HOY DIARIO DEL MAGDALENA
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Población migrante venezolana: ‘una bomba de tiempo que estalló’

A diario, los migrantes venezolanos protagonizan riñas y escándalos que alteran el orden público. La ciudad no dispone de recursos para seguir soportando la carga que representa en materia de salud, más de 30 mil venezolanos que acuden a los puestos de salud.

Invasión del espacio público y en zonas de alto riesgo, constantes casos de riñas y hurtos; posible alquiler de menores para mendicidad y presuntos hechos de trata de personas, son algunos de los problemas en los que hoy en día casi que a diario se ven involucrados ciudadanos venezolanos, hechos que mantiene en alerta en el orden público y cuya problemática pareciera haber estallado ante los ojos de las autoridades.

No hace mucho tampoco, cuando esta semana en hechos aislados ocurridos en zonas concurridas de la ciudad, el vehículo donde se moviliza el mismísimo director de Migración Colombia en Santa Marta, fue atacado por los populares y a la vez polémicos, limpia vidrios al negarse el chófer a que el parabrisas fuese lavado, al mismo tiempo en otras zonas de la ciudad, esta vez, la congestionada y ya de por sí caótica avenida Campo Serrano fue terreno de una gresca tremenda que tardó más de 30 minutos entre vendedores ambulantes venezolanos, por lo que sería un lio de faldas, según manifestaron varios testigos del hecho.

También amplias zonas del espacio público se han visto invadidas al ser utilizadas como territorios donde guardan los pocos elementos que poseen, y ante la necesidad imperiosa de tener un lugar donde descansar en las noches, han sido “tomadas” sin molestia alguna, a la vista de ciudadanos, turistas, e incluso las autoridades que parecieran estar con las manos atadas y cuyos intentos de controlar este dramático problema social, no tardan y nuevamente se presentan.

Hace dos semanas HOY DIARIO DEL MAGDALENA denunció la irrupción descarada en los cerros de la ciudad que tiene en alerta a las autoridades ante el inminente riesgo que representan estos ‘cambuches’ en lo que antes eran zonas invadidas pero de vegetación y que ante la temporada de lluvias como lo denunció en su momento el director de Gestión de Riesgo del Distrito, Jaime Pérez se convierten en una bomba de tiempo ante posibles deslizamientos.

Esta vez, el reportero gráfico de HOY DIARIO DEL MAGDALENA, divisó y capturó lo que pareciera ser literalmente la tapa de la “olla a presión” que se ha convertido esta problemática y que pareciera haber estallado en presencia de todos, pero con intervención de pocos, que se suman a los problemas que ya de por si tiene Santa Marta, y que con el paso de los años aún no han logrado ser superados como la informalidad, la precaria atención de salud, los servicios públicos entre otros.

El recuperado y moderno sector del Parque Deportivo Bolivariano, está siendo tomado, ahora como zona de preparación de alimentos por parte de lapoblación migrante, que ante la necesidad de suplir sus necesidades y los pocos espacios para habitar se tomó esta zona donde en el año 2017, durante los Juegos Bolivarianos que tuvieron como sede la ciudad, los aplausos, las condecoraciones y la alegría de un evento de talla internacional predominada en el sector.

Hoy los tradicionales fogones de leña y la humareda que provocan rodean todo el frente del Patinódromo, escenario deportivo donde Colombia se consagró como campeona en esta disciplina y donde la local, Kerstinck Sarmiento logró el sueño de triunfar en su tierra.

¿UNA BOMBA QUE EXPLOTÓ?

Según la más reciente cifra entregada por Migración Colombia, en el departamento hay 70 mil 327 migrantes, es decir el 5 por ciento del total de migrantes en el país, mientras que en Santa Marta esta comunidad ya hace parte del 7 por ciento de la población total del distrito y en Ciénaga o Fundación llegan a niveles considerables superiores al 10 por ciento de la población, increíblemente frente a otras cifras de entes territoriales del país, no son tan alarmantes, lo preocupante concuerdan muchos son los comportamientos de algunos de estos migrantes, que no debería reflejar e iniciar una cacería casi que xenofóbica contra ellos, aseguró “Jeffer” un venezolano que trabaja en las intersecciones semafóricas de la ciudad.

“Yo vi el video de la pelea en el centro, y pues eso uno se ríe, pero luego se preocupa porque a la final no es un venezolano, somos todos, y de ahí se agarra la gente para tratarlo mal a uno, esta no es la vida que uno quiere, pero dadas las cosas le toca, pero obvio que eso no debe justificar que se peleen, y generen problemas” aseguró este joven de 23 años, que diariamente se ubica en la avenida del Ferrocarril a la altura de la avenida del Río para intentar ganar unos cuentos pesos vendiendo frutas.

La preocupación de “Jeffer” la comparten otros miles de migrantes, que hoy en día se muestran preocupados, por lo que los constantes casos de hurtos, violencia e incluso homicidios en los que se ven involucrados coterráneos pueda terminar generando en las políticas e intervenciones que vayan a desarrollar las autoridades.

Según ha indicado en reiteradas intervenciones el comandante de la Policía Metropolitana de Santa Marta, la presencia de migrantes inescrupulosos ha sin duda alguna alterado la seguridad, incidiendo notablemente en los casos de criminalidad en la capital del Magdalena, teniendo en cuenta que del total e las capturas realizadas hasta julio de este año, el 15 por ciento corresponden a ciudadanos venezolanos, máxime 11 homicidios de población migrante entre los que cabe recordar se han dado incluso entre ellos mismos por problemas, que han asegurado las autoridades se han creado cuando se encontraban sus localidades de origen en Venezuela.

Al respecto, Amparo Pinto, representante de la Colonia de Venezolanos en Colombia -ColVenz capítulo Santa Marta menciona que les preocupa ese escenario y que incluso se vayan a cerrar las fronteras, pero en caso de ser verificados se debe aplicar la Ley toda vez que la población migrante no puede llegar a un país, queriendo pasar por encima de la normativa. “Sabemos que algunas de las personas que llegan provenientes de Venezuela no son las más adecuadas eso pasó con las migraciones en cualquier lugar del mundo y como dijeron las autoridades son muy generosos y mano dura con el que no cumpla con las leyes de Colombia es lógico pero realmente muy agradecidos con las autoridades y por esto apoyo que se le está dando a la comunidad venezolanaen Colombia” mencionó.

Precisamente, en recientes declaraciones el director de Migración Colombia, Cristian Krüger Sarmiento, indicó que el Gobierno no cerrará el paso fronterizo con Venezuela, luego de que el congresista Alejandro Chacón hiciera esta solicitud en la Comisión Segunda de la Cámara de Representantes. “A quienes piden cerrar la frontera les recordaría la historia, cuando viajamos hacia Venezuela, y también los invitaría a que miraran lo positivo que ha traído la migración, más allá del discurso político, en materia de comercio en zona de frontera” agregó que cerrar la frontera lo único que crearía sería una nueva problemática porque los ciudadanos seguirán cruzando la línea limítrofe por los pasos ilegales, además que fortalecerían a las mafias de trata de personas.

CAMPAMENTO HUMANITARIO

Pero la presencia de la población venezolana, no se ha convertido únicamente en un tema de seguridad e invasión, la alta informalidad en las labores que a diario desarrollan los migrantes ha causado que en el Centro Histórico por problemas además de mendicidad, los comerciantes formales se hayan visto afectados por lo que hacen una propuesta de la creación de un campamento humanitario en la ciudad que permita entre otros evitar que este importante sector turístico y comercial de la ciudad se siga viendo “tomado” en cada esquina.

Según indicó una vocera de los comerciantes de esta zona, la propuesta consiste en “queremos hacer el primer campo humanitario ya que entendemos las condiciones y la situación que está pasando en la ciudad, pero tampoco se puede permitir que sigan en las calles ya que están en unas condiciones infrahumanas, y que terminan no solo afectando sus vidas sino también el sector del Centro Histórico, lo importante es dignificar a estas personas” manifestó.

Agrega que es necesario que el Gobierno Nacional mire hacía la ciudad, porque no existe actualmente una política clara de intervención de la poblaciónmigrante, que está terminando de afectar a la ciudad, en la ya de por sí Santa Marta sin oportunidades laborales, y con sus propios problemas a los que se le están sumando estos nuevos día a día.

Y es que en la actualidad incluso las zonas de las laderas de los ríos están siendo tomadas por esta población migrante, que ante el poco acceso a vivienda, han tenido que optar por arriesgar sus vidas creando ‘cambuches’ en los ya mencionados cerros tutelares de la ciudad, y en las riveras de afluentes como el Manzanares, los cuales para la actual temporada de lluvia aumenta su caudal lo que de no llegarse a intervenir representaría no solo una tragedia, sino un problema mayúsculo teniendo en cuenta que muchos de estos no se encuentran regularizados a través de permisos especiales de permanencia que otorga el Gobierno Nacional.

Como “Jeffer” este joven que a diario se rebusca e intenta sobrevivir en esta ciudad de contrastes, frente a la oportunidad de un albergue humanitario, asegura que si bien el habita en una pieza que arrienda que le proporciona lo básico para su estadía que son de pocas horas, porque el resto de tiempo se encuentra en los semáforos, si serviría a varios de sus compañeros que les toca vivir en zonas como la Bahía, y las plazas y parques.

“Tengo varios amigos que les toca vivir en la calle porque apenas llegaron a Colombia, y no tienen los cobres suficientes para pagarse una pieza, y a pesar que uno quisiera ayudarlos la situación no da, a uno le toca sobrevivir más que subsistir, pero si abren un albergue eso puede también causar que mucha gente de otras regiones se venga y se complique la cosa, porque sé que no hay otra ciudad que tenga albergues a los venezolanos, pero si ayudaría a los que ya están acá” expresó este joven.

Hasta el momento, la política de atención a población ha priorizado en temas humanitarios como salud y educación, y por supuesto la regularización, pero otros aspectos como el acceso a la vivienda, empleo se encuentran “en pañales” ante una situación que no solo se ha salido de control para el Gobierno Nacional, sino que en Santa Marta por lo menos ya está tocando niveles y casos preocupantes, que puedan no solo terminar en un aumento de las riñas, sino también en tintes xenofóbicos, por lo que se hace urgente el acompañamiento en temas que permitan que esta bomba de tiempo que ya estalló, no termine convirtiéndose en un problema aún más grande que la misma ciudad en la que se presente.

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