HOY DIARIO DEL MAGDALENA
Líder en la región

Candidatos

Aseveraba Platón que el peor castigo de los que se niegan a participar en política es que terminan gobernados por inferiores. Yo agrego a ese aserto, que además de lo cual terminan gobernados por deshonestos y mediocres. Definitivamente tenemos que participar, estar mayormente inmersos en asuntos de la política sin importar en qué posición estemos o que postura tengamos. Impone ello entre otros deberes y obligaciones, escoger a las personas más idóneas, honestas y capaces que se requieren para desempeñar a cabalidad el cargo al que aspiran.

A muchos los conocemos y les sabemos trayectoria. Otros son necios que sin saber ni poder hacen el ridículo en la ruta de construir democracia. Algunos más sin filosofía de vida ni ideología política, van de tumbo en agitando banderas disímiles sin ruborizarse ni avergonzarse siquiera. Personajillos los más que favorecidos con votos de buena fe traicionan sin rubor a sus votantes al comprometerse en situaciones que menoscaban el erario público, cuyo detrimento terminamos pagando los ciudadanos de bien, incluso los más pobres.

Igual aparecen nuevos candidatos con sonrisas de oreja a oreja, mostrándose empáticos, carismáticos, presumiendo ser los nuevos adalides de la política, pavoneándose sonrientes, adorables, diciendo ser pueblo puro, pero buscando la oportunidad para alimentarse de las frustrantes decepciones que arrastra la sufrida población y terminar encumbrándose en el poder. Aparecen como redentores que llegan para salvar a la gente de los timadores de siempre. No le estudiamos origen, experiencia, trayectoria, condición, estudios, preparación ni capacidades, sino que vemos en ellos instrumentos de venganza respecto de los que antes nos traicionaron y terminan siendo igual o peores que los otros.

Es historia que repetimos de continuo, sin cesar, en cada justa eleccionaria. Y ellos, acaban plegados al brillo del dinero, la burocracia, las dádivas, las canongías y demás otros muchos alamares que brinda el poder. Es cuando empezamos a verlos llenos de privilegios millonarios, reclamando reverencia, veneración, mirando por encima del hombro, considerándose mesiánicos, poseedores de la verdad revelada y viendo como inferiores a quienes les votaron.

Más no todo podrá ser malo, razón por la que aspiro y espero que haya a quienes realmente los persuada una honesta fuerza interior para servir; que creen que el voto popular además de ser un privilegio es también una responsabilidad, un grande compromiso. Que se deben a sus votantes y no votantes, a todos, como debe y tiene que ser. Personas honestas que habrán de luchar contra los que han pelechado por tiempo el poder y no quieren perder sus prerrogativas.

Necesitamos candidatos responsables, que sólo aspiren al reconocimiento de los suyos por haber servido bien, preparados conscientemente para construir municipios y departamento. Justos, equitativos, vanguardistas, modernos en el amplio y mejor sentido. Personas leales, con principios y valores, prestos a contribuir al desarrollo y crecimiento de sus territorios; y no candidatos que quieren entronizarse en el poder por vanidad, pensando en su personal enriquecimiento y el de quienes los arropan. [email protected]

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