HOY DIARIO DEL MAGDALENA
Líder en la región

¿Poder a perpetuidad?

Continuidades y reelecciones amenazan las democracias, violan el Estado de Derecho y desdibujan los mejores destinos, por ello la importancia de acotarlas como una garantía contra la perpetuación en el poder, que implica abuso y tiranía y es deber prevenirlas desde sus pesos y contrapesos con alternancia, separación de poderes, libertad de expresión y demás otros contextos en defensa de la democracia, lo que impone condenar las practicas reeleccionistas y continuistas, a fin que no se siga debilitando la esencia democrática, para no sucumbir sin remedio en excesos y perniciosas perversidades.

El poder, refieren algunos, es un vicio malo, puesto que quien lo tiene o lo ejerce siempre querrá encontrar sin pudor, recato, ni decoro los medios para prolongarse en él; y de otra parte, quien no lo tienen también busca por similares caminos conseguirlo. Instituciones políticas pierden su identidad, en síntesis, su razón de ser, y ceden ante el embate de quienes quieren seguir empoderados o lo pretenden. Ante la codicia y avaricia por conseguirlo, la ideología deja de importar y ser el oriente que marque y luz que ilumine un sendero específico; además que se pierde irremediablemente, el concepto de la espacialidad política, al desdibujarse si se es de un lado, de otro o del centro. Sólo entra a importar el poder por el poder, bien por su continuidad o su reelección.

Reelección y continuidad que entre nosotros parece haberse hecho profesión. Unos y otros buscan, mediante el reparto de prebendas y la pesca de incautos, las condiciones para favorecer sus intereses y codicias personales dejando de lado los principios y valores que en términos reales darían cohesión a un proyecto con alcance colectivo que por encima de todo sirva a la sociedad. Hoy los partidos son resortes, no importan ciudadanía ni comunidad, las devalúan, no interesa su orientación hacia una ideología. Tenemos una política comercializada, decadente, sucia, vulgar, indecente, que desampara a los sufragantes en todas las formas, sentidos y singularidades; amén de dejar de lado toda vocación de servicio a la comunidad.

El proceso electoral en marcha muestra y demuestra mi aserto. Cambios por doquier. Traslados de bandos. No se respetan principios. Lo ayer defendido, hoy se desconoce y ataca. Unos que se convierten en otros. Es la feria de las vanidades, los intereses y las conveniencias estén donde se encuentren. Se le vende el alma al diablo, y lo que es peor, por migajas, sin importar el descrédito. Por lo visto, no vamos a tener en estos comicios como poder redefinir el rumbo de nuestras unidades territoriales. No vemos, salvo escasa excepciones, un derrotero básico, válido ni cierto de propuestas de políticas públicas que nos beneficien para bien y mejor estar.

Hasta cuando dejarán de lado nuestros dizque políticos, sobre todo cuando mal y peor lo hacen, apostar al continuismo y la reelección en su afán desmedido de perpetuarse en el poder?. Mientras tanto Santa Marta, el departamento y sus municipios seguirán sufriendo de los problemas que no les han sido resueltos, entre ellos pobreza, desigualdad, improductividad, incompetencia, exiguo crecimiento económico, falta de servicios básicos, corrupción, subdesarrollo social y humano, autoritarismo, y demás otros muchos por todos conocidos.

Mutis por el foro hacen las grandes iniciativas para erradicarlos, como nunca dejar de lado repetir, mantener o conseguir el poder por el poder valiéndose de lo que fuere, sin importar con quien se cuente, así sean personas indeseables. ¿Será que no seremos capaces de entender y mucho menos comprender que el poder es un fin de servicio, y no un interés, ambición, codicia ni avaricia de un grupo o persona en particular?. Amanecerá y veremos.[email protected] *Jurista

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