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Paso de ´Dorian´por Bahamas dejó más de 20 muertos

La Guardia Costera estadounidense y la Marina Real británica se sumaron a los equipos de rescate con helicópteros, conduciendo evacuaciones médicas y evaluaciones aéreas para ayudar a coordinar los esfuerzos de alivio, así como vuelos de reconocimiento para evaluar los daños.

Los esfuerzos para rescatar sobrevivientes de Dorian se redoblaron ayer miércoles en las Bahamas, con apoyo de Estados Unidos y Reino Unido, en medio de la gran devastación que causó el huracán en este archipiélago del Océano Atlántico.

Los bahameños utilizaban jet skis y botes para retirar a las personas atrapadas en sus casas inundadas y destrozadas por las intensas lluvias y vientos de uno de los ciclones más potentes de los que se tiene registro.

La Guardia Costera estadounidense y la Marina Real británica se sumaron a los equipos de rescate con helicópteros, conduciendo evacuaciones médicas y evaluaciones aéreas para ayudar a coordinar los esfuerzos de alivio, así como vuelos de reconocimiento para evaluar los daños.

La Federación Internacional de la Cruz Roja y la Media Luna Roja (IFRC) dijo estar preparando «un gran esfuerzo de emergencia» para aliviar la situación de unas 76.000 personas afectadas por el ciclón en Gran Bahama y en las islas Ábaco.

Unas «70.000 personas necesitan ayuda inmediata» en las islas Bahamas tras el paso de Dorian, dijo por su parte el secretario general adjunto para Asuntos Humanitarios de la ONU, Mark Lowcock.

La organización desbloqueó un millón de dólares, dijo Lowcock a periodistas a través de un contacto telefónico desde Nassau, y habló de la necesidad de proporcionar alimentos, agua, refugios y medicamentos a los afectados.

Hasta el momento se ha informado de siete fallecidos, pero las autoridades bahameñas prevén que la cifra aumente.

El primer ministro Hubert Minnis calificó la situación como «una de las mayores crisis en la historia» del país.

Imágenes aéreas muestran daños catastróficos, con centenares de viviendas sin techo, autos volcados, enormes inundaciones y escombros por todos lados.

En el aeropuerto de Nassau, abrumado por el ruido de las hélices de los helicópteros de rescate, las ambulancias aguardaban la llegada de heridos para trasladarlos a los hospitales.

«Todo lo que tenemos -que teníamos- está en esa isla», dijo Meghan Bootle, de 21 años, una estudiante de Nassau cuya familia vive en el norte de la isla de Gran Ábaco. «No nos quedó nada.»

Su hermana Raevyn, de 18, indicó que muchos residentes heridos estaban esperando salir de Ábaco. «Esperamos que el gobierno habilite el aterrizaje de aviones, que envíe barcos y ayude a la gente a salir de la isla».

Martysta Turnquest, de 25 años y prima de las hermanas Bootle, señaló que provienen de una parte de Ábaco de la que no se han tenido noticias desde el domingo, cuando Dorian tocó tierra en la isla como huracán categoría 5, con vientos de poco menos de 300 km/h.

«Aún hay un sinnúmero de personas de otros asentamientos de las que no se sabe nada», dijo Turnquest.

Stephen McAndrew, director regional adjunto para las Américas de la IFRC, afirmó que «la velocidad es esencial» para las operaciones de rescate.

«Ahora que Dorian se está alejando de las Bahamas, hay una ventana de oportunidad para salvar vidas y comenzar a aliviar el sufrimiento de estas comunidades», agregó en un comunicado.

NASSAU AFP

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