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Ecuador exige visa a venezolanos, ¿cómo afecta a Colombia?

Ahora Ecuador dejó de ser uno de los primeros destinos a considerar para los migrantes venezolanos que están huyendo de la crisis humanitaria que vive su país y que ha sido reconocida por la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, Human Rights Watch y otras organizaciones.

Este lunes entró en vigencia la solicitud de una visa humanitaria a quienes quieran entrar a su territorio para quedarse o cruzar. Con esto, Ecuador se convierte en el tercer país de la región en aumentar sus requisitos para la entrada de venezolanos, junto a Chile, que exige que tengan un familiar en su territorio, y Perú, que también exige visa.

Los migrantes deben presentar su pasaporte, un certificado de antecedentes judiciales apostillado por la administración oficialista de Venezuela, presidida por Nicolás Maduro, y pagar US$50, correspondientes al costo del formulario de inscripción.

Si se miran esos requerimientos desde la posición de un venezolano que sale de su nación a pie porque no tiene cómo pagar un pasaje, y en un país donde no se están expidiendo documentos a causa de la ineficacia de las instituciones, la falta de papel o la escasez de dinero, hace aún más difícil cumplir la meta.

Ipiales en crisis

El puente Rumichaca, que conecta a Ipiales, Nariño, con Tulcán, Ecuador, parecía no dar a basto este fin de semana. En los últimos cuatro días llegaron al menos 7.000 personas al día a intentando cruzar al otro país, según el reporte de la Alcaldía de Ipiales. Venezolanos con maletas y esperanzas de encontrar suerte.

Todo un cuello de botella de personas esperando ingresar antes de las 0 horas de este lunes. El alcalde de Ipiales, Ricardo Romero, relató que el municipio se prepara para un represamiento, debido al flujo de migrantes que no alcanzó a cruzar, y fue enfático en señalar que necesita recursos.

“La migración no debe mirarse solo desde Cúcuta. Esa es la entrada, pero estas personas tienen que venir hasta Ipiales para conectarse con el sur y acá también hay un punto crítico”, enfatizó. Su administración tiene dispuestos seis albergues para 400 personas que estuvieron funcionando al doble de su capacidad.

El alto flujo migratorio que se presentó se explica porque Ecuador anunció un periodo de regularización migratoria para las personas que ingresaran antes de este 26 de agosto, pero solo hasta el día 22 de este mes el Gobierno aseveró que ese lapso de “amnistía” no contemplaría las entradas hechas entre el 27 de julio y ayer.

Los migrantes arribaron con la ilusión de ser cobijados con una medida que, al fin de cuentas, no los beneficiará.

Que la situación en Ipiales es crítica no es solo una alarma local. Como lo explica la directora del Centro de Estudios de Migración de la U. de los Andes, Carolina Moreno, esta medida representa una presión para los municipios de frontera porque la gente no se devolverá de inmediato, sino que esperará un tiempo para ver qué sucede.

Suramérica descoordinada

Colombia, el territorio con más migrantes (ver gráfico), queda en medio de esas restricciones. En su orden, Chile, Ecuador y Perú ocupan los siguientes lugares en la lista con más migrantes, seguidos por Argentina, un lugar al que se hace difícil trasladarse ante su crisis económica.

La profesora de derecho de la U. de los Andes e investigadora, Gracy Pelacani, comenta que es imperativo leer el fenómeno desde un contexto regional y que la aparición de estas medidas son resultado de la “ineficacia de los procesos de coordinación regional”.

“Es una ilusión creer que se va a limitar el flujo a través de estas restricciones. Las personas intentarán encontrar otras vías, regulares o no”.

La visa humanitaria no estará al alcance de todos. Entonces, para quienes ven a Colombia como un lugar de paso, queda la opción de buscar asilo o refugio, pero estas figuras dependen de la regulación de cada Estado. Con esto, se abre un camino gris para los venezolanos: las rutas irregulares, donde están en riesgo de trata o de caer en manos de ilegales como el Eln o las disidencias de las Farc.

Discurso sin acción

Aunque Perú lideró la creación del Grupo de Lima, que asegura buscar una solución pacífica a la crisis del país; el presidente de Chile, Sebastián Piñera, fue uno de los mandatarios que apareció en la frontera entre Colombia y Venezuela el 23 de febrero para el concierte Venezuela Aid Live; y el presidente de Ecuador, Lenín Moreno, personificó un cambio en la posición de su nación respecto a Caracas, las reacciones se han quedado solo en el discurso, pues, como queda claro, exigen requisitos difíciles de cumplir para los migrantes.

Todos estos mandatarios se sumaron al cerco diplomático, reconocieron a Juan Guaidó como presidente legítimo y escenarios diplomáticos para conseguir el fin del régimen y la transición democrática. A juicio de la experta en migraciones de la U. del Rosario, María Teresa Palacios, “es lamentable que estén dejando sola a Colombia en la atención humanitaria”.

Desde sus inicios el gobierno Duque ha trabajado una política cercana al migrante, pero se está quedando sin recursos, como lo afirmó la semana pasada el canciller Carlos Holmes Trujillo. Hasta el pasado 14 de agosto, Colombia había recibido US$96 millones para esta crisis. Sin embargo, este dinero es solo el 34,4 % de lo proyectado en cooperación internacional.

La decisión de Ecuador es particular: su Constitución declara el principio de la “ciudadanía universal, la libre movilidad de todos los habitantes del planeta y el progresivo fin de la condición de extranjero como elemento transformador”. Una premisa que se desvanece con su exigencia.

El Colombiano

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