Polo a tierra

Muchos son los decires y términos que llaman a ilusiones y esperanzas en las declaraciones políticas, con los que marcan propósitos a cumplir de llegar al poder u ocupar curules. Prometen el oro y el moro, al tiempo de referir que son esos los objetivos a perseguir en beneficio colectivo, cuando en realidad lo perseguido tiene que ver más con sus logros y realizaciones personales … y el pueblo bien gracias. Proyectos propios que siempre presentan en abstracto y lleno de generalidades que a la postre sólo resultan un mero saludo a la bandera.

Pareciera no entenderse por quienes actúan en política que deben aceptar a conciencia y sin más, que real y efectivamente les corresponde ser líderes, proponer, guiar y dirigir acuerdos, estar dispuestos a escuchar y aterrizar en las realidades y propias necesidades de la población y los territorios que habitan. Asumir las responsabilidades que les competen como una de las maneras de alejar las amenazas económicas, políticas y demás índoles que aparecen de continuo en todos los escenarios.

Establecer Consejos de Participación Ciudadana, ayudar significativamente en la renovación institucional, procurar cambios de fondo que deben materializarse en leyes, reformas constitucionales y reingeniería institucional. No podemos bajo circunstancia alguna quedarnos en la retórica de las cosas, de los grandes objetivos ni pensando pensamientos, cuando obligados estamos a adentrarnos en horizontes de largo plazo y diseñar grandes planes cerciorándonos que habrá certezas sobre las situaciones próximas.

Acuerdos y consensos clama la gente, al tiempo de pedir que los mismos sean efectivos en torno a metas concretas y factibles de ser medidas, compromisos serios que vayan más allá de las palabras, en dirección a una vida mejor a futuro para todos, en lo que indispensable sea definir objetivos claros, precisos, cuantificables, que puedan ser evaluados día a día y nutridos de acciones necesarias para alcanzar esos objetivos, los cuales  deben reflejar las capacidades de las personas comprometidas.

Ponerse de acuerdo entraña efectividad, cambio, transformación, construcción y reconstrucción, pilares fundantes que se explican por sí mismos. Es entender sin excepciones, que es con visión, pies en tierra, comunidad de trabajadores, empresarios, políticos de todos los colores y organizaciones sociales, que deben pensarse y diseñarse los nuevos municipios y el departamento que queremos con la observancia a fondo de las propias realidades y necesidades, lo mismo que con el impulso de verdaderas políticas económicas y sociales requeridas, a fin de alcanzar los integrales progresos que necesitamos en beneficio de los más como principio de solución en orden social. [email protected]