Colombia requiere una ley de ordenamiento costero

Los expertos coincidieron en que Colombia vive de espaldas al mar y que urge lograr una articulación jurídica en los procesos de ordenamiento de zonas costeras.

 

La experiencia cubana fue socializada como un caso exitoso donde la gobernanza, voluntad política y empoderamiento ciudadano juegan un papel fundamental en el manejo costero.

 

El territorio marino costero hace parte del desarrollo del país y debe legislarse para que exista un ordenamiento a través de una ley de costas que se requiere para evitar el crecimiento desbordado que se erige en zonas costeras.

Esa fue una las conclusiones a la que llegaron los científicos y expertos reunidos en el marco del VII Encuentro por el Mar y la Costa, evento académico organizado por la universidad Sergio Arboleda en alianza con el Banco de la República.

El evento se constituyó en un espacio de intercambio científico y académico sobre la complejidad del territorio marino-costero, a partir de las experiencias en temas legislativos, de gestión del riesgo y resiliencia urbana.

Camilo M. Botero, PhD en Gestión del Agua, miembro del Grupo de Investigación Joaquín Aarón Manjarrés de la Escuela de Derecho de la Sergio Arboleda, dijo que a nivel internacionales las leyes de costas se han convertido más en impedimentos, restricciones y en una serie de lineamientos que dificultan un desarrollo de las áreas costeras mientras estas podrían apalancar un mejor desarrollo.

 

Roberto Lastra, doctor en Historia, Celene Milanés, PhD en Ciencias Técnicas; Camilo Botero, PhD en Gestión del Agua; Nubia Garzón, ingeniera ambiental PhD en Ciencias; y Rosario Cochero, docente de Universidad Autónoma del Caribe.

 

Asegura que al analizar los instrumentos legislativos y de planificación que tienen las ciudades se puede constatar que en los Planes de Ordenamiento Territorial (POT) el área marino costera no está incluido. Dijo que Santa Marta es una mezcla de un territorio municipal, un territorio fluvial, un territorio costero y un territorio marino, los cuales requieren un ordenamiento teniendo en cuenta los usos y actividades económicas.

Fue categórico al manifestar que el gran reto es contar con una Ley de Costas que facilite un desarrollo armónico en el marco de la complejidad donde las distintas actividades no choquen entre sí pero que estén regidas bajo unas reglas de juego y de autoregulación.

A su turno Celene Milanés Batista, PhD en Ciencias Técnicas, compartió sus experiencias académicas y de desarrollo científico por medio de proyectos que ha podido realizar conjuntamente con las universidades Sergio Arboleda de Santa Marta, la CUC de Barranquilla y la Universidad de Oriente en Santiago de Cuba. ‘‘Estas 3 instituciones han desarrollado muchos proyectos de investigación que tributan al desarrollo sostenible de los espacios costeros y a la gestión integrada del riesgo costero y que le apuestan a la consolidación de una ley de ordenamiento territorial marino para Colombia bajo la cual el modelo cubano ha sido tomado en consideración como buena práctica para el desarrollo de las investigaciones colombianas’’, recalcó.

 

Camilo M. Botero, Grupo de Investigación Joaquín Aarón Manjarrés de la Escuela de Derecho de la Sergio Arboleda.

 

Explicó que Cuba inició en el año 2002 un macroproyecto de escenarios del cambio climático proyectados hacia los años 2050 y 2100 en donde se tienen identificados los problemas de la erosión costera. ‘‘Más de 230 playas fueron identificadas con un alto, medio o bajo grado de erosión por lo tanto se empezaron a desarrollar acciones preventivas para evitar ese impacto que es generado por los fenómenos meteorológicos, por la presencia de huracanes, por actividades constructivas inadecuadas donde allí entramos con un marco legal que es el decreto ley 212 de gestión de la zona costera que regula las construcciones cerca del ecosistema frágiles’’, indicó.

Recordó que los escenarios del cambio climático advierten ascensos del nivel del mar en 0,45 metros para el año 2050 y de 0,82 metros para el 2100. Dijo que a los cubanos les influyó mucho el paso del huracán Sandi en octubre del 2012, el cual devastó edificaciones con tipología 1 construidas con hormigón armado.

La experiencia cubana fue socializada como un caso exitoso donde la gobernanza, voluntad política y empoderamiento ciudadano juegan un papel fundamental en el manejo costero. ‘‘El gobierno cubano apoya las investigaciones que luego se convierten en políticas y programas priorizados para el país como la tarea vida de enfrentamiento al cambio climático que tiene un seguimiento gubernamental que le apunta a la sostenibilidad territorial’’, sostuvo la experta.