«La reintegración individual es más sostenible que la grupal»: Jean Arnault

Luego de su visita a la Zona Veredal de Reincorporación de Agua Bonita en el Caquetá, el jefe de la Misión de verificación de las Naciones Unidas en Colombia habló sobre el proceso de reincorporación, sus críticas al Gobierno y los retos que tiene el proceso para ser exitoso. 

Según le comentó a Colprensa la ONU está preparada para que exista un número de excombatientes que sean cooptados por economías ilegales. Sin embargo, se muestra optimista con lo que el proceso puede dar y con que el proyecto grupal de reinserción sea exitoso. 

 

– ¿Cuál es la experiencia en materia de reincorporación que tiene la ONU? 

La experiencia internacional en materia de reincorporación de excombatientes no es muy buena, cuando abordamos como misión el reto de acompañar ese proceso lo hicimos a sabiendas de que a nivel internacional probablemente hay más fracasos que éxitos y eso pareciera un poco extraño. 

Aquí estamos hablando de 13 mil combatientes en un país lleno de recursos, es difícil y eso hay que saberlo y por eso hay que mentalizarse para encontrar y superar las dificultades, por eso debemos tener en cuenta el hecho que no es tan fácil como uno esperaría. 

 

– ¿Es más fácil la reintegración individual o grupal? 

La experiencia internacional dice que entre la reintegración individual y la reintegración grupal la segunda es la más sostenible. Si usted toma el ejemplo de países no muy lejanos como los centroamericanos nos damos cuenta que donde se intentó la reintegración individual con pequeños negocios no ha salido bien, incluso cuando se ofreció apoyo de varios años al final tiende a no pegar en los excombatientes. En cambio, lo que hemos constatado y cuando se trata de movimientos guerrilleros de carácter rural la reintegración productiva ha sido más sostenible. Hoy en día por ejemplo lo que ha sobrevivido en un par de países de América Central son aquellos proyectos de tipo cooperativo. 

 

– ¿Cúal es el sueño de la ONU al terminar el proceso? 

Lo que soñamos es que estos proyectos de reintegración colectiva de carácter productivo funcionen y sabemos que para que esto salga no se trata solo de una vinculación con el Estado Central sino además con el tejido económico del departamento, con el tejido institucional. Entiendo que esta visita permitió por primera vez una representación de la Gobernación del Caquetá y qué bueno que acá como en las 26 zonas veredales que hoy existen esta vinculación local sea parte esencial del proceso. Lo que esperamos es que en todas las zonas de reincorporación funcione y le haga la demostración a las comunidades que vale la pena permitir la integración de los excombatientes a la región en un momento que vale la pena. Que sea, de alguna manera, darle confianza a la gente que participa en este proyecto que la reintegración es posible. 

 

– Pastor Alape decía ‘el que se abrió de las Farc, simplemente se fue’ ¿qué espera la ONU de los exmilitantes que dejan las zonas y tal vez empiezan a delinquir en otros escenarios? 

Es un tema complejo aquí hay economías ilegales que son muy fuertes y tienen la capacidad de absorber a los excombatientes que no se reconocen en este proceso, hay una parte de este proceso de deserción que probablemente es inevitable de cara a la fuerza de las economías ilegales, al mismo tiempo creo que le corresponde al Estado y al resto de esas comunidades poder articular una oferta superior a la de las economías ilegales. 

Yo no creo y ustedes serán mejores jueces que yo, pero me cuentan que la mayoría de campesinos cocaleros no lo hacen por el afán de vivir la vida incierta de un producto ilegal, en su mayoría están forzados por la pobreza o por bandas armadas que les obligan a vivir en ese tipo de vida. De la misma forma muchos de los que han abandonado los campamentos lo han pensado porque de pronto su proyecto de vida iba a ser mejor afuera, pero durante muchos meses la oferta alternativa no estaba o no generaba confianza. A partir de ahora hay que hacer un esfuerzo superior al que se hizo en el pasado para que la oferta legal sea más atractiva que la oferta ilegal. 

 

– ¿Cuáles son las críticas de la ONU al papel del Gobierno en el proceso de reincorporación? 

La impresión que tenemos es una perspectiva comparativa yo creo que el proceso de reincorporación tuvo dos problemas. Primero no fue el modelo de reincorporación negociado durante la mesa, al final y de forma bastante rápida durante el diálogo se llegó a una especie de acuerdo pero lo que sabemos es que muchos meses han transcurrido desde el primero de diciembre en discutir y negociar lo que no se negoció yo creo que se perdió tiempo en ese año después de la firma de la paz en intentar llegar a una visión que lamentablemente no se negoció. 

El segundo elemento que ayuda a explicar cierto desaliento manifiesto en varios espacios veredales es el hecho que había grandes aspiraciones y grandes expectativas en términos de vivienda atención de salud, alimentación e indudablemente esa larga saga de la dejación de armas que comenzó en febrero y terminó en septiembre se acumularon frustraciones en los excombatientes sobre el grado de credibilidad del proceso. Yo creo que en parte ahí el abandono por parte de algunos excombatientes. Son problemas coyunturales pero no estructurales, un proyecto de reintegración que no estaba aterrizado en el momento de la firma y un proceso de dejación de armas acompañado de dificultades logísticas que contribuyeron a un desánimo de muchos miembros de la guerrilla frente a las promesas de la paz y la reincorporación. 

 

– ¿Qué llamado le hacen a los excombatientes y al Gobierno? 

Hoy a raíz de esto surge para nosotros un sentido de urgencia, lo que estamos viendo acá en Agua Bonita en el Caquetá y ojalá que se pueda repetir en las zonas veredales para que los excombatientes retomen la confianza de su proyecto de vida en el marco de la legalidad. Colprensa.