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¿Se acabaron ‘las jugaditas’ de saboteo para la oposición en el Senado?

‘Jugadita’ es la palabra que puso sobre la mesa de la controversia el saliente presidente del Senado, el uribista Ernesto Macías, quien, al parecer por un descuido, notificó al país cómo iba a sabotear el discurso de réplica que pidió hacer la oposición a la intervención del presidente Iván Duque tras instalar las sesiones del Congreso.

La ‘jugadita’ o ‘broche de oro’, como se le catalogó al saboteo de Macías a la oposición, se dio en el momento en que se esperaba que el presidente Duque iniciara su discurso y el senador hablaba con el micrófono abierto y les contó a algunos de sus compañeros de mesa, al parecer, al primer vicepresidente, Eduardo Pulgar.

De acuerdo a lo escuchado, Macías dijo: “Es que nos toca, por obligación, que ellos hablen después del presidente. Y entonces, si le pido a la comisión que acompañe al presidente y los saco de aquí, eso no lo saben. Esa es mi última jugadita de presidente”.

Por la ley del estatuto de la oposición, esta puede intervenir en la misma sesión para replicar al presidente de la República. En esta ocasión el ungido fue el senador Jorge Robledo del Polo Democrático, quien en su momento fue considerado como el jefe de la oposición.

Tras lamentar el gesto de mal gusto del senador uribista en la instalación de las sesiones, recordó que en el año que estuvo Ernesto Macías al frente de la corporación fueron varias las ‘jugaditas’ que hizo en su contra o de la bancada no oficialista.

“No es la primera vez que me sabotean en el Congreso”, escribió el senador Robledo, quien recordó que también, movido por el uribismo, en su momento a él no le dejaron terminar el debate que realizó sobre Agro Ingreso Seguro, en donde según el congresista “me levantaron la sesión”.

Ya en la administración de Macías, Robledo señala que fueron varios los momentos en que saboteó a la oposición, como, por ejemplo, cuando él realizó el debate al entonces fiscal general, Néstor Humberto Martínez, sobre su responsabilidad en el escándalo de Odebrecht, el cual por decisión de Macías no se dejó terminar.

La oposición igualmente reclamó del senador uribista, que ya dejó la dirección de la corporación, mayores garantías para sus intervenciones y el trámite de los proyectos de ley. La senadora de la lista de los Decentes, Aida Avella, cuestionó durante las últimas sesiones del periodo pasado a Macías porque los proyectos de ley de autoría de la oposición no los incluía en la discusión del orden día.

El trámite de la ley estatutaria de la JEP igualmente enfrentó a la oposición con Macías. Las diferencias fueron tales que la segunda vicepresidente, la senadora de la Alianza Verde, Angélica Lozano, se distanció del presidente de la corporación y del primer vicepresidente, Eduardo Pulgar, del Partido de la U.

Las Farc igualmente se han afectado por las “jugaditas” de Macías. La situación más precisa se dio en la última semana cuando el saliente dignatario se negó a dar posesión en su cargo de senador a Israel Zúñiga o Benkos Biohó, quien es el reemplazo del prófugo Iván Márquez.

También en el epílogo de su gestión, Macías promovió la instalación de una placa en honor a la gestión que como senador y en especial de expresidente de Colombia, ha hecho Álvaro Uribe. Este tipo de homenajes es prohibido por ley. La misma se ubicó a pocos metros del salón de sesiones del Senado.

GARANTÍAS
Sin hacer referencia de lleno a este desplante de Macías, los nuevos presidentes del Congreso, Lidio García, Senado, y Carlos Cuenca, Cámara, en sus discursos dieron garantías que respetarán el trabajo de la oposición durante este año de trabajo legislativo.

Lidio García hizo referencia a la oposición en al menos dos ocasiones y así se comprometió. Al respecto dijo que “no les pido que renuncien a sus colectividades ni a sus pensamientos, ni siquiera a sus proyectos políticos. Pero sí les invito a que cesemos ya la horrible noche de la polarización y enarbolemos las banderas de un partido único, que se llama Colombia. Que la oposición no sea un fundamento del actuar legislativo, sino una opción discrecional cuando creamos que los proyectos, los programas o las decisiones son de inconveniencia nacional”.

Por su parte, Cuenca sostuvo que “a mis coequiperos en la mesa directiva, que me acompañarán en esta gran responsabilidad, María José Pizarro y Óscar Villamizar, su presencia dice mucho sobre la unión en la diversidad, el respeto a la diferencia y la equidad entre mayorías y minorías que se respira en esta Corporación. Ustedes tienen en mí a un hombre demócrata que busca consensos, cuenten con esa garantía siempre. Esta Presidencia, que como se ve: representa todas las fuerzas políticas aquí reunidas, es una presidencia sin puertas y se instala bajo el convencimiento de que las leyes deben ir siempre hacia la mejora del estado social y democrático de derecho”.

Ya pasado el mediodía de este domingo, Macías se pronunció sobre su saboteo a la oposición, lo hizo en un corto mensaje en su cuenta de Twitter: “Respuesta para algunos de mis críticos: cometí un error, pero nunca he cometido delitos”. Ayer, en su discurso de despedida y sin saber la polémica que había en torno suyo, pidió disculpas a sus compañeros que se hayan sentido afectados por su labor.

Lo hecho por Macías contra la oposición podría llevarle a que la Procuraduría abriera un expediente disciplinario en su contra, como también que la comisión de ética del Senado le pueda investigar e imponerle alguna sanción. Ninguna de las dos posibles situaciones le llevarían a perder su curul.

BOGOTÁ (Colprensa).

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