HOY DIARIO DEL MAGDALENA
Líder en la región

Unidad de propósitos

En el deber y la obligación estamos samarios y magdalenenses de reclamar unidad real para los grandes propósitos que requerimos, en la intención que nos salvaremos más pronto que después, ya que en la medida que acordemos un modelo de departamento posible y viable… avanzaremos, sin que ello signifique tener que condenarnos a consumir nuestras fuerzas en ello, sino por el contrario, aunar esfuerzos para salir avante en aras de un integral progreso. Tenemos que buscar la manera de profundizar en los cambios que necesitamos, en lo que buena falta hará un gobierno que sea superior a las diferencias y diversidades, lo mismo que posea férreas voluntad política y capacidad de decisión.

Es una poderosa ilusión que tenemos y se percibe en nuestras gentes, cansada de habitar en un departamento, que a pesar de tenerlo todo para hacerse y ser superior en el contexto nacional, se encuentra en modo pereza, estancado, con índices de desarrollo y crecimiento bastante lamentables en las más de sus aristas. Mal comportado y peor definido, sin identidad política, inestable y sin transformaciones de valía, debiendo importar metas demarcadas y realistas que tracen efectivas evoluciones.

Interesa estudiar y analizar lo que bueno y mejor resulte para una gran acción política que nos fortalezca y apunte a una cooperación mancomunada en muchos de los asuntos y cuestiones que concitan el interés general, en lo que itero, importa en mucho pasar por encima de las diferencias, evitar polarizaciones, ser leales y abiertos, lo que traducirá en manera notable seguros robustecimientos, siendo lo cual en sí mismo algo importante y diciente, especialmente en un departamento como el nuestro donde las identidades políticas están en decadencia desde hace décadas, hecho que amerita consolidar firmes estructuraciones como marca de identidad.

Es darnos reglas de juego internas bien definidas y funcionales para sacar provecho del común crecimiento y respetando los papeles e identidades de los demás, unidad en la diversidad que hará a todos más poderosos y representativos ante el universo poblacional, generando lo cual cambios positivos. No podemos seguir fragmentados en lo importante, ni acomodando discursos para salir del paso, cuando se requieren propuestas y soluciones para enfrentar los desafíos que tenemos, es decir, dar mayor atención a los problemas reales de la economía e institucionales, razón por la que sea válido reclamar más orden y progreso, proveer de garantías a los inversionistas y madurar más en democracia, lo que ha de llevarnos a avances más estable, ser más competitivos y acercarnos con mayor fluidez a ese cambio que necesitamos yendo tras las oportunidades y dejando atrás limitaciones, espacios cerrados, inconvenientes y dirigirnos con prisa y sin pausa a hacer mucho por y para mejorar nuestro sistema de representación y nuestra democracia en lo participativo, lo deliberativo y en las acciones a realizar para que esto sea la grande realidad que esperamos.

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