HOY DIARIO DEL MAGDALENA
Líder en la región

Minucias protocolarias

Amerita preguntarse con la shakespereana Julieta qué hay en un nombre para desentrañar por qué la gente se sale de la ropa cuando la mencionan en público.

Nadie quiere renunciar a sus quince segundos de fama. En las transmisiones de televisión muestran a alguien en la gradería y con su jubilosa reacción está diciendo que por ese instante valió la pena vivir.

En la reciente inauguración del túnel de Oriente, el departamento de menciones por poco tarda más que la construcción del túnel que pone a Medellín a darse piquitos con Rionegro en escuetos 18 minutos.

Casi les ningunean el crédito a los que construyeron ese silencio de luz del día que es un túnel: la obreriada, como lo llamaba el poeta Luis Vidales.

En la entrega del Parque cultural y ambiental Otraparte, en Envigado, los créditos coparon tanto tiempo que en ese lapso habrían podido leer “El viaje a pie” de Fernando González, y el artículo de la revista Antioquia en el que el Brujo  invita a no odiar más de media hora: ” ¡qué pereza odiar durante días, meses y años…”.

Hubo crédito hasta para el suspendido alcalde de Envigado, Raúl Cardona, quien disfruta de sabático domiciliario para decirlo con “misericordia” como sugiere el gobernador Luis Pérez.

Nada más adormecedor que esa eterna y lagarta mención de nombres y cargos de gente enmermelada burocráticamente. ¿Qué tal acabar con tanta lambonería en actos públicos?

Los más mentados son los cacaos de la mesa principal que se pavonean desde su fugaz inmortalidad de peluche. Los que no alcanzaron puesto a lado de los duros, buscan asiento en primera fila desde donde puedan ser observados por el César de turno, dispensador de favores. Además, pueden mojar más televisión.

En época preelectoral sí que les ayudan esos vitrinazos a los candidatos. No pueden concurrir por farisaico mandato constitucional pero sus jefes políticos lo hacen por ellos.

Mejor si hay  inauguraciones como la del túnel  con presencia de  encopetados personajes como el presidente Duque, el alcalde Federico o el gobernador Luis Pérez.

Si el alcalde Fico dijo en la inauguración del túnel que el presidente es “casi antioqueño”, el gobernador Pérez lo declaró antioqueño total. Se da esa y otras licencias porque recibió la obra de pantalón cortico y la entregó completa.

Pérez también se negó a decirle senador a Álvaro Uribe: no lo bajó de presidente. Lo dijo con una de sus tantas camisas de sospechosa elegancia, digámoslo también con misericordia.

A la hora de las menciones, suficiente con el  jurásico e incluyente señores y señoras, el amigos y amigas de Lleras Restrepo o el “mijtos” de Rigoberto Urán.

Aprovechen mi propuesta porque no nací pa semilla. Votaré por candidatos que prometan ahorrar en protocolo.

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