En un trágico accidente

En América Latina mueren 118 mil personas en accidentes de tránsito al año. Tan sólo en Colombia fueron 7.158 muertos por esta causa en 2016. No es posible seguir repitiendo las mismas crueles palabras “En un trágico accidente…” sin tomar acciones frente a un siniestro que está ocasionando la principal causa de muerte en niños de 5 a 14 años y la segunda causa de mortalidad en los jóvenes de 15 a 29 años en la región.

La situación es preocupante. En Santa Marta por ejemplo las tasas de mortalidad por accidentes de tránsito superan las muertes por homicidios, pero le tememos más a un delincuente que a una moto o un carro. Por cada 100 mil habitantes mueren 15 personas a causa de siniestros de tránsito, mientras 13 mueren asesinadas. La ciudad no puede convertirse en sede de tragedias. Tan sólo ayer en el barrio La Paz un motociclista y una niña resultaron víctimas mortales de una imprudencia vial. Son las más recientes caras visibles de esta tragedia.

Carreteras ven morir artistas, peatones y familias. Las causas van desde el mal estado de la vía, la falta de pericia de los conductores y la imprudencia al no tomar medidas tan simples como usar cinturón de seguridad o un casco protector. Las consecuencias son nefastas por el sufrimiento en las víctimas y sus familias, pero además por el costo social y económico que un siniestro genera. Según reciente estudio del BID las muertes por accidentes de tránsito pueden llegar a costarnos más del 3% del PIB, más que el reciente aumento del IVA del 16% al 19%.

Es momento de incluir la seguridad vial en la agenda política de Gobiernos nacionales y locales, definiendo una estrategia clara para implementar acciones en esta materia. Las campañas de sensibilización a usuarios y peatones son importantes, pero no suficientes, se requiere decisión, en los proyectos de infraestructura y transporte los funcionarios públicos deben aplicar normas que garanticen ciudades más seguras para sus habitantes.

No hay solución mágica, pero cuando los hechos son predecibles y prevenibles, hay responsabilidad y hay acciones. Es hora de cambiar patrones culturales, hacer uso de las herramientas tecnológicas, de promover una mayor participación del sector privado y de pensar en la creación y fortalecimiento de una agencia de seguridad vial.

Adenda: La división de Infraestructura y Transporte del Banco Interamericano de Desarrollo lanzó el día de hoy un seminario en línea sobre la materia al que pueden unirse en cualquier momento a través del link https://vimeo.com/233560691

Abogado