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El Nápoles de Ancelotti se toma su venganza veraniega contra el Liverpool: los reds, que hace un año destrozaron 5-0 a los azzurri y los eliminaron de la Champions League con una agónica victoria en la última jornada de la fase de grupos 18/19, cayeron 3-0 en el estadio Murrayfield de Edimburgo. Un triunfo que le da confianza al conjunto italiano, procedente de un empate a tres con la Cremonese, equipo de Serie B, en su anterior amistoso.
Los de Klopp, sin Salah, Firmino, Mané y Alisson, salieron de inicio con Oxlade-Chamberlain, Origi y Wijnaldum en la delantera, pero también sus rivales sufrían varias bajas. Fabián, Koulibaly y Allan todavía no se han incorporado tras los compromisos con sus selecciones y ‘Carletto’ tuvo que apostar por un inédito Callejón en versión mediocentro. El exmadridista, no obstante, hizo un partido perfecto en esta posición y la prensa italiana se deshizo en halagos hacia él.
Tras un intento de Origi nada más comenzar, los partenopei tomaron las riendas del partido y no las soltaron. Insigne abrió la lata con una de sus roscas recibiendo un gran pase de Mertens y luego cedió a Milik el balón del 2-0, el polaco lo convirtió en gol con una estirada. Los campeones de Europa tardaron en reaccionar y en la segunda parte los italianos sentenciaron con Younes, que aprovechó un rechace a puerta vacía tras otro remate del mismo Insigne.
El Liverpool apenas creó peligro durante los 90 minutos y solo apareció en los últimos diez, cuando Meret evitó un posible gol en propia puerta de Hysaj y neutralizó, con una gran parada, un disparo con efecto de Wilson desde el límite del área. Un triunfo prestigioso para el Nápoles, que en agosto jugará dos veces (7 y 11 de agosto) con el Barcelona en Estados Unidos y que sigue esperando hacerse con los servicios de James Rodríguez. A los azzurri les encantaría tener al cafetero entre sus filas para esas dos citas americanas.