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Cáncer de cabeza y cuello: amenaza creciente en los jóvenes

El éxito del tratamiento médico en el caso del CCC no sólo el tiempo es vital, sino la presencia de una junta médica interdisciplinaria que decida la mejor alternativa.

El cáncer de cabeza y cuello puede afectar a más de 887.659 personas en todo el mundo cada año; en Colombia, los nuevos casos de este tipo de cáncer, que se caracteriza por causar profundas alteraciones físicas, alcanzan los 2.962, siendo el de laringe y la cavidad oral los más comunes con unos 840 registros nuevos cada uno, lo cual equivale al 57% del total.

De acuerdo con el Observatorio Global de Cáncer (Globocan), los nuevos casos que se presentan cada año en Colombia de esta enfermedad se presentan en las siguientes partes del cuerpo: Laringe, labios y cavidad oral, glándulas salivares, orofaringe, nasofaringe e hipofaringe.

“El cáncer es una de las enfermedades más audaces que conocemos, porque las células que la provocan se blindan, crean sus propios vasos sanguíneos para alimentarse y se proliferan rápidamente, asegurando su supervivencia y poniendo en riesgo la de su portador. El CCC, específicamente, al comprometer en más del 90% de los casos a las células escamosas que recubren la boca, nariz y garganta, puede generar complicaciones para comer, respirar e incluso hablar, disminuyendo la calidad de vida cuando no se trata oportunamente”, afirma el doctor Alejandro Gómez, médico de Enlace Científico de Merck Group Colombia.

Las consecuencias del avance del CCC dependen de su localización, continúa el doctor Gómez: “Cuando se presenta en la cavidad oral hay molestias por úlceras que nunca sanan en labios, lengua o paladar. El paciente no puede tomar o comer alimentos calientes o ácidos, porque aumenta la sensación de dolor. En el caso de la faringe se pueden presentar infecciones de oído frecuentemente; y cuando el cáncer ataca la laringe se afectan las cuerdas vocales, causando ronquera crónica y molestia al hablar; e incluso, incapacidad de hacerlo”.

Aunque no hay una causa específica que determine la aparición del CCC, sí hay factores de riesgo fuertemente asociados con él; el consumo de tabaco y alcohol, así como el virus del papiloma humano (VPH) son los principales antecedentes del desarrollo de la enfermedad.

El doctor Iván Pisciotti, oncólogo clínico de la Liga Colombiana contra el Cáncer expone: “Usualmente los pacientes solían ser adultos mayores de 50 y 60 años con antecedentes de consumo de tabaco y alcohol; pero ahora cada vez hay más pacientes jóvenes que presentan CCC después de contraer VPH. Es una situación alarmante que requiere de fuertes políticas de educación sobre infecciones de transmisión sexual y sus consecuencias”.

De acuerdo con el especialista, hay una creciente ola de pacientes jóvenes con CCC que desarrollaron la enfermedad como consecuencia de contraer el VPH que, aunque tienen altas probabilidades de cura cuando inician el tratamiento a tiempo, no deberían estar pasando por ese estado.

Adicionalmente, menciona que, aunque no todos los fumadores desarrollarán CCC, tienen un riesgo 10 veces mayor a los que no lo hacen; y si dejan de fumar en un periodo de 1 a 4 años la reducción de riesgo es del 30% comparado con fumadores habituales. También debe tenerse en cuenta que el tabaco afecta a fumadores pasivos; es decir, aquellos que, aunque no fuman directamente, reciben el humo que expulsan los que lo hacen.

Es bien sabido que, el éxito del tratamiento médico de una enfermedad es directamente proporcional a la etapa en la que se diagnostique e inicie su manejo; sin embargo, en el caso del CCC no sólo el tiempo es vital, sino la presencia de una junta médica interdisciplinaria que decida la mejor alternativa, teniendo en cuenta las afectaciones físicas que pueda tener esta enfermedad sobre los pacientes.

La epidemióloga y gerente Médica de Oncología en Merck Group Colombia, doctora Sandra Espinosa asegura que: “El primer profesional de la salud que entra en contacto con el CCC suele ser el odontólogo, quien observa y en ocasiones retira lesiones de la cavidad oral, tratándolas como heridas corrientes e ignorando la importancia de estudiarlas a profundidad mediante biopsias. En este caso, la enfermedad evoluciona y tarda en llegar al oncólogo, quien realiza el diagnóstico adecuado e inicia el tratamiento a tiempo”.

Sin embargo, no es suficiente con que el oncólogo identifique el CCC, pues la doctora Espinosa resalta que es fundamental la participación de otros especialistas, para ampliar la gama de posibilidades en pro de la calidad de vida del paciente:

  • Oncólogo: Manejo con quimioterapia
  • Cirujano: Manejo quirúrgico
  • Radioterapeuta: Irradiación de la lesión o tumor para disminuir su tamaño
  • Cirujano plástico: Reconstrucción el área afectada (No suele hacer parte de las juntas multidisciplinarias)
  • Otorrinolaringólogo: Supervisión de la protección de la vía aérea superior (No suele hacer parte de las juntas multidisciplinarias)
  • Psiquiatra o psicólogo: Apoyo al estado emocional del paciente (No suele hacer parte de las juntas multidisciplinarias)

Llamado de los especialistas

Debido a la complejidad de los tratamientos y las consecuencias del CCC cuando no es atendido oportunamente, los especialistas recomiendan estar atentos a señales específicas  y no pasarlas desapercibidas, como:

  • Alteraciones en la voz: Cambios de tono o ronquera
  • Dificultad para deglutir alimentos o ingerir bebidas
  • Úlceras, manchas o lesiones en la cavidad oral que no sanan
  • Nariz congestionada y/o sangrado nasal
  • Sensación de masa en la garganta
  • Inflamación del cuello

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