HOY DIARIO DEL MAGDALENA
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La destrucción acelerada del medio ambiente

Una presión social global sin precedentes para reclamar, más que acuerdos, decisiones y compromisos medibles y estructurales tendientes a mitigar los efectos catastróficos del cambio climático, enmarcan las deliberaciones de la Cumbre del Clima (COP 25) en Madrid. Esta comenzó esta semana e irá hasta el 13 de diciembre.

La destrucción acelerada del medio ambiente exige decisiones urgentes de gobiernos, empresas y amplios colectivos ciudadanos. Si no se reacciona, la vida en el planeta va al colapso irremediable, advirtieron expertos de la ONU al hacer público el último informe: Emisiones de gases de efecto invernadero, la semana pasada.

Contrario a los compromisos del Acuerdo de París 2015, a los que se les hará seguimiento en la COP 25, la investigación prueba que la contaminación atmosférica está disparada y que deberán multiplicarse por cinco los esfuerzos, si quiere que el aumento de la temperatura quede por debajo de 1,5 grados, respecto a los niveles preindustriales.

Fracasar en esta meta, como todo indica que sucederá, llevaría a un escenario insospechado de desgracias ambientales caracterizadas por largas sequías, inviernos insostenibles, plagas inmanejables y toda una cadena de hechos catastróficos, que amenazaría la vida de más de un millón de especies animales y vegetales en cuestión de años.

Según la investigación de la ONU, en 2018 fueron lanzadas a la atmósfera 55,3 gigatoneladas de gases de efecto invernadero por combustión de elementos fósiles, como carbón y petróleo, marcando un nuevo récord nefasto para el medio ambiente.

El pasado fin de semana, el Parlamento Europeo declaró la “Emergencia Ambiental” en su continente, como un llamado de atención a sus poderes políticos para que fortalezcan los proyectos de defensa ambiental. Reconoce la lucha de todos aquellos colectivos ciudadanos que se movilizan por la defensa del clima y un futuro sostenible para las nuevas generaciones.

No obstante el liderazgo de Naciones Unidas, el compromiso de miles de grandes empresas por una producción limpia y millones de personas, desde distintos escenarios, exigiendo freno al deterioro ambiental del planeta, las posibilidades de acuerdo mundial son casi remotas. Las iniciativas chocan con la escasez de liderazgos internacionales y la falta de multilateralismo al respecto.

El presidente Donald Trump tiene empeñado a su gobierno en sacar a EE. UU. del Acuerdo de París; China no hace pública su decisión de bajar los gases de efecto invernadero y Rusia sigue sin presentar ante la ONU su plan de reducción. Que Europa lleve a la cumbre de Madrid su plan de cero emisiones a 2050, es apenas una esperanza.

Dichas contradicciones salieron a flote ayer en la inauguración de la cumbre. El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, dijo que “solo un puñado de fanáticos niega la evidencia del cambio climático”. El presidente Sebastián Piñera, cuyo gobierno llevaba dos años preparando esta conferencia de naciones y tuvo que desistir a la misma, el mes pasado, por la protesta social que enfrenta su país, con graves consecuencias para todos los sectores, comentó que “esta COP será un punto de inflexión hacia un planeta más sano” y, Nancy Pelosi, presidenta del Congreso de EE. UU., afirmó que su país sigue firme en su lucha contra el cambio climático a pesar de las políticas negacionistas del presidente Trump.

La conferencia despegó con el apoyo a las movilizaciones masivas en defensa del planeta del último año y la promoción de una plataforma de diálogo, sensibilización y participación en la lucha contra el cambio climático, la transición justa y el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible del Milenio.

*Internacionalista. 

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