HOY DIARIO DEL MAGDALENA
Líder en la región

Solo busca desviar la atención

Bajo el pretexto de una presunta intervención militar desde nuestro país, el gobierno de Maduro inició los ejercicios militares en la frontera con Colombia, una alerta naranja, bajo el argumento de que nuestro país no quiere la paz. Aseguró el dictador venezolano que el despliegue militar busca una mayor seguridad, paz y tranquilidad en su país, al mismo tiempo que negó sus nexos con el Eln y con las disidencias de las Farc. Su discurso, claramente provocador, solo busca desviar la atención acerca de su acogida a grupos alzados en armas colombianos y de las dificultades que afronta el pueblo venezolano, por una escasez creciente de alimentos y de medicinas, condiciones de seguridad interna cada vez más difíciles y una profunda crisis económica.

Maduro también habla de un sistema de misiles de defensa antiaérea en una provocación que ya toma ribetes de total irracionalidad, y frente a la cual nuestro país no debe morder el anzuelo. Desde luego, se trata de actos desesperados de quien ve cómo la nación a su mando se destruye por su soberbia y terquedad, cuando debería abrir el camino hacia una opción que salve a Venezuela y de la que salga bien librado, antes de que el agravamiento de las cosas lo lleven a una salida con mayores traumatismos.

Se vienen intentando diversas alternativas para una solución negociada de ese conflicto que, infortunadamente, todavía no arroja resultados positivos. Lo que se necesita es que Maduro abra la posibilidad de unas elecciones presidenciales anticipadas, en las que el proceso electoral sea ejecutado por un organismo que no esté manipulado por el Ejecutivo, como ocurre actualmente, y donde no se restrinja la participación de observadores internacionales que puedan ser garantes neutrales de los resultados.

Se ha dicho que el gran escollo es la exigencia de Maduro en el sentido de que pueda él volver a presentarse como candidato. La verdad es que la situación actual allí es tan grave que no pueden darse más largas y buscar una opción viable así ello implique que Maduro aspire a repetir. El propósito de anticipar comicios debe ser lograr la legitimidad del gobierno en un ejercicio plenamente democrático y donde la oposición tenga la posibilidad real de acceder al poder. Con el caos que se vive hoy en Venezuela, una oposición unida y enfocada en una visión de futuro podría garantizar su llegada al Palacio de Miraflores.

Está claro que la salida militar no es conveniente para nadie, ni para Venezuela, y menos para Colombia, así que las palabras necias que hablan de ejercicios militares y misiles solo deben ser respondidas con el ánimo de exigir respeto a nuestra soberanía y por las vías de la diplomacia. Seguir el juego del lenguaje bélico, de las amenazas, de la agresión verbal podría conducirnos a una confrontación innecesaria y dañina que agravaría el ya difícil panorama de la migración desbordada de venezolanos hacia Colombia. Lo mejor sería una solución pronta que permita que quienes han migrado puedan regresar lo más pronto posible a su país, y ese objetivo no se logra, evidentemente, por la vía bélica.

La prudencia debe seguir siendo la consigna. Las vías diplomáticas y la denuncia de las arbitrariedades y desafueros de Maduro en la ONU y otras instancias internacionales, como ha anunciado el presidente Duque que procederá, es el camino para cerrarle al dictador las puertas del mundo, con la esperanza de que los rusos y los chinos se den cuenta de que lo que están tratando de proteger, por sustracción de materia, se les puede convertir en un dolor de cabeza y grandes pérdidas económicas.

*Internacionalista.

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