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La serie de comics sobre zombis y el apocalipsis en Bogotá

El Palacio de Justicia en llamas en un cuadro, en otro el edificio Colpatria de Bogotá cayéndose al piso. Decenas de vehículos cayéndose en un hueco inmenso en medio del piso y personas gritando, desesperadas, ante la inminencia del final.

A pesar de que Colombia ha tenido episodios peores que muchas pesadillas, estas imágenes las plasmó el ilustrador Re’em Camargo en Imágenes Premonitorias, la primera entrega de la serie de cómics El Último Día Sobre la Tierra, basados en guiones que construyó el escritor Mario Mendoza.

Estos cómics quisieron atreverse a imaginar cómo sería el apocalipsis no en Nueva York, ni en Tokio, ni en Londres. ¿Qué sucedería en la concurrida Avenida Séptima de Bogotá si el mundo estuviera llegando a su fin?

Los personajes principales de esta saga, que contará con diez tomos, son aquellos que presienten que ese final se aproxima. Cada uno con sus propios indicios, obsesiones y manías, que se hacen notorios gráficamente, habita en esos últimos días antes de que suceda eso que ellos ya dan como un hecho.

El trabajo fue arduo, al menos para Camargo tomó de 10 a 18 horas diarias de trabajo para ir puliendo el proyecto en un lapso de seis meses.

Los diez volúmenes serán ilustrados por un artista diferente aunque todo el aspecto gráfico de este proyecto es dirigido por Keco Olano, arquitecto caleño, con quien Mendoza colaboró anteriormente en la elaboración de la novela gráfica de Satanás. Además de Imagenes Premonitorias, ya está disponible el volumen 2: Están entre nosotros.

“Uno tiende a creer que el guionista elabora el mundo y que el ilustrador está en la obligación de recrear ese mundo”, señala Mendoza. “Nosotros no funcionamos así, yo elaboro el guion pero no puedo controlar la creatividad de un artista como Keco o como Re’em”.

Dice que es muy difícil tener todo el control en solitario, por más de que haya creado la historia base, “porque castras unos artistas que pueden tener una necesidad de expresión”, apunta el escritor.

“A diferencia del proceso de la novela gráfica aquí somos muchas más personas involucradas. Aquí es donde uno resalta lo que es verdaderamente un trabajo en equipo, donde cada uno aportaba”, cuenta Olano, quien estuvo a cargo de la planificación de los bocetos del storyboard. “El guion evoluciona, el storyboard y hasta las ilustraciones también”.

La idea original que planea Mendoza se mantiene, los diálogos y no hay cambios estructurales en el eje dramático, pero los ilustradores pueden tomarse ciertas libertades. Camargo, por ejemplo, propuso cambiarle el género al personaje principal de otro de los cómics que está trabajando para esta serie. “Y fue perfectamente posible”, señala Mendoza, quien volvió a reestructurar el guion tras esa idea.

COLPRENSA.

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