después de la reunión.

Para algunos analistas, el encuentro puede ser visto como un revés para la oposición venezolana que esperaba que el fallido intento de ingresar ayuda humanitaria a Venezuela del pasado fin de semana fuera el detonante del comienzo del fin del régimen de Maduro. Según los expertos, la salida del dictador venezolano puede tardar mucho más tiempo, pero que se dé de manera pacífica y no a través de la fuerza es lo deseable para el futuro de los venezolanos y para la estabilidad de la región.

Para el experto en relaciones exteriores, Rubén Sánchez, lo ocurrido en las últimas horas demostró que el Grupo de Lima ha agotado sus cartas frente a Venezuela y que solo las sanciones que adopte Estados Unidos, controlando el precio del petróleo y las importaciones, pueden tener efectos significativos.

 “La estrategia de cerrar el cerco diplomático a Venezuela no ha dado mayor resultado porque en vez de producirse un impacto a favor, lo que ha hecho es que se agoten las salidas y la crisis se congele, quedando únicamente la participación de Estados Unidos, que como decía Pence en las declaraciones, la única forma de lograr una solución que no sea tan sangrienta es aumentar la presión económica a Maduro”, sostiene el experto.

Con respecto a la posible intervención, Sánchez agrega que los países americanos no cuentan con los recursos ni con la capacidad militar para entrar en un enfrentamiento con las Fuerzas Armadas de Venezuela y así derrocar al régimen de Maduro.

“Colombia no está en capacidad de enfrentar el ejército venezolano.  Nuestros militares están formados para el conflicto interno, pero tenemos las fronteras desprotegidas, no tenemos aviación, no tenemos carros de guerra, no tenemos lanzamisiles. Es decir, sin la presencia de los Estados Unidos esto no es posible y el país norteamericano no va a querer enfrentarse a los rusos ni tener más líos con el comercio exterior de China. Es decir, el problema ya no es venezolano únicamente, ni siquiera hemisférico, sino que prácticamente es un problema mundial”, apunta el experto en relaciones exteriores.

A esta postura, se une la del analista internacional Mauricio Jaramillo, quien resalta que las acciones del Grupo de Lima no van a producir resultados en el corto plazo como lo esperaba la oposición venezolana.

 “Las cartas bajo la manga se han agotado. Hoy también se descartó hoy una intervención militar porque ningún país está dispuesto a hacerlo. Ninguno de los países más activos en esto- Colombia, Paraguay y Chile- tiene el capital interno para meterse en esto, además de que militarizar no asegura ninguna solución y sí puede empeorar la situación de los venezolanos. Ante esto, vuelve a resaltar que es indispensable una elección anticipada y que esa sea la fórmula para salir de la crisis”, comenta Jaramillo.

Al igual que Sánchez, Jaramillo coincide en afirmar que las estrategias inmediatas radican en las acciones que emprenda el gobierno de Estados Unidos en materia económica resaltando que esto sería un “golpe catastrófico” para la población venezolana.

 “El único que puede en estos momentos imponer sanciones es Estados Unidos, quien puede llegar al punto de suspender las importaciones, pero esto sería un golpe catastrófico ya que la entrada de divisas ya está bastante reducida. No veo ninguna manera para que los 14 países que están en el Grupo de Limapuedan impartir más sanciones. Lo único que queda es ejercer presión económica, pero esto aumenta la crisis humanitaria”, agrega Jaramillo.

En medio de la reunión, el presidente Iván Duque pidió al Grupo de Lima aumentar las facultades del presidente interino Juan Guaidó, intención que para los analistas no resulta viable por el momento porque para tener un poder real es necesario que se puedan llevar a cabo elecciones en Venezuela. En estos momentos Venezuela es gobernado por dos mandatarios, y aunque su mandato sea ilegítimo, quien tiene el poder efectivo es Maduro.

“De nada funciona que Guaidó tenga todo el apoyo internacional, ya que mientras no sea reconocido por el Consejo Nacional Electoral de Venezuela o por algún otro poder de allá como las Fuerzas Militares, no habrá decisiones en forma y no se va a traducir en poder verdadero para negociar frente al régimen deMaduro”, analiza Sánchez.

Ante el tire y afloje de continuar ejerciendo presión o dar paso a una negociación garantizada con el régimen del vecino país, la internacionalista Laura Gil apunta que en estos momentos es la salida más próxima. Sin embargo, agrega que mientras las partes no muestren intención de ello la presión aumentará por un buen tiempo.

“Llevamos cinco años en crisis, esto no es un problema que ya mañana tenga solución y que Maduro deje el poder de un momento a otro. Además, se suma que la crisis se transforma y estamos empezando a ver que esta situación puede durar muchísimo tiempo más, sumándose que ahora hay una apuesta por la rebelión interna para derrocar a Maduro, más que a la presión externa”, comenta Gil.

Para la experta en relaciones exteriores, la postura del Grupo de Lima en esta última reunión evidenció que están a la espera de que aumenten las divisiones internas en Venezuela para que así haya un quiebre más profundo.

 “Queda esperar que el Grupo de Lima surja mucho más y hay que ver qué consensos se pueden construir porque no necesariamente todos los países son representativos y no todos tienen el mismo interés. Yo veo un Brasil muy pálido, no como se pensó cuando eligieron a Bolsonaro; México, por otra parte, está en el Grupo de Lima, pero ha anunciado que no se va a sumar al consenso. Uruguay, Ecuador, Bolivia y Costa Rica están promoviendo un diálogo, entonces yo no veo que haya necesariamente fortaleza en este bloque. Poco a poco el Grupo de Lima ha ido perdiendo efectividad y visibilidad ante la crisis”, apunta Gil.

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