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Ernesto Samper Pizano, primer expresidente ante la justicia transicional

“Vengo dispuesto a contribuir al esclarecimiento de los hechos de guerra que ocurrieron en mi mandato. No me voy a escudar en el fuero que tenemos los expresidentes”, fueron las palabras del expresidente Ernesto Samper Pizano, quien, en noviembre de 2017 por medio de una carta dirigida a la Comisión de la Verdad, expuso su intención de contar lo ocurrido en el marco del conflicto armado.

La cita de Samper y el padre Francisco de Roux, presidente de la Comisión, empezó pasadas las 11:00 de la mañana en el centro de Bogotá, a la que también asistieron reconocidos congresistas, entre ellos, Iván Cepeda.

El propósito de la intervención de Samper ante la Comisión, a su juicio, es aportar verdad para las víctimas, por ello se comprometió a hablar sobre el problema de las drogas en el marco del conflicto armado, los militares y dinámicas de la guerra en el período 1994-1998, así como sobre territorio y expansión de los actores del conflicto armado en los mismos años.

Del mismo modo, señaló que hablaría sobre las políticas de seguridad, en particular la creación de las Cooperativas de seguridad, Convivir, además del asesinato de Álvaro Gómez Hurtado, incluso sobre el intercambio humanitario, DDHH e iniciativas de paz.

Sumado a los acercamientos con el ELN y acuerdo de Viana, así como la dimensión internacional de conflicto armado.

De Roux, por su parte, señaló que la primera intervención será pública, mientras que las otras se realizarán de forma reservada.

“MEA CULPA”

Para el expresidente hay tres causas de la violencia en Colombia. La primera de ellas son las raíces históricas, dado que, a su juicio, en los últimos 200 años el país ha estado en conflicto y enfrentamiento.

Del mismo modo, reseñó que hay raíces sociales que está vinculada directamente con las personas que hacen parte de los eslabones más pequeños del narcotráfico.

El expresidente no escatimó en asegurar que el papel de la política internacional tuvo una relación directa con el mundo del crimen en Colombia. Explicó que, en 1938, el Gobierno de Estados Unidos creó un decreto donde se regulaba el consumo de drogas como política de salud pública.

Años más tarde, en 1972, se establece en territorio extranjero que el tema de las drogas es un enemigo de la sociedad, por ello “sacan una ley de sustancias prohibidas que establece veto sobre cocaína, marihuana o amapola. Por ello se crea la DEA”.

Con la iniciativa extranjera y su afán de no dejar entrar la droga a Colombia, Samper legalizó el uso de la marihuana, pero a su juicio, fue su primer error. “Cometí mi primer pecado con la legalización de la marihuana, pero yo lo hacía pensando en que podría ser una salida para que Colombia no entrara de lleno en las drogas”.

Pese a su error, Samper consideró importante aclarar que decidió combatir su error con la fumigación aérea, pero esto tampoco le surtió efecto. “Nos dimos cuenta de que al reprimir cultivos de marihuana en la Sierra Nevada empezó a aparecer la marihuana en otros espacios del país”.

“La fumigación empieza porque teníamos extensiones de cultivo en Vichada, Casanare y Vaupes. Consideramos que podía ser parte de una política de interdicción, hoy estoy arrepentido porque después de la creación de los movimientos sociales me di cuenta de que la fumigación aérea tenía problemas porque dañaban los cultivos”, argumentó.

BOGOTÁ (Colprensa).

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