HOY DIARIO DEL MAGDALENA
Líder en la región

Respetar, nunca polarizar

Como un simple observador de los acontecimientos últimos que están acaeciendo en nuestra señorial ciudad de Santa Marta, de lo que ya poco o nada le está quedando a juzgar por estos y otros sucesos, no queda más que pedir que se le respete. Honestamente, no hay derecho ni justificación alguna para que se tenga como escenario circense, se juegue a varias bandas con la ciudadanía, se utilice groseramente la educación para minúsculos como dañosos y protervos intereses; y lo que es peor, se recurra a valerse de la justicia para usarla en asuntos de burda politiquería.

En cuenta debemos tener, y ojalá no se nos olvide ello nunca, que en un Estado de Derecho debe actuarse de conformidad con la Constitución y las leyes, y hacer uso de los cauces instituidos para tal fin, sin tener que recurrir a las vías de hecho, esa actuación marginal que prescinde abierta, total y absolutamente del procedimiento legalmente establecido, lo que deslegitima cualquier causa, por noble que ella parezca o realmente sea.

Se ha vuelto tanto absurda como peligrosa y fea costumbre entre nosotros, recurrir para todo a las vías de hecho, en contexto, a decir de connotados juristas nacionales y extranjeros, de conductas de algunos ciudadanos que carecen de fundamento objetivo y obedecen a la simple voluntad o capricho de quienes las adoptan, apoyándose tan solo en la intransigencia, en el uso de fuerza o en el abuso de la posición dominante, tratando por ese medio de doblegar a quien respetando el orden social acatan las normas, generando en consecuencia crisis en nuestro sistema legal y convirtiéndose en el potaje para quienes sin fundamentos legales, imponen arbitrariamente su voluntad a los demás.

Desgraciadamente esta pretendida manera para resolver los problemas no es nueva e itero, depende de las habilidades de quienes las utilizan en provecho propio, lo que de ninguna manera es excusa para que pueda utilizarse a su anchas. Son normalmente estos procederes generadores de violencia, siendo laúnica respuesta válida que puede existir frente a ellos contrarrestar los efectos que causan con los elementos de que dispone el Estado; de allí que resulte inexplicable a todas luces que se acuda a este tipo de recursos para resolver dificultades y terminan por convertirse en un desorden generalizado, lo que nos podría rotular equivocadamente como un pueblo violento, siendo nuestro terruño por naturaleza una ciudad pacífica. En estos procederes quien quiere intimidar lo hace y quien es intimidado, si no reacciona, simplemente sufre los efectos de su propia debilidad, quedando como opción valedera el diálogo, siempre la mejor manera para resolver los conflictos sociales. [email protected] *Jurista

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