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Empieza a moverse el partidor presidencial

No hay dudas que para la próxima contienda electoral estarán en tarima Germán Vargas Lleras, Gustavo Petro y Sergio Fajardo. De los tres el que mejor posicionado ha quedado es Fajardo tras la victoria de Claudia López en Bogotá.

POR
ARGEMIRO
PIÑEROS MORENO

Se puede decir que es muy pronto y que lo que ocurre en las elecciones regionales no siempre influye directamente en lo que pasa en las presidenciales.

 Pero de los resultados del pasado domingo sí quedan algunas conclusiones que, para los analistas, indican cual puede ser la dinámica política de aquí al 2022 y, en especial, cómo puede quedar conformada la baraja de candidatos de la que saldrá el sucesor de Iván Duque en la presidencia de la República.

 Por un lado, dirigentes que habían quedado a la cabeza del partidor tras los comicios del año pasado, como Gustavo Petro y Sergio Fajardo, se desvanecieron o se consolidaron, según se mire, con los resultados del 27 de octubre pasado.

Por otro, funcionarios del Gobierno y miembros del Centro Democrático, empezaron a sacar la cabeza o terminaron descabezados por los malos resultados.

Y finalmente, varios líderes que concluyeron con éxito el desempeño de sus cargos en alcaldías y gobernaciones, se preparan ahora para dar el salto al escenario nacional.

De cómo muevan sus fichas de aquí en adelante dependerá quién llega con más fuerza a la recta final.

LOS QUE YA ESTABAN EN EL PARTIDOR

Para Gustavo Petro, senador de la Colombia Humana que obtuvo más de ocho millones de votos en las elecciones presidenciales, los resultados del  pasado 27 de octubre, si bien no fueron completamente desastrosos tampoco son como para sacar pecho.

Su apuesta por la Alcaldía de Bogotá, Holman Morris, a quien respaldó pese a las resistencias en su propio partido, llegó a la jornada electoral sin la menor posibilidad de triunfo. Y en la costa Caribe, a su hijo, Nicolás Petro, prácticamente lo sacrificó en una contienda por la gobernación de Atlántico en la que  no tenía mayor posibilidad frente a la exministra Elsa Noguera.

Aunque Petro trata de sumar como suyas las victorias de Daniel Quintero, en Medellín; Jorge Iván Ospina, en Cali, o Carlos Caicedo, en Magdalena, su capital político resultó bastante mermado, como lo destaca el analista político Luis Estrada: «a Petro se le debe mirar es con los votos de hoy y no con los 8 millones de la segunda vuelta del 2018. En esta ocasión se evidenció que su figura ha perdido fuerza y eso en parte se dio por el llamado ‘Petrovideo’”.

La dinámica de los próximos dos años también será diferente para él. Ya no tendrá a Peñalosa como su contendor directo en Bogotá, en donde está su mayor capital electoral, sino que tendrá que definir su posición frente a Claudia López, a la que aún no es claro si le conviene apoyar o enfrentar.

Sergio Fajardo, en cambio, no obtuvo grandes resultados con su grupo político Compromiso Ciudadano, pero resultó siendo un claro ganador, no solo por la victoria de Claudia López en Bogotá, que abiertamente le manifestó su respaldo, sino porque en las principales ciudades del país ganaron campañas que tenían banderas que le son muy afines: la independencia frente a los partidos políticos tradicionales, la lucha anticorrupción y la reivindicación del centro político, en otras épocas calificado como «tibio».

Como lo advierte el analista Estrada, este escenario es el más propicio para él, pues “él quiere empezar a mostrar que la suya será una campaña nacional, se quiere quitar de encima el referente que es una propuesta regional, por lo que ha sido alcalde de Medellín y gobernador de Antioquia”.

EL URIBISMO Y SUS FUERZAS AFINES

Los malos resultados del Centro Democrático en las pasadas elecciones (aunque algunos de sus líderes siguen hablando de una victoria numérica) han puesto a ese partido en una posición difícil.

Pero más que los resultados lo que le puede estar costando es lo que en el fútbol llaman el «recambio»: los problemas judiciales del expresidente Álvaro Uribe ante la Corte Suprema de Justicia y los altibajos del gobierno Duque obligan al partido a buscar nuevos líderes, pero por el momento no hay uno visible.

“El principal problema del uribismo no es que haya perdido las elecciones, sino que no tiene una figura presidencial clara para el 2022, la única que tenían era Iván Duque y ya no va estar”, comenta el profesor universitario Jorge Iván Cuervo.

El comentarista político Fernando Estrada coincide con él en el sentido de que ninguno de los ministros o altos funcionarios  del Gobierno Duque ha logrado destacarse. La posible aspiración del canciller Carlos Holmes Trujillo, “no ha tomado fuerza y parece que por ahora no ‘cuajará’. Trujillo llegó a ser el ministro más sobresaliente de Duque, pero como le pasa al gobierno, no hay resultados concretos aún”, asegura Estrada.

Entre los líderes del partido que no están en el Gobierno, pero que fueron precandidatos en las pasadas elecciones, son evidentes las contradicciones. Mientras que la senadora Paloma Valencia ha defendido la «victoria» del Centro Democrático en las elecciones, el exviceministro Rafael Nieto Loaiza reconoció que la colectividad sufrió una «paliza». Esas contradicciones pueden amenazar la unidad del partido, de ahí que, entre otras razones, se haya convocado la reunión del jueves pasado para evaluar resultados y calmar las aguas.

Cosa diferente ocurre con la vicepresidente de la República, Marta Lucía Ramírez, quien no es del Centro Democrático, pero ha crecido políticamente gracias en parte a su cercanía con él. Para ella, los resultados de las elecciones regionales no fueron muy significativos pues el conservatismo, al igual que el Centro Democrático, creció en número de gobernaciones y alcaldías, pero no tuvo mayor peso en el balance nacional.

 “Aunque el conservatismo creció en gobernaciones es un partido al que nadie le cree, y pese a ser de la coalición de gobierno le dan un trato de segunda, por eso Marta Lucía salió debilitada”, indica el analista John Mario González.

Pese a eso, la vicepresidenta Ramírez no sale tan mal librada, pues tiene dos factores a favor: es una de las figuras más visibles en el Gobierno y quedó en una posición nada despreciable en el partidor luego de las presidenciales del año pasado.

LOS QUE SE ASOMAN

El término de su mandato pone en la palestra una serie de nombres que vienen de la región y que podrían llegar a tener un peso muy significativo en las próximas elecciones.

Alejandro Char, exalcalde de Barranquilla, es el que pica en punta. No solo barrió en su departamento con los triunfos de Elsa Noguera en la gobernación del Atlántico, y Jaime Pumarejo en la alcaldía de Barranquilla, sino que ya tiene un peso ganado en el escenario nacional, con varios funcionarios salidos de su entraña en el Gobierno.

Si Char es capaz de dar el salto al escenario nacional dependerá de cómo se relacione con los dirigentes de otros partidos, pero en especial con el líder natural del suyo, Cambio Radical, Germán Vargas Lleras, cuyo respaldo puede ser importante para consolidar una posible candidatura.

Pero otros dirigentes, como el alcalde de Medellín, Federico Gutiérrez, el exalcalde de Bucaramanga, Rodolfo Hernández, el gobernador de Nariño, Camilo Romero, y la gobernadora del Valle, Dilian Francisca Toro, también pueden tener espacio para una posible aspiración.

“La gobernadora Dilian Toro muy seguramente va a reclamar su derecho a la precandidatura presidencial y no se lo van a negar en la U”, dice González.

Pero la baraja no se limita a ellos. Tampoco se pueden olvidar nombres como el de Carlos Fernando Galán, que tuvo unos resultados sobresalientes en la campaña a la Alcaldía de Bogotá, con los que podría impulsar una eventual candidatura suya o de su hermano Juan Manuel Galán; Ángela María Robledo, que si bien sigue siendo una figura de la Colombia Humana, terminó distanciandose de Petro por su apoyo a Claudia López, y Simón Gaviria, exdirector de Planeación Nacional, que si bien ha estado alejado de la realidad política nacional, tras bambalinas y con un poco de ayuda de su padre, puede estar preparando el terreno para su regreso.

Un panorama que por ahora es bastante complejo, pero que de alguna manera empieza a aclararse en un país que siempre está pensando en elecciones./[email protected]

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