HOY DIARIO DEL MAGDALENA
Líder en la región

Timonazo en el Partido Conservador

Omar Yepes, nuevo presidente del Directorio Nacional Conservador, junto a otros dirigentes.

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Una crisis contenida vive el Partido Conservador desde hace años. La salida de Hernán Andrade como presidente de esa colectividad era cuestión de tiempo, no solo por no lograr consensos al interior, sino porque no era lo más conveniente en un año electoral, que puede ser una oportunidad para volver al protagonismo político.

El conservatismo hoy no tiene candidato oficial para la Alcaldía de Bogotá, tampoco para Medellín ni para la Gobernación de Antioquia. Y a la Presidencia de la República no promovieron candidato, sino que se fueron con Iván Duque.

Esa falta de liderazgos dentro de las toldas azules quieren revertirla con la llegada a la presidencia del Directorio Nacional de Omar Yepes, un viejo conocido que logró reunir posiciones contrarias como las de los senadores Efraín Cepeda y David Barguil.

“Mi reto es que el partido suba, que tenga presencia en municipios y gobernaciones del país. El Partido Conservador no tiene porque esconderse, hay que tener candidatos y luchar por el poder. Mi gran compromiso es ese, que el partido se levante vigoroso y orgulloso, rescatar un pasado histórico que se nos ha estado perdiendo”, dijo Yepes.

 

Santos los reventó

Aunque las divisiones también se remontan a épocas de los expresidentes Álvaro Gómez y Misael Pastrana, por citar dos ejemplos, en tiempos recientes fue la reelección de Juan Manuel Santos lo que los quebró por dentro.

Mayoritariamente, el directorio conservador estaba con la candidata oficial del partido, la exministra y hoy vicepresidenta, Marta Lucía Ramírez. No obstante, un grupo de congresistas no la respaldaron y decidieron –yendo en contra de su partido– acompañar a Santos alegando que “era un apoyo por la paz”.

Con el tiempo quedó en evidencia que tal respaldo estaba ligado a representación política (mermelada), una práctica usada por el gobierno anterior para mejorar su gobernabilidad y que sus proyectos fueran aprobados.

 

No prolongar la fractura

Adentro, el daño ya estaba hecho, tanto, que el mismo presidente saliente, Hernán Andrade, prefirió renunciar según él, por el bien del partido.

“Si me quedo, lo que hacía era terminar de fracturar la unidad al interior del conservatismo. Manejar una colectividad en vísperas de elecciones regionales con un directorio fracturado no era el mejor escenario. Por eso libre y espontáneamente tome la decisión de irme”, indicó Andrade.

Con su salida, el sector más “pastranista” pasa a tener mayor influencia. Incluso Yepes, anunció que lo invitará a participar activamente de las decisiones de la colectividad.

“Yo aspiro a que nos acompañe a reuniones del Directorio Nacional, que se vuelva a encontrar con los congresistas y que sea el gran vocero del conservatismo colombiano para los problemas nacionales y ante el Gobierno”, afirmó Yepes.

La renuncia de Andrade es una especie de revancha para la vicepresidenta Ramírez, quien no contó con el pleno apoyo pleno conservador en la campaña -Andrade estaba con Santos- a la Presidencia en 2014, y es cercana no solo al expresidente Pastrana sino a Yepes.

“El senador Barguil lideraba el bloque de Pastrana. Para Marta Lucía mi salida es una buena noticia, ella tiene mucha empatía con Yepes. Yo con ella siempre tuve buena relación”, dijo Andrade.

 

¿Y la identidad del partido?

La llegada de un nuevo dirigente los oxigena, pero la falta de líderes y su credibilidad son tareas pendientes.

Así lo considera el senador conservador, Eduardo Enríquez Maya, quien fue crítico. “Andrade se va por intereses de grupos minúsculos. El conservatismo es un partido entre paréntesis, casi que inexistente, y eso se debe a la lucha por unas cuotas pequeñas de poder, casi que acudir a las migajas del poder”, subrayó.

El senador recordó que en el último periodo de Álvaro Uribe en la Presidencia, el partido contaba con seis ministerios y ahora “pelean por la subdirección del Fondo de Adaptación. Hasta allá nos han conducido los dueños de la división”, insistió.

Tanto Andrade como Yepes, consideran que es difícil ser partido de gobierno sin representación política, y que la ideología no está perdida. Por ahora, el Gobierno parece mantener su postura de cero mermelada, aunque Yepes concluye que “al poder no se llega solo, sino en nombre de los partidos políticos”.

El Colombiano

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