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‘Si el Eln sigue con el secuestro, terminará por reventar la mesa’

Carlos Arturo Velandia, alias ‘Felipe Torres’ en las filas guerrilleras, se muestra optimista con el avance de las negociaciones y cree firmemente que la paz con el Eln finalmente se va a lograr.

 

Carlos Arturo Velandia fue por más de dos décadas uno de los dirigentes más importantes del ‘Comando Central’ del Ejército de Liberación Nacional (ELN) donde era conocido como ‘Felipe Torres’.

Velandia había sido capturado en 1994 y pagó diez años de cárcel y desde allí fue uno de los voceros para dialogar con los Gobiernos de Andrés Pastrana y Ernesto Samper, y en junio pasado fue recapturado junto con ‘Francisco Galán’ por su supuesta participación en el secuestro masivo del kilómetro 18 de la vía Cali-Buenaventura, investigación que sigue abierta. Ambos fueron nombrados Gestores de Paz por el presidente Juan Manuel Santos y recuperaron la libertad.

 

En entrevista con HOY DIARIO DEL MAGDALENA y Colprensa ‘Felipe Torres’ destaca la importancia del cese el fuego que comienza a las cero horas de este domingo e irá hasta el 9 de enero.

 El cese al fuego bilateral pactado entre el Gobierno nacional y el grupo terrorista del Eln tendrá un término de 102 días a partir de hoy

 

¿Cómo está hoy el ELN?

Este acuerdo de cese bilateral del fuego y de hostilidades fue algo muy luchado, muy buscado por el ELN. De manera acertada el Gobierno entendió el momento político del país y del proceso, sobre todo porque era partidario de que, primero, se diera un desescalamiento de las confrontaciones y que el cese fuera al final del proceso y definitivo.

 

¿La visita del Papa Francisco influyó en algo?

Sí, la llegada del Papa fue un buen motivo para esta discusión. Creo que ambas partes entendieron que era un momento oportuno para ir apagando la llama de la guerra. La capacidad inspiradora que tiene el Papa, su mensaje, su actuación y sobre todo su acompañamiento a este proceso de paz no podía ser desairado en medio de una confrontación. El Papa hizo una mención al proceso con el ELN de manera posterior, pero en últimas es darle la bendición a este proceso.

 

¿Cuál es la importancia de este acuerdo?

 Es el acuerdo más importante, de mayor profundidad, que haya firmado el ELN en toda su historia y con Gobierno alguno. De modo que ambas partes dan un paso muy importante en este proceso. Este acuerdo tiene unas características particulares: es temporal (cuatro meses), desde el comienzo del proceso, de modo que el ELN le da un carácter de experimental. Pero dependiendo de cómo se evalúe podría prorrogarse. Esa la gran bondad de este acuerdo, permitir que la contienda electoral se desarrolle sin ninguna interferencia.

 

¿El cese el fuego desde el comienzo era un punto de honor para el ELN?

El ELN gana un punto porque proponía que el cese estuviera desde el comienzo, y lo logró casi desde el comienzo. Esto tiene ciertas implicaciones: el ELN tiene que darle cumplimiento cabal, por tanto para ellos es una prueba ácida donde el ‘Coce’ (‘Comando Central’) va a tener que despejar aquellas insinuaciones de que es una organización que no obedece a un mando central, que cada frente hace lo que quiere, etc. Vamos a ver hasta dónde el ELN obedece a un mando central y hasta dónde está unificado frente al proceso de paz.

 

¿No es incoherente el cese el fuego y la supuesta voluntad de paz del ELN con la oleada terrorista a la infraestructura petrolera?

Totalmente, yo comparto esa idea de que es incoherente, aunque desde la perspectiva del conflicto es entendible. Lo otro es que quien reclama ceses de fuegos también debe contribuir con climas de paz para lograrlos, de modo que hace mal el ELN, y le queda muy mal esta escalada. El ELN tendrá que cumplir a pie juntillas y de manera estricta lo que se pactó.

 

Usted habla de ‘una prueba ácida’, pero los hechos de las últimas semanas parecen mostrar que no es una guerrilla unificada…

Son hechos que yo encuentro totalmente injustificados. Me parece que es un comportamiento criticable porque se aproxima a un comportamiento irracional cuando se requiere es un pensamiento totalmente racional. Es que querer la paz no es solamente quererla sino parecer que en verdad se quiere.

‘En América Latina hay cuatro revoluciones: la revolución socialista en Cuba, la revolución Bolivariana en Venezuela, la revolución ciudadana en Ecuador y la revolución comunitaria en Bolivia. Son caminos distintos, a ritmos distintos, con problemáticas distintas, pero finalmente son revoluciones’, opina Carlos Arturo Velandia, uno de los ´históricos´ del Eln

 

¿Pero el ELN en realidad sí quiere la paz? No pareciera con estas acciones…

 Sí la quiere, porque así lo expresó el ELN en un evento democrático, cuando sus mayorías dijeron ‘sí queremos un proceso de paz donde al final dejaremos el uso de las armas’. Segundo, sí la quiere porque el ELN es una organización de revolucionarios que se hicieron revolucionarios para transformar la sociedad no para hacer la guerra, y la guerra o la toma del poder es un camino pero no el único, el camino de la guerra se nos agotó en Colombia a todos los revolucionarios. En América Latina hay cuatro revoluciones: la revolución socialista en Cuba, la revolución Bolivariana en Venezuela, la revolución ciudadana en Ecuador y la revolución comunitaria en Bolivia. Son caminos distintos, a ritmos distintos, con problemáticas distintas, pero finalmente son revoluciones. Y yo creo que aquí, en Colombia, tenemos que buscar transformaciones sociales por las vías democráticas, con la cédula en la mano, la democracia hay que profundizarla. Finalmente, las FARC dejan las armas a cambio de más democracia, la guerra va a ser sustituida por más participación y más democracia.

 

Este acuerdo incluye: no más secuestros, no más reclutamiento forzado, no más ataques a la infraestructura, etc. ¿Todo eso se va a cumplir?

 Yo creo que sí, porque aquí no hay una alternativa distinta que cumplir, y esto va para ambas partes. Ahora, la sociedad y la comunidad internacional estarán observando el comportamiento de las partes, en especial los episodios y escenarios de la confrontación.

 

Otra característica de este acuerdo: el ELN logró incluir a la Iglesia Católica como veedora del cese…

Sí, pero detrás de la Iglesia hay comunidad que puede cumplir un papel extraordinario. Imagínese: hay 60 millones de celulares en el país, más de uno por persona, para reportar anomalías del incumplimiento del cese el fuego.

 

El ELN se comprometió a no secuestrar más durante el cese. ¿Por qué no se comprometió a abolir ese delito por siempre?

Debería ser así, por varias razones: el ELN carga con un lastre muy pesado; el ELN para su sostenimiento como organización no requiere de los ingresos por secuestros; además tiene una carga humanitaria muy grande, y es una práctica criticada por la comunidad internacional. 

Yo le he dicho públicamente al ELN: despréndase del secuestro, si no el secuestro terminará por reventar la mesa.  Ahora, yo creo que terminará haciéndolo más adelante, por ahora no le veo la voluntad de hacerlo.

 

¿Y qué va a pasar con las personas que hoy tiene secuestradas?

Tendrá que liberarlas en este lapso del cese el fuego por una razón muy elemental: el Estado colombiano no puede inhibirse frente a nadie para dar cumplimiento a lo que le mandan la Constitución y la Ley. El Estado no puede renunciar a rescatar a los secuestrados ni las autoridades judiciales a investigar.

 

¿Se podrá firmar la paz con el ELN en este Gobierno?

No, no se va a alcanzar a firmar la paz en esta Administración, pero sí se dejará el proceso en un punto de no retorno, que es el ambiente positivo que logremos en el país para no volver a los fenómenos de violencia por cuenta del conflicto. De modo que el nuevo jefe de Estado, el que sea, no podrá desconocer que está recibiendo un país en paz. Sería muy irresponsable de parte del nuevo Presidente si se empeña en llevar hacia atrás un país que recibió en paz. Eso no se lo perdonaría la sociedad ni la comunidad internacional ni la historia.

 

Lo veo muy optimista…

Sí, pero más que optimista estoy ilusionado. Estamos en un momento muy oportuno frente a la paz, y el hecho de tener ilusión me motiva a trabajar para que la paz sea una realidad./ Colprensa

 

Por
ARCADIO
GONZÁLEZ ARDILA

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