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Lo divertido de ganarse la vida como cosplay

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Hacer un traje, con toda la precisión que exige ser un buen cosplay, y entonces convertirse en alguien más, le demora a Laura Uribe Garcés hasta cuatro meses. “Todo depende de la dificultad del vestuario, si debo buscar una peluca particular o unos lentes. Debe ser lo más fiel posible a lo que el personaje es. En ocasiones y con los más sencillos me puedo demorar 15 días”.

Todo comenzó en su infancia, cuando se interesó en series de animé que se emitían en el país como Sakura Cardcaptor y Caballeros del Zodiaco, “luego estos programas se acabaron, pero llegó internet y eso nos permitió llegar a cualquier lugar del mundo, empecé a ver series japonesas subtituladas al español y me encantaron”.

De ver programas de este tipo pasó a personificar a sus protagonistas. Lo primero que la enganchó con este universo fue asistir a un evento de este universo que hubo en Medellín en 2008. Se vistió como Kanu Unchou, de la serie Ikkitousen, una diosa de las artes marciales vestida con camisa ombliguera blanca y rayas azules en la manga, una especie de pañoleta amarilla que se mezcla con el cuello estilo marinero, minifalda azul y medias blancas a la rodilla. Después de ese día supo que lo suyo era ser cosplayer y empezó a “perseguir” los eventos en los que pudiera vestirse como sus favoritos del manga o el animé.

 

Carrera paralela

Laura es diseñadora industrial, para ser cosplayer considera que se debe tener sensibilidad artística y eso lo puede poseer cualquier persona, con la profesión que sea. “He conocido unos muy talentosos que son médicos y hasta ingenieros”, anota.

Ella además es cosmaker (ver glosario), se encarga de la elaboración de su traje. Decidió dejar el diseño a un lado para dedicarse de lleno a este arte, el que considera está llegando cada vez más a la cultura occidental.

“Las tendencias asiáticas han crecido en general, no solo el cosplay, mira el k-pop por ejemplo. El cómic ha sido muy importante para la cultura pop y el que viene de la japonesa se ha empezado a filtrar cada vez más”.

 

Los favoritos

Laura detalla que en ese mundo es fácil engancharse y enamorarse de personajes gracias a un libro o una serie, “mis gustos han cambiado, pero tengo nombres a los que les he cogido mucho cariño por lo que representaron en el momento en que los hice”.

Uno de ellos fue Chun Li, de la serie Street Figther, una practicante de Kung-Fu con vestido azul y botas blancas. “En ese tiempo yo practicaba artes marciales y el personaje tenía mucha concordancia con lo que estaba haciendo y es con el que más me han reconocido a nivel mundial”.

Otro más es Yuuko Ichijara, de la serie XXXHolic, una hechicera que juega con los hilos del destino y que se viste con kimonos negros o rojos.

 

Caracterización

No solo el cosplayer se viste, además va a ferias y se toma fotos con los fanáticos, y deben actuar. “Al tener el traje puesto uno puede estar todo el día en presentaciones que van de dos a tres minutos. En un evento uno guarda la esencia y la interpretación, sus gestos más reconocibles para posar para las fotografías”. Claro que hay cansancio, algunas jornadas se pueden extender hasta 20 horas.

Elegir este oficio la ha llevado a conocer otros lugares y ganarse premios. “Le estreché la mano al actor de Flash de la primera serie (John Wesley Shipp), he viajado por toda Colombia, a otros países, y conozco gente de todo el mundo”.

Laura juega a ser otra.

El Colombiano

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