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El romance vuelve al cine colombiano

Este jueves 24 de octubre llega a los cines ‘Me llevarás en ti’, la película colombiana de época que rescata el género romance, con la historia de dos personajes reales, con un  empresario colombiano y una condesa polaca, que se conocieron en Roma en 1906.

Los actores Geraldine Zivic, Carlos Fernández y Mariana Fernández son los protagonistas de esta historia dirigida por Iván Obando, quien se embarcó en una cruzada cinematográfica que lo llevó durante casi dos semanas por Europa, para rodar en lugares tan emblemáticos como el Coliseo Romano de la ciudad de Cartagena, en la costa del Mar Mediterráneo (España); la Plaza de San Marcos y el Gran Canal, en Venecia (Italia), y contar sobre el amor prohibido entre el empresario colombiano Gonzalo Mejía y la condesa Isolda Pruzinsky.

Su protagonista, que vivió entre 1884 y 1956, fue conocido como ‘el fabricante de sueños’, pues Gonzalo fue el precursor de la aviación en Colombia, trajo el cine al país e hizo grandes obras de infraestructura que permitieron comunicar el centro con la costa Caribe, entre otros grandes logros.

Su vida fue plasmada en 2016, por el mismo director Iván Obando, en un libro también llamado ‘Me llevarás en ti’, el cual se convirtió en un éxito de Editorial Planeta a finales de ese año y apenas unos meses después fue llevado al cine de la mano de las actrices Mariana Fernández y Geraldine Zivic, quienes interpretan a la condesa en diferentes momentos de su vida y el actor Carlos Fernández, con un interesante recorrido en producciones de televisión.

Junto a ellos, como parte del elenco, Gonzalo Vivanco, Aldemar Correa y María Gaviria, así como el cantante Sebastián Yatra, quien se estrena en la pantalla grande como artista musical invitado, en una de las más bellas escenas de esta producción en la que destaca el vestuario de época del diseñador Diego Guarnizo y la música a cargo del director Camilo Giraldo y la Orquesta Sinfónica Juvenil de Antioquia.

“Quisiera que esta película proponga una forma nueva de producir y proyectar el cine colombiano, basándonos en que en Colombia tenemos mejores historias para contar”, aseguró su director, haciendo referencia a esos personajes que se esconden en las crónicas y la oralidad del país, y que de cuando en cuando alguien desempolva para rescatar lo más positivo de lo que identifica a los colombianos.

‘Me llevarás en ti’ se narra a lo largo de 50 años, lo que significó un enorme esfuerzo de producción, no solo porque fue rodada en tres países, lo que implicaba el traslado de un gran equipo, sino también por su género: romance, que tan poco se ha explorado en el cine colombiano en los últimos años y que requería de un mayor trabajo para lograr la financiación de una producción de gran factura.

Para esto el director se propuso una misión realmente titánica: lograr socios en España e Italia y en menos de dos semanas hacer un trabajo de arte tan complejo que devolviera al espectador 113 años en el tiempo.

Para rodar en España se conformó un equipo de 28 colombianos que se integraron en Madrid con otro equipo local de igual tamaño y luego los colombianos se unieron al equipo de producción de Italia, que tenía cerca de 20 personas. Al final, alrededor de 80 personas se movieron coordinadamente para lograr un plan de rodaje bastante apretado que los llevó a dormir solo tres horas diarias.

La otra parte de la historia se rodó en Antioquia, en sus bellas montañas en el corregimiento de Santa Elena, en el Embalse de Guatapé y en el Pueblo Museo Cauca Viejo, que es una urbanización temática con casas de estilo arquitectónico antioqueño del siglo pasado, sin postes de luz y cuyo aspecto antiguo era perfecto para esta historia de época.

 

EN LA HISTORIA

El director Iván Obando reconoce que la historia del libro y la película bien podría no haber pasado de ser un documento histórico como cualquier otro, pero un libro a manera de biografía, escrito por Alberto Mejía, autor casado con alguien cercano a la familia, reveló que Gonzalo Mejía había conocido y se había enamorado de una condesa en Roma, lo que le dio el toque que necesitaba para contar sobre este hombre, desde un ángulo diferente.

Investigó y supo que Luis, uno de los hijos de Mejía, aún vivía y empezó a visitarlo y a tener largas charlas con él. “Era un hombre de 90 años, simpático, educado y durante tardes enteras me mostró cartas de Don Gonzalo escritas en francés”.

Sin embargo eran muy pocos datos sobre la condesa polaca de la que se enamoró, así que su siguiente tarea fue establecer una conexión sobre cómo la escondió la mamá, quién era ella y por qué terminaron en Rusia. No se tomó libertades y fue así como el nombre de Isolda Pruzinsky resultó de escudriñar en la nobleza y hallar un personaje que encajaba perfectamente con el perfil del amor de Mejía.

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