La pugna por la regulación del cigarrillo electrónico

Según el informe de la Conferencia de las Partes en el Convenio Marco de la OMS para el Control del Tabaco, publicado en 2016, la toxicidad de los vapeadores son inferiores que los cigarrillos convencionales, por ello no quiere decir que sean completamente inofensivos.

El Gobierno Nacional y los sectores a favor del vapeo han abierto el debate sobre la regulación del uso, venta y publicidad de cigarrillo electrónico, a raíz de la aprobación en segundo de esta iniciativa impulsada por el senador José David Name, del Partido de La U.

De acuerdo con Name, la Organización Mundial de la Salud tiene informes en los que enlistan a los líquidos que componen los cigarrillos electrónicos, y que son considerados altamente tóxicos y carcinógenos.

Según el informe de la Conferencia de las Partes en el Convenio Marco de la OMS para el Control del Tabaco, publicado en 2016, la toxicidad de los vapeadores son inferiores que los cigarrillos convencionales, por ello no quiere decir que sean completamente inofensivos.

Con respecto a la efectividad de estos dispositivos  para dejar de fumar, el informe aclara que es muy escasa la posibilidad de que una persona vapeadora deje de fumar definitivamente. De hecho,  18% de los fumadores de cigarrillo normal se cambiaron a cigarrillo electrónico, sin embargo, ninguno de ellos dejó el hábito por completo.

Así mismo, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Tabaquismo, realizada por el Ministerio de Salud y la Universidad del Valle, 15% de los niños y adolescentes entre 12 y 18 años han consumido cigarrillos electrónicos, lo cual genera una amenaza para su salud. “Mientras el cigarrillo convencional desaparece gracias a la restricción de los espacios libres de humo, se ve ahora muchas más personas, sobre todo jóvenes, que están consumiendo estos productos en lugares cerrados y lo toman como hábito” enfatizó Name.

Por otra parte, Francisco Ordóñez, presidente de la Asociación Colombiana de Vapeadores (Asovape) afirmó: “Creemos que debe haber una regulación y estamos de acuerdo que de ninguna manera, ni física ni virtual, los jóvenes accedan; hay que tener un control sobre eso. Pero estamos en desacuerdo con la manera que plantea el proyecto el senador Name para insertar los cigarrillos electrónicos como productos derivados del tabaco”.

Esto se debe a que estos productos tienen una cantidad mínima de nicotina, incluso inferior a la reglamentada por la FDA (Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos), por ende no debería figurar en esa categoría.

Además, según Ordóñez, el usuario es quien tiene libertad de graduar la cantidad de nicotina del cigarrillo electrónico de tal forma que al final tenga una cantidad baja que lo ayude a dejar el hábito de fumar.

Contrario a lo que afirma Name, Ordóñez puntualiza que existen estudios que muestran la efectividad de los cigarrillos electrónicos para dejar de fumar, sin embargo, estos casos no han sido escuchados.

 “Los estudios que se han hecho de manera rigurosa, teniendo en cuenta los dispositivos y la frecuencia de uso, han demostrado que los vapeadores son 25% menos dañinos que el tabaco. Es una política pública en Inglaterra. Los médicos están autorizados por parte del Estado a que inviten a las personas fumadoras para que se pasen a los vaporizadores como elementos que generan menos riesgos a la exposición del humo del tabaco tradicional”, explica.

BOGOTÁ COLPRENSA