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«Coviandes necesitaba un culpable para vía al Llano y dio con nosotros»

De lado a lado ha sido lanzada la ‘pelota’ sobre quién lleva la responsabilidad de las afectaciones a la vía al Llano, y de su posterior cierre por tres meses. Quienes encierran esa discusión son el Concesionario Vial de los Andes (Coviandes) y la compañía Pollo Olympico.

En cuanto a quién ‘colonizó’ primero la zona del kilómetro 58, los registros datan que Pollo Olympico  instaló una de sus granjas avícolas más importantes en 2009. Mientras que Coviandes llegó cuatro años después para construir uno de sus túneles viales al ganar la concesión de la vía.

Pese a esto, en 2016 comenzaron a registrarse derrumbes en la montaña donde ambas empresas operan y que a hoy las ha llevado a enfrentarse por la responsabilidad de ellos, en donde los directivos de la avícola señalan que Coviandes es quien debe ‘dar cara’ ya que usaron explosivos en las excavaciones subterráneas, siendo esto al parecer la causa directa. A lo que Coviandes respondió que es consecuencia de la proliferación de cultivos en las laderas.

Luego de 20 días del derrumbe, Pollo Olympico no solo ha visto afectada su operación e imagen, pues tarda 24 horas en llevar los pollos a Bogotá usando vías alternas, sino que también está a la espera de soluciones reales. En diálogo con Colprensa, el gerente de la empresa, Nicolás Vásquez, habló sobre la situación actual y de cómo se ha visto afectado.

-En los últimos días, Pollo Olympico se hizo famoso por los señalamientos que les hizo Coviandes ante la contingencia del kilómetro 58 en la vía al Llano. ¿Qué responden?

Nosotros estamos abrumados con esa conclusión porque no tiene fundamento. Pollo Olympico es una empresa agropecuaria de más de 40 años en el sector avícola, somos tradición. Para el año 2008 llegamos a Guayabetal, buscando establecer esta granja de pollos, y para ello solicitamos toda la información y permisos a las entidades territoriales encargadas de otorgar licencias. Arrancamos con nuestros galpones en 2009, de esa fecha hasta el 2013 no ocurrió ningún tipo de deslizamiento ni de derrumbes. Para el año 2013 llegó Coviandes con sus excavaciones dinamitadas y, justo después de eso, iniciaron las emergencias en la vía.

Por otro lado, la operación de nuestra granja es seca. Es decir, nosotros utilizamos agua únicamente para darle de beber a las aves por lo que no se desperdicia el liquido como afirmaron ni cae esto en la ladera. Incluso, el lavado de las instalaciones se hacen en seco completamente. Entonces, la operación avícola que nosotros tenemos no genera ningún tipo de vertimiento que afecte a la montaña.

-Entonces, ¿qué es lo que está afectando a la montaña que cada vez más se viene abajo?  

Lo único que puede estar afectando a la montaña es el alto nivel de pluviosidad que tiene ese sector. Nosotros de hecho colaboramos con retirar parte de esa agua que cae sobre la meseta, el agua que se acumula en nuestros galpones es canalizada a través de unas zanjas que van a dar a la ladera completamente opuesta a la de los derrumbes.

-Si todo está en regla como usted afirma, ¿por qué Coviandes los responsabiliza?

Coviandes necesitaba buscar algún tipo de culpable y dio con nosotros. Es claro que en el concesionario no van a asumir una responsabilidad de ellos mismos, no se van a auto culpar pero si miran a quién culpan y eso es lo que esta sucediendo. Nosotros no somos geólogos, no somos expertos en el tema, pero tampoco somos los culpables de ello y eso lo tendrá que dictaminar algún tipo de estudio que debería realizar el Gobierno. Es fundamental que el análisis se realice lo más pronto posible de forma neutral, transparente y sólido con instituciones calificadas que permitan tomar las mejores decisiones con respecto a que tipo de situación se esta presentando o se presentó en la montaña. Quien es realmente el responsable y cuál es la mejor solución a ese tema.

-¿Cómo les ha impactado los señalamientos?

Para nosotros esta situación ha sido muy difícil porque se está poniendo en tela de juicio nuestra idoneidad en materia agropecuaria y a nosotros eso no nos beneficia para nada. Afortunadamente tenemos 40 años de tradición y nuestros clientes confían en nosotros, pero indudablemente se esta poniendo en tela de juicio a la empresa lo cual no nos parece correcto.

-¿Ya se les solicitó remover el galpón de esa zona?

Formalmente no nos han dicho nada, ha habido sugerencias en algunas reuniones que se han hecho en la Unidad Nacional de Gestión de Riesgo, pero creemos que eso no tiene ningún nacedero, eso no va a ser necesario. Estamos completamente seguros que nuestra operación no esta impactando a la montaña y cuando se hagan  los estudios correspondientes de eso seguramente saldrá a la luz lo que nosotros decimos y, por lo tanto, consideramos que no debemos irnos de allí. No somos los responsables de lo que allí ocurre, si lo fuéramos seríamos los principales interesados en resolverlo, no hay estudios que comprueben lo que Coviandes afirma.

-Durante los tres meses de cierre de la vía, ¿cómo se verán afectados?  

Nosotros hemos sido una víctima más de tantos a los que Coviandes ha señalado. Nosotros tenemos una logística diaria de llevar alimento ala granja, que contiene 480.000 aves, y eso se ha visto restringido por la operación de la vía. Lo segundo, es que los sobre costos que han habido para llevar alimento ha implicado hasta 24 horas de trayecto cuando antes teníamos al rededor de cuatro horas y media o cinco, todo eso se resume en una gran pérdida económica, no solo para nosotros sino para muchísimos agricultores.

BOGOTÁ (Colprensa).

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