Le dan vía libre al Ejército para que bombardee disidencias de las Farc

Si bien desde antes de la firma del Acuerdo final las autoridades tenían información de grupos de disidencias de las Farc, solo el pasado jueves el Ministerio de Defensa Nacional expidió la Directiva 037 de 2017, en la que se categoriza a estas nuevas estructuras como Grupo Armado Organizado (GAO) residual.

La nueva directriz le permite a la Fuerza Pública usar todos los instrumentos legales en la lucha, en el marco del Derecho Internacional Humanitario, lo que incluye ataques aéreos, o bombardeos, estrategia utilizada al final de gobierno Uribe y al inicio del gobierno Santos para dar los golpes más contundentes contra el secretariado de esa guerrilla.

En el documento del ministro de Defensa, Luis Carlos Villegas, impartió directrices al Comando General de las Fuerzas Militares y a la Dirección de la Policía para actuar de manera contundente frente a las nuevas estructuras que no se acogieron al Acuerdo de paz y que afectan la seguridad de los colombianos, constituyéndose en una amenaza a la estabilidad.

Se asignas como Objetivos de Alto Valor Estratégico, a los cabecillas de GAO-residual, entre quienes se encuentran Miguel Santillana Botache, alias “Gentil Duarte”, Gener García Molina, alias “John 40” y Néstor Gregorio Vera, alias “Iván Mordísco”.

Dentro de la caracterización de Grupo Armado Organizado (GAO) actualmente se encuentran también el Clan del Golfo, Los Puntilleros y Los Pelusos.

 

¿Medida tardía?

Según el censo delictivo semanal de la Fiscalía, tras la dejación de armas surgieron al menos 16 grupos que se quedaron en los antiguos santuarios de la guerrilla en el Meta, Caquetá, Guaviare, Tumaco y Amazonas. En número de disidentes llega a los 500 hombres, aunque la Defensoría del Pueblo advirtió que ya son 800 y que van en aumento.

En total hay 14 departamentos del país con grupos de la guerrilla que no se desmovilizaron o que desertaron del proceso. Los más afectados son Meta y Cauca.

Para Juan Carlos Ruiz, doctor en Ciencia Política de la Universidad de Oxford (Reino Unido) y experto en Seguridad, no existe en el Ministerio de Defensa una estrategia de reforma del sector defensa y seguridad y sólo hay un idea multimedios del Ejército más retórico que práctico.

“Mientras que en países con procesos de paz hubo reformas posteriores, aquí en Colombia no se ven planes claros a varias décadas dirigido por el Ministerio. Se sabía de tiempo atrás que los problemas de seguridad serían agudos en tiempos de paz”.

Ruiz agregó que el problema es que ya Colombia cuenta con las Fuerzas Militares más grandes del continente y no hay forma ahora de justificar su existencia en tamaño, a menos que haya un plan estratégico claro para los próximos gobiernos.

“Sin planes estratégicos claros y concretos n no se puede combatir las nuevas y antiguas amenazas como las disidencias y las bandas criminales. Se actúa al día al día sin estrategia”.

Al respecto Pedro Piedrahita, magíster Seguridad y Defensa de la Escuela Superior de Guerra (Bogotá) y doctor en Derecho Internacional de laUniversidad Alfonso X El Sabio (Madrid), precisó que es tardía la reacción de Mindefensa frente a las amenazas híbridas. Primero, porque si bien el Estado pretende categorizar como crimen residual a las disidencias de Farc, lo cierto es que este tipo de amenazas criminales no son nuevas en nuestro país. Segundo, porque queda todavía una incógnita frente a las capacidades de la policía frente a este tipo de amenazas.

“¿Con esta nueva directiva las fuerzas militares podrán tomar iniciativas frente a grupos armados ilegales que han demostrado la capacidad de superar en combate a la Policía o simplemente seguirán siendo apoyo? Otra cuestión que queda por resolver será si con esta directiva se materializa el anuncio formal del Estado de que no habrá más negociaciones con guerrillas propiamente dichas. Decir que son “crimen residual” puede ser leído como que los demás grupos armados ilegales en el país serán tratados simplemente como criminales”. El Colombiano.