Impulsar más al departamento

Los magdalenenses tenemos nuevamente la oportunidad feliz de seguir trasegando por sendas de progreso, si definimos el camino de la consolidación y optamos por escoger como gobernador del departamento en la próxima justa electiva a quien ya demostró su capacidad al frente de los destinos del departamento, unidad administrativa que mostró durante su mandato como un ente en condiciones de proyectarse mejor desde su real potencial, único en muchos aspectos en el contexto regional y nacional, lo que quiere fortalecer en esta nueva oportunidad que demanda de sus conciudadanos.

Oportunidad que considero bien vale la pena, en lo que importa apoyar al doctor Luis Miguel Cotes Habeych, en mi caso, convencido por lo consignado en su idóneo programa de gobierno en el que veo reflejado soluciones que se articulan con ese potencial que poseemos y visibilizo realizadas en bien de nuestra gente. Aumenta esa convicción, cada vez que camino nuestro departamento, pleno de maravillas que emocionan dada su proverbial riqueza, plena de extraordinaria diversidad de ecosistemas, estaciones ensoñadoras, vegetación que llama a envidia, grandes montañas, arborización exuberante; magníficos, hermosos y poderosos ríos, lagunas, ciénagas, playas, selvas, sierras, manglares, habitados por una extraordinaria diversidad de formas de vida.

A esta riqueza que anonada tenemos que adicionarle el excepcional recurso que entraña nuestra gente, desde el más humilde, pasando por comerciantes, albañiles, electricistas, obreros, campesinos, profesionales, artistas; personas luchadoras, solidarias, de demostrada nobleza y generosidad, que categórica y  definitivamente renuevan en mí y también en nuestro candidato, quien lo manifiesta en público y en privado, la fe por este departamento y sus pobladores, lo que renueva la certidumbre que seremos más que capaces de seguir construyendo entre todos el gran departamento que merecemos.

Proyección y construcción que necesita ser conscientes que si bien tenemos derechos también responsabilidades, que obligan estar prestos, atentos, observantes, vigilantes, inmersos, comprometidos activamente en la procura de un mejor destino para todos, que no esperando los milagros que nunca llegarán, arropados de mentirosos como demagógicos populismos cuyas falsas ilusiones a nada conducen, castrando las posibilidades reales y mejores de integrales progreso, desarrollo y crecimiento.

Se impone revisarnos, aprender y reaprender de aciertos y errores, no dejar que nos engañen, roben y traicionen nuestra buena fe con descaro y cinismo al no cumplir con los compromisos adquiridos al ser elegidos, como viene aconteciendo en Santa Marta. No más promesas, dádivas, demagogia, paternalismo ni populismo. Es momento de un gobierno departamental en cabeza de quien ya se demostró al frente del departamento, en capacidad hoy de cumplir más que nunca y a cabalidad su tarea de administrar, gestionar y gerenciar óptima y responsablemente nuestros recursos.

Es de tener en cuenta que para las elecciones venideras no es cuestión de cambiar porque sí, ni de elegir a quien más diga o prometa ilusiones, sino a quien realmente quiere llevarnos sin pausa a la consolidación de realizaciones sin anteponer los intereses particulares por encima de los superiores de la sociedad magdalenense. Tenemos que entender que más allá de ellos está un departamento que requiere priorizar a su haber sus demandas y más caros anhelos. Se impone encauzar al departamento en un nuevo rumbo. El Magdalena necesita de todos y cada uno de nosotros. Hagamos robusta nuestra sociedad civil y demostrémonos que estamos para grandes [email protected] *Jurista