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¿Qué falta por hacer para mejorar la educación colombiana?

De acuerdo con el reciente estudio realizado por la Corporación Universitaria Minuto de Dios, el 70% de los jóvenes egresados de la universidad está trabajando. Sin embargo, aún existen otros retos en cuanto financiación y digitalización a las que se deben adaptar las instituciones de educación superior.

Harold Castilla, rector de la institución, habló con COLPRENSA acerca del panorama de la educación superior y la empleabilidad en Colombia y los retos a los que se enfrentan universidades y empresas para ofrecer mayores oportunidades para los jóvenes.

COLPRENSA: Hay carreras universitarias como derecho y ciencias humanas que son las que quieren estudiar los jóvenes. Sin embargo, el mercado laboral exige otras como economía, administración o ingeniería. ¿Cuál es el trabajo de las universidades para orientar desde el colegio a los jóvenes a escoger una carrera que tenga un equilibrio entre el gusto por ella y buenas ofertas de trabajo?

Harold Castilla: Yo creo que ese es uno de los desafíos que tienen hoy las instituciones de educación superior en Colombia y en el mundo. Yo lo he venido diciendo en distintos escenarios, como rector general de Uniminuto, las universidades estamos en el medio de la oferta y la demanda laboral.

Estamos formando realmente en función de esa oferta. Hay que fortalecer las competencias y habilidades que estos estudiantes deben tener a la hora de salir al mercado laboral. Además hay que ver cuáles son hoy las realidades de este campo. Por eso se dan los trabajos que el mundo del trabajo está realmente exigiendo.

Ahí es donde deben cuestionarse las universidades, porque a lo mejor, debemos formar profesionales al modo que exige hoy en la demanda laboral. Tenemos que incorporar temas como la digitalización, las tecnologías de la información, todas esas competencias y habilidades que tienen que estar incluidas en los procesos de aprendizaje de los estudiantes y que realmente el mercado requiere.

COLPRENSA: ¿Qué pasa cuando una persona no se adapta a las competencias que el mercado laboral pide actualmente?

Si una persona no tiene estas habilidades y competencias, va a estar por fuera de ese mercado y ahí definitivamente, las dificultades van a ser mayores. Entonces yo creo que debemos realmente tomar muy en serio cuáles son esas ofertas académicas que las universidades vamos a hacer en el mundo de hoy.

Algunos estudiosos del tema dicen que se están acabando muchos trabajos. Pero también, otros están naciendo, ¿Estamos preparando a la gente para ello?, ¿Estamos formando en torno a las competencias que se requieren en el mundo hoy?  Esa es la responsabilidad de nuestras instituciones de educación superior.

En Colombia, todo lo relacionado con ingenierías y ciencias duras son muy necesarias hoy en día, sin embargo, no podemos permitir que las ciencias sociales y humanas no se desarrollen. Y por eso yo he insistido que debe darse la bienvenida al mundo digital, a las ciencias duras, a la ingeniería, y en general, a todos los temas de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación, siempre y cuando se le dé un componente humanista y social.

COLPRENSA:: Hay algo que llama la atención del estudio y es que apenas el 10% de los graduados del colegio se inclinan por estudiar ciencias de la educación. ¿A qué se debe esto?

H.C: Tengo una teoría que ya hemos socializado y profundizando. Yo creo que el tema es que hablamos de tener una Colombia más educada, de las ciencias y el mundo del conocimiento y se convierte en una panacea.

En los últimos años, en especial con las políticas públicas de nuestro país, creemos que la educación es la salida para la formación del desarrollo de la persona y de la sociedad colombiana y efectivamente, así es.

Sin embargo hay que ver quién educa y cómo se articulan los procesos de educación desde una básica primaria, una secundaria y una educación terciaria.  Además, debemos preguntarnos ¿quiénes están profesionalizando para ser educadores en nuestras instituciones y facultades de educación? Es necesario hacer una mayor valoración social al educador y a los procesos que realiza en cuanto a escenarios, pedagogía, dinamismo, aprendizaje, docencia y todo lo que tiene que ver con el tema educativo.

Otro aspecto a destacar es que queremos que nos dejen formar a los profesionales de la educación y motivarlos para que realicen esta labor. Es necesario ver cómo se les está remunerando, cómo colocarlos en un buen lugar. Esto es parte de lo que pasa en Colombia y lo que debemos trabajar para que nuestros estudiantes se animen a estudiar educación. No se trata de que los peores estudiantes digan “como soy malo en A o en B, entonces me vuelvo educador”, desde ahí hay que cambiar el chip y debemos ser capaces de entender que ser profesor es una vocación muy importante para la sociedad colombiana, para las familias y debemos darle el lugar que se merece.

COLPRENSA: En el estudio también se habla de un tema muy importante como lo es la financiación educativa y se ve que muchas personas tienen bajos ingresos para pagar una universidad. ¿De qué forma se está ayudando a la gente para que no tengan un endeudamiento alto al momento de graduarse y también se puedan vincular al campo laboral?

H.C: Ese es otro de los temas que desafía al sector de la educación superior en Colombia, el tema de la financiación. Es un problema serio para pensar y definir qué tipo de mecanismos o acciones vamos a construir juntos con el fin de que nuestros estudiantes puedan seguir estudiando y las familias colombianas tengan la oportunidad de que sus hijos estudien. Finalmente, la familia colombiana es la que se endeuda.

Por otra parte, es un valor para las familias porque les gusta que sus hijos estudien. ¿Cómo les ayudamos? Las universidades estamos haciendo un esfuerzo de encontrar esos mecanismos a través de múltiples formas. A través del crédito educativo y las cooperativas,  los subsidios al valor de la matrícula, a través de las becas socioeconómicas que las instituciones damos en función de que nuestros estudiantes permanezcan en la ruta de aprendizaje y tengan la opción de ingresar, quedarse y tener el éxito deseado en su carrera.

Finalmente el estudiante debe tener la certeza de que su inversión financiera y la de su familia va a tener el retorno de inversión. Eso es lo que también se quiere garantizar, de tal manera que esa agregación de valores en procesos formativos le deje al estudiante un posicionamiento y una pertinencia de su desarrollo profesional  en la medida que ha podido realmente invertir el dinero para su formación y que las calidades de esa formación sean grandes, de calidad y permitan esa coherencia con su posicionamiento como profesional, su enganche laboral, su sueldo, etc. Yo creo que las universidades colombianas y el gobierno desde sus políticas públicas se han preguntado sobre el desafío de la financiación

COLPRENSA:: Con respecto a la digitalización y el cambio generacional a los nativos digitales, ¿cómo están actuando las universidades para adaptarse al proceso?

COLPRENSA:: Esto es algo que nos ocupa a todas las instituciones de educación superior en todos los niveles  del sector de la educación en Colombia. Evidentemente, tenemos que incorporar estas tecnologías a nuestros sistemas de aprendizaje,  docencia, gestión y organización.

Actualmente, las organizaciones requieren que sus colaboradores tengan conocimiento en analíticas y big data. Estas no son solamente descriptivas, sino más bien predictivas y todo eso lo hace la tecnología. Tiene que ser algo que esté en el día a día de las instituciones de educación superior, especialmente los procesos de aprendizaje.

Hoy los estudiantes tienen la posibilidad de acceder al conocimiento sin tanta mediación, en el sentido del profesor que se las sabía todas. Ahora el estudiante tiene ese conocimiento en la nube a través de los sistemas y medios.

Debe cambiar el paradigma del profesor, de los ambientes, de aprendizaje, de los procesos de formación siendo más autónomos y dejar que el estudiante haga uso de su autonomía. Eso está implícito en el aprendizaje, no en la docencia, aunque esta sigue siendo aún importante. A través de mis estudios, lecturas y análisis, el profesor se convierte en un mediador del conocimiento mucho más completo por su nivel cognoscitivo y debe ser más integral.

COLPRENSA: De acuerdo con el estudio, el 70% de los jóvenes que están en pregrado están empleados, sin embargo, hay que pensar también en ese 30% que aún no lo está. ¿Qué aspectos están teniendo en cuenta las empresas para que seleccionen a un joven y pueda trabajar?

H.G: Yo creo que las universidades también debemos hacer un esfuerzo desde el proceso formativo mismo de ayudar a nuestros estudiantes a que vayan desarrollando esas competencias que hacen posible que ellos se enganchen laboralmente. Por ejemplo, la práctica profesional. La universidad tiene unidades estructuradas de acompañamiento, de desarrollo de habilidades y competencias en particular. Además, desde la universidad, se da apoyo mediante aprestamiento laboral con el objetivo de desarrollar grandes habilidades que toca ayudar en nuestros estudiantes.

Bogotá (Colprensa).  

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