HOY DIARIO DEL MAGDALENA
Líder en la región

¿Nuevos aires y mejores vientos?

Doctora Virna Lizi Johnson Salcedo. Ha sido elegida Usted como primera autoridad de nuestra ciudad. Le cabe el honor para la historia de ser la primera mujer en dicho cargo por elección popular, compromiso que deberá honrar a cabalidad, bien y fielmente, como debe y tiene que corresponder a una persona cuando es de bien y dignidad tiene. Toma el relevo de dos administraciones cuestionadas por muchos en alto grado, que han gestionado la ciudad por ocho años. Adeptos en privado y adversarios en público, reconocen que en tales períodos nada de envergadura se adelantó, coincidiendo en que fue “transformada” con obras de poca monta, anarquizada, desordenada, insalubre, polarizada, nada reconciliada, insegura, con cúmulo de necesidades básicas insatisfechas, deficiente máximo de servicios públicos, ausente de zonas verdes, con falencias en infraestructura, empleabilidad, salud, educación, turismo, deporte; y sin ningún atractivo a un territorio referente de progreso nacional e internacional.

Todo sigue por hacer y mejorar, indican. El verdadero cambio está ausente y es innegable, también afirman. Tendrá que ser Usted capaz, a pesar que la tildan de lo contrario y obsecuente con su “padrino”, de escribir, ojalá con letras broncíneas, un nuevo capítulo y dejar su impronta como primera mujer elegida por el pueblo que debe liderar una importante, verdadera y urgente transformación. Le compete, sugieren, el desafío de borrar los desastres de las administraciones anteriores; y como mujer con carácter y criterio, así la percibo, introducir componentes que nos lleven por senderos ciertos al desarrollo social y humano, al crecimiento económico y al puerto seguro de una integral y totalizadora prosperidad.

Quiero imaginar desde la buena fe, que la empatía será una de las características que perfume su administración, gestión y gerencia públicas (de haberlas, ojalá en grado superlativo) que le permitan identificar las propias como reales necesidades, emociones y sentir de la ciudadanía y colectividad en general, con la sapiencia y conciliación como estandartes de vanguardia y banderas de fortaleza que sirvan para sensibilizarnos, ser y hacernos más amables con nosotros mismos y quienes nos visitan que necesitan atención y especial cuidado, el medio ambiente y su gente toda. Dotar a Santa Marta de amplias avenidas, volverla una verdadera ciudad atendiendo su vocación natural. Concebirla descongestionada en todo sentido. Insistir en su seguridad. Permitirla para la constitución en su seno de clusters productivos. Proyectarla, prospectarla, hacerla productiva, competitiva, estratégica y plena de cultura ciudadana.

Es el momento de empezar a gobernarla sin bravuconadas, prepotencia ni exigiendo genuflexiones. Acudir al consenso, hacerla vital, vibrante, atractiva para propios y foráneos. Con mentalidad de salir adelante. Hacerle entender de una vez por todas a la comunidad que debe pensar en grande, nunca conformarse como hasta hoy con cosas ni obras menores. Que es deber ciudadano ayudar a encumbrarla, consolidarla aportando desde la veeduría ciudadana y el control social bien y mejor concebidos, como superiormente entendidos y comprendidos como soportes sustanciales de lo que es u puede hacer una verdadera participación ciudadana activa. Solo así podrá tener la administración que inicia, su administración, una real empatía con el ciudadano común que somos todos. Sea el turno para empezar a construir una Santa Marta grande. Esperemos que sí con fe de carbonero, jobiana paciencia y sólida esperanza. [email protected]

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