HOY DIARIO DEL MAGDALENA
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Debilidad y soberbia

Cuando un político o alguien que tiene un gran poder se siente débil acude a la soberbia.  Esto ha sido analizado brillantemente por el filósofo español Fernando Savater en su libro «Los siete pecados capitales». Este es uno de los grandes peligros que estamos viendo los colombianos cuando crece la convicción en el país de que estamos frente a un gobierno débil. La verdad se trata de una gran sorpresa porque detrás —o mejor de frente—, quien tiene el mando es uno de los hombres que ha mostrado durante los últimos años el mayor poder posible y que solo ahora, para sorpresa de algunos, empieza a mostrar sus flaquezas impregnando al gobierno de su partido.

Precisamente por estar sintiendo señales de soberbia en quienes tienen en sus manos el poder político del país, parece pertinente entender esta aparentemente obvia combinación de esa actitud con debilidad. En un reciente artículo de Fernando Di Pascuo en El Heraldo de Argentina, cuyo título es «La Soberbia en la Política», el autor se refiere a la forma como Savater aborda el tema. «La soberbia, afirma Savater, no es solo el mayor pecado, según las escrituras sagradas, sino la raíz misma del pecado. Por lo tanto, de ella misma viene la mayor debilidad. No se trata del orgullo de lo que tú eres, sino del menosprecio de lo que es el otro, el no reconocer a los semejantes».

El soberbio que es débil «va por la vida exhibiendo sus poderes y sus méritos, que dice que tiene, pero la verdad es que no los tiene. Ser soberbio es básicamente el deseo de ponerse por encima a los demás». Pero tal vez lo más pertinente para el momento actual de Colombia, cuando se siente un claro debilitamiento de la democracia, es su afirmación de que «la soberbia es el valor antidemocrático por excelencia». Y agrega que «los griegos condenaban al ostracismo a aquellos que empezaban a imponerse a los demás», porque creían que esta actitud aumentaba la desigualdad entre los ciudadanos y «ponían en peligro el equilibrio social».

No es un tema menor el hecho de que muchos colombianos estemos percibiendo actitudes soberbias en el gobierno actual. Lo dicen los medios sobre el desarrollo de reuniones en el Palacio de Nariño, inclusive con otros sectores políticos que no son de la oposición, porque a esos grupos no los tiene en cuenta esta administración. Estas actitudes pueden explicar el fracaso de los innumerables intentos del gobierno actual para armar sus anunciados pactos.

Se les recomienda no solo leer a Savater sino también a los griegos, que consideraban la soberbia como uno de los mayores pecados capitales. Probablemente un poco de humildad permita avanzar en temas sustantivos en los cuales el gobierno hasta ahora ha fracasado. Seguir coleccionando fallas en decisiones trascendentales para el gobierno le quita la poca gobernabilidad que aún tiene. Para terminar, otra frase de Savater: «La soberbia es la antonomasia de la desconsideración».

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