El difícil avance de pacífico 1, una 4g clave en Antioquia

Solo para insertar los cimientos del puente 19, de más de 25 metros de altura, los trabajadores descienden hasta la base de la montaña para cortar y tratar con maquinaria manual cada uno de los taludes del macizo. Es, algo así, como abrirse camino entre la tierra. En ese mismo tramo, entre los municipios de Titiribí y Amagá, Suroeste antioqueño, la misma montaña es perforada para crear un túnel.

Son los trabajos de la conexión Pacífico 1, proyecto de Cuarta Generación (4G) que recupera el trazado entre Bolombolo- Camilo C y los sectores de Primavera y Ancón Sur, cuya premisa es conectar a Medellín con el Suroeste y el suroccidente del país.

Como todos los proyectos de esta magnitud, su construcción se traduce en cifras mayores: 2,5 billones de pesos, 50,5 km de intervención y 32,2 kilómetros de vía nueva entre Bolombolo y el sector de Cuatro Palos, además de tres intercambiadores viales en Camilo C, Titiribí y La Sinifaná.

Hoy esta conexión, según la Agencia Nacional de Infraestructura (ANI), alcanza el 32,31 % de ejecución. Y, aunque su entrega está prevista para abril de 2023, hay un desafío de gran magnitud que la concesión a cargo, Covipacífico, debe sortear: el derrumbe sobre la quebrada La Sinifaná que, en mayo de este año, tapó la vía existente con 300.000 metros cúbicos de tierra y aún dificulta el avance de ejecución en el corredor nuevo. Allí, tras recibir los estudios técnicos este mes, es probable que haya un rediseño del trazado vial.

¿Replantear diseños?

Cerca de 13 máquinas amarillas trabajan en la zona del derrumbe, sobre la quebrada La Sinifaná, y no son visibles: las retroexcavadoras y volquetas están casi camufladas entre todo el material y escombros del deslizamiento.

En inmediaciones de este evento, que en mayo pasado cubrió la vía existente hacia Bolombolo y la doble calzada en construcción, también está el puente 11, cuyas obras están detenidas a la espera de los estudios técnicos contratados por Covipacífico y que permitirán definir qué sigue.

Mauricio Millán, gerente de Covipacífico, explicó que la concesión avanza en diferentes obras de mitigación en varios sentidos: por un lado una reconformación del terreno que mitiga el deslizamiento, en términos de la estabilidad del talud y, por el otro, unos trabajos enfocados a acondicionar la vía en la parte inferior para dar tráfico hacia Bolombolo. Este paso provisional está contemplado para el primer semestre de 2020 y sería con restricciones.

Entre los trabajos se encuentra la construcción de canales flexibles, una suerte de estructuras que se construyen utilizando sacos de cemento y geomembranas, así como filtros de captación de aguas.

Millán puntualizó en que ya instalaron alrededor de 600 trinchos, unas perforaciones con unos tubos metálicos enterrados y atravesados por maderos gruesos, que permiten contener los movimientos superficiales.

Finalmente adelantan la conformación de terrazas para el manejo de aguas y el control satelital que los alerta ante cualquier movimiento.

El gerente enfatizó que ante esta contingencia hay otro tema urgente, junto a la habilitación de la vía existente. Se refiere a una solución para la doble calzada en ejecución. Este mes les entregan un primer resultado técnico y diagnóstico y luego pasarán a una fase de diseño para hacer ajustes si son necesarios.

“Hay alternativas dentro de la ingeniería para solucionar el tema, como puentes e incluso túneles, y cuando tengamos la información vamos a ir decidiendo cómo proceder. Aquí había unos puentes más pequeños y seguramente tendrá que hacerse algo diferente, pero sí creemos que tenemos las herramientas”, dijo.

Un año más para el cale

Sobre el puente 3, a más de 70 metros de altura y con curvas marcadas, la vista es la selva y la antigua vía de Bolombolo, hoy apenas insinuada bajo las enormes pilas.
La conexión, agrega Millán, se diferencia en eso de sus vecinas Pacífico 2 y Pacífico 3: un proyecto de cortes altos sobre los taludes, además de puentes largos. Añade que mientras Pacífico 2 se desarrolla al costado del río Cauca y de la vía existente, en este proyecto “la vía actual prácticamente se renueva completa”.

En total serán 64 puentes entre los que se encuentran el Puente de la quebrada La Cascajosa con una longitud de 320 metros y el puente en La Sinifaná de 280 metros.

En el último tramo, (o Unidad Funcional 4), que va hasta Ancón Sur, está el intercambiador de Camilo C. No es una infraestructura compleja, pero sí es crucial para la conexión. Allí se habilitarán salidas en varias direcciones para los que vienen desde Medellín: podrán ir hacia Amagá o Titiribí por la carretera existente, si se dirigen a Fredonia, o si, por el contrario, continuarán hasta llegar a los túneles que conectan con la vía 4G hacia Bolombolo.

Dicen los ingenieros del proyecto que cada túnel tiene vida propia. El trabajo de los geólogos es identificar el tipo de suelo y definir a qué ritmo avanzarán las excavaciones. En esta conexión, por ejemplo, el Túnel de La Sinifaná (en inmediaciones de Venecia), de 1,3 kilómetros cada tubo, permitió avances de excavación diarios de casi seis metros. Allí consiguieron el cale en mayo, es decir, la unión de los dos frentes de perforación.

No ha sido igual en el túnel de Amagá, con una longitud aproximada de 3,6 kilómetros. Los dos tubos que conforman esta infraestructura son la obra más grande y la más representativa de Pacífico 1.

Ya llevan un año y medio excavando por este lado. Algo más de 800 metros en cada uno de los túneles. Pero la excavación no ha sido tan rápida como en La Sinifaná, que hoy está en proceso de revestimiento en concreto, y el cale en este túnel está planeado para dentro de un año.

“Estamos muy afectados”
El Suroeste antioqueño, dice Fernel Velásquez, integrante de la Asociación de Comerciantes de Bolombolo, lleva toda su historia transitando por la Troncal del Café. Pero esta historia ha sido, durante décadas, empañada por los derrumbes y los deslizamientos. Los turistas quieren visitar la región, pero, con las vías taponadas, ¿cómo hacen?

Luego de cuatro meses de la primera protesta de las agremiaciones cafeteras y de comerciantes, los habitantes de esta zona de influencia siguen quejándose de afectaciones a su economía por el cierre de este corredor. “La parte económica está muy afectada. Estamos llevados. Tenía 10 empleados y ya me tocó salir de cuatro de ellos porque no era capaz de sostenerlos”, dijo Velásquez.

La vía alterna por Venecia, añadió, está en pésimas condiciones. Luego del último paro del 21 de octubre, la Gobernación, la ANI e Invías anunciaron $11.000 millones para la rehabilitación de los 17 kilómetros entre el casco urbano de Venecia y Bolombolo.

Gabriel Hernán Gaviria, miembro de la agremiación Dignidad Nacional Cafetera, indicó que los costos de viaje para los transportadores han tenido grandes incrementos: “Los costos de flete han aumentado entre $10.000 y $15.000 la tonelada”.

Los vehículos de carga, dijo, tienen que dar la vuelta por Santa Fe de Antioquia porque no pueden utilizar el Puente de Bolombolo debido al desgaste de la estructura (ver recuadro).

Gilberto Quintero Zapata, secretario de Infraestructura de Antioquia, opinó que Pacífico 1 está cumpliendo con los cronogramas y que el problema en La Sinifaná es un asunto aislado a su ejecución.

“Ellos (la concesión) han sido juiciosos en mandar a hacer estudios para ver de qué manera se resuelve el deslizamiento. A pesar de que hay mucha angustia en los habitantes del Suroeste, el Gobierno aportó recursos para mejorar la vía existente”.

El funcionario concluyó que este mes comenzaría a ejecutarse este contrato de mejoramiento vial por $11.000 millones.

Sin embargo, Ferney Darío Fernández, alcalde de Venecia, confirmó las afectaciones por el derrumbe y opinó que la rehabilitación de la vía Venecia-Bolombolo es un contrato que ha tardado muchos meses y que no deja de dilatarse.

“Yo no veo voluntad, porque en otras vías intervienen de inmediato. Desde Bogotá no ha habido el apoyo y siento que ni si quiera van a iniciar este año”.