HOY DIARIO DEL MAGDALENA
Líder en la región

Política a lo grande

En democracia, lo sabemos todos, se gana y se pierde. Igual, aunque no todas las veces sucede, siempre deben los resultados que los pueblos consignan en las urnas, entenderlos en contexto y significación histórica y política. Pero pareciera que existiesen pueblos ignorantes o brutos, que justifican ganadores independientemente de cómo hicieron para lograr la victoria. Respecto de nosotros, se percibe en la mayoría de los casos un país sin partidos políticos verdaderos, apenas remedos burdos de organizaciones con caudillos de poca monta y candidatos “nada que ver” que no saben escuchar a la gente, como tampoco conectarse con sus necesidades, demandas, aspiraciones, ni comunicar una visión global más allá de propuestas electoreras.

Asusta el problema que entrañan muchos de nuestros partidos, los cuales no poseen escuelas de formación política con visión, perspectiva, alcance ni estructura nacional, como tampoco con reglas reales de democracia interna. Parece haberse olvidado en sus senos que no hay democracia sin organizaciones políticas sólidas, fuertes, robustas, articuladas, con profundas reflexiones ideológicas y actividades políticas con incidencia en el ámbito público en los más de sus órdenes y niveles. Vemos en ellos ausencia total de liderazgos. Uno que otro candidato de valía. No se acercan a los sectores populares en procura de unidad en beneficio colectivo, lo que genera escepticismo. Son apenas opinadores ofensivos y sesgados que parecieran ignorar que quien aspira a ser elegido popularmente está obligado a someterse al escrutinio ciudadano.

Pero aún hay más, se olvida también que los ciudadanos son parte esencial de la democracia. Que el destino de la política está íntimamente aunado al de la democracia como voz cantante y sonante de la voluntad colectiva y de la política, de la construcción de consensos y de la definición de los lineamientos institucionales que hacen viable la existencia de la sociedad y el Estado. Que el contenido esencial y estratégico de la política es construir democracia como idea del Estado y la ciudadanía. Que los contenidos de la política deben orientarse a la reestructuración que se dan en las rupturas Estado-sociedad-economía.

Que política y democracia encierran gobernabilidad democrática, desarrollo humano sostenible, sistema institucional, arquitectura social, Capacidades estas políticas, económicas y sociales en la que todos deben sentirse partícipes; además de consensos, sistema de seguridad jurídica, Estado de Derecho, legalidad con legitimidad e interdependencia en lo económico, político, social, cultural, medioambiental y honestidad en el ejercicio de la función pública.

Que modernizar la sociedad requiere la concertación institucional, educativa, económica y social, sociedad civil autónoma, sistema de partidos modernos y un sistema institucional que propicie eficacia económica y equidad social. Que somos todos quienes debemos contribuir al diseño del nuevo Estado y la nueva sociedad si en verdad queremos evitar caos, uniformidad y autoritarismo.

Que es indispensable hacer posible la unidad en la diversidad, como forma plural de convivencia intercultural. Que las soluciones civilizadas y civilizadoras vendrán por la vía de las concertaciones, los acuerdos políticos, voluntad e inteligencia capaces de identificar el derecho a la vida, a la dignidad, a la libertad y la justicia. Que la democracia es un sistema político, pero sobre todo un sistema de valores, una ética que hace que ella y la política sean valores humanos en contexto de dignidad, en definitiva, lo que hace grande y decente a la política y a la democracia. [email protected]

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