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Condenado el expresidente de Corficolombiana, José Elías Melo

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Para la Fiscalía, José Elías Melo Acosta tuvo conocimiento del pago de 6.5 millones de dólares en sobornos que se giraron para la adjudicación del segundo tramo de la Ruta del Sol.

Cumplido. Así llegó a la que sería una de sus últimas citas jurídicas el expresidente de Corficolombiana, José Elías Melo Acosta, involucrado en el entramado de corrupción protagonizado por la firma brasilera Odebrecht. La de este lunes, sin embargo, era la más importante porque se enteraría si el juez lo declaraba culpable o inocente de los cargos que le endilgó la Fiscalía. Escuchó lo primero.

A los juzgados, primero llegó su abogada, minutos más tarde lo hizo el procesado y pese a que fue rodeado por los medios de comunicación no accedió a dar declaraciones. Nunca las dio. En ninguna de las audiencias a las que fue convocado respondió pregunta alguna. De hecho, siempre se le notaba molesto por la presencia de las cámaras y los micrófonos.

En silencio ingresó a la Sala y se dio inicio con la intervención del juez 14 de Conocimiento quien expuso paso a paso lo que fue el proceso judicial del otrora afamado banquero reconocido como uno de los mejores del gremio.

Su proceso empezó en 2017. En agosto de ese año el juez segundo de garantías ordenó su reclusión en La Picota, pero en enero de 2018 el juzgado 65 revocó la decisión y el exempleado de Corficolombiana asumió su defensa en libertad. Sin contar que un año después iba a ser parte de los al menos cinco condenados por el caso Odebrecht.

Para la Fiscalía, Melo Acosta tuvo conocimiento del pago de 6.5 millones de dólares en sobornos que se giraron para la adjudicación del segundo tramo de la Ruta del Sol. Hechos que habrían sucedido en mayo de 2009, es decir un año después de que asumió como presidente de la empresa del Grupo Aval.

El juez explicó que el procesado fue responsable por los delitos de cohecho por dar u ofrecer e interés indebido en la celebración de contratos. Este último delito, a consideración del funcionario judicial, “se consuma el día que adjudicó el contrato como era el objetivo final”.

Bajo ese entendido lo que expresó el juez es que no se “desconoce el interés de José Elías Melo en la adjudicación del contrato Ruta del Sol II”. Y pese a que la defensa aportó pruebas desmintiendo su culpabilidad en los hechos, las mismas no lograron convencer, ni persuadir la acusación y la teoría de la Fiscalía.

En su discurso el juez trajo a colación una serie de testimonios en los que se basó para tomar su decisión. Por ejemplo, indicó que uno de ellos confirmaba la existencia de copias de tres cheques, giros que se hicieron entre cuentas del Banco de Occidente y Banco de Bogotá a través de fiduciarias a la banca privada de Andorra, donde se crearon las cuentas para hacer efectivo el pago de los sobornos.

Lo que fue sorpresa, y que no era esperado por las partes, fue que no se ordenó la detención inmediata para el exbanquero, pues consideró que ha comparecido a las diligencias las veces que ha sido llamado una vez recobró su libertad. Es decir que no demostró que un intento o riesgo de fuga.

En ese orden de ideas, el veredicto consistió en una medida de aseguramiento no restrictiva, es decir, que solo le prohibió a Melo Acosta que saliera del país. “Teniendo en cuenta que este despacho considera que el procesado ha comparecido y que una vez se conoce el sentido de fallo condenatorio muchos han salido del país, resulta conveniente la restricción”.

Tras informarse del sentido del fallo, se ordenó el único receso de la diligencia para un trámite procedimental y de rutina. En ese lapso, Melo permaneció inexpresivo.

Una vez se reanudó la audiencia, el delegado de la Fiscalía no escatimó en solicitar una pena de hasta 11 años de prisión y una inhabilidad de 136 meses para ejercer cargos públicos, recordando los argumentos ampliamente conocidos sobre Gabriel García Morales, el exviceministro condenado; los hermanos Ghisays Manzur y su participación en el entramado de corrupción, los brasileños que eran el engranaje principal del esquema que ha salpicado a políticos, empresarios, banqueros y funcionarios estatales de alto nivel.

Al finalizar la diligencia que selló su suerte, Melo Acosta salió de la sala y, contrario a lo que había sucedido en otras oportunidades, habló. “Mi familia y yo consideramos que siempre hay que darle la cara a la justicia. Ya se cumplió esta primera etapa del proceso, presentamos nuestros alegatos, no estamos de acuerdo de ninguna manera con el fallo que se produjo y vamos a apelarlo”.

Consideró que sus acciones como funcionario fueron correctas por lo que seguirá acudiendo ante la justicia por los canales apropiados para que se reverse la decisión. “Hemos cumplido a cabalidad con nuestra obligación, seguiremos cumpliendo”, expresó.

La próxima cita de Melo será el próximo 29 de abril. De nuevo estará frente al estrado para escuchar la cantidad de años a los que será sentenciado.

José Elías Melo hace parte de los condenados en el caso Odebrecht. Los primeros en ser sentenciados fueron los hermanos Ernesto y Eduardo Ghisays Manzur, seguido del exviceministro de Transporte Gabriel García Mórales, así como Bernardo ‘Ñoño’ Elías condenado en la Corte Suprema de Justicia.

Por el entramado de corrupción también están en vilo el expresidente de la Agencia Nacional de Infraestructura Luis Fernando Andrade y el exgerente de la campaña presidencial de Juan Manuel Santos, Roberto Prieto.

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