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El virus chino contagioso y asesino

El nuevo coronavirus que ha contaminado en China a unas 2.000 personas y ha causado la muerte a más de 50 «no es tan potente» como el virus del SRAS, origen de una mortal epidemia en 2002-2003, pero sí más contagioso, indicaron este domingo funcionarios sanitarios chinos.

Aparecido en Wuhan (centro) en diciembre, el virus que provoca esta enfermedad pertenece al igual que el SRAS (Síndrome Respiratorio Agudo Severo) a la familia de los coronavirus, que se transmiten entre humanos y generan graves problemas respiratorios.

El SRAS provocó 774 muertos en todo el mundo (entre ellos 349 en China continental y 299 en Hong Kong).

«Por lo visto, hasta ahora, esta enfermedad no es (…) tan potente como el SRAS», declaró Gao Fu, responsable del Centro de Control y Prevención de Enfermedades chino, durante una rueda de prensa.

Sin embargo, parece que «la capacidad de propagación del virus se ha reforzado», matizó a su lado Ma Xiaowei, presidente de la Comisión Nacional de Salud.

El nuevo virus tiene un periodo de incubación de hasta dos semanas, y «el contagio es posible durante este periodo de incubación», según señaló Ma, que destaca que por ello es «muy diferente al SRAS».

Por su parte, Gui Xi’en, especialista en enfermedades infecciosas en la universidad de Wuhan, el número de contagios podría alcanzar un «tope» en torno al 8 de febrero, y después descendería.

«En estos momentos, el número de nuevos pacientes diagnosticados aumenta cada día, pero no debería pasar mucho tiempo antes de que se alcance un tope», un «giro» que podría ocurrir en torno a la Fiesta de los Farolillos (es decir, el 8 de febrero de este año), consideró, según citas recogidas por el Diario del Pueblo.

Éste también comentó que la amenaza que implica el nuevo coronavirus es menor a la del SRAS. «La tasa de mortalidad del SRAS se aproximaba al 10%, la del nuevo coronavirus está por debajo de esto (…) No hay que ser negligentes, pero tampoco entrar en pánico: los síntomas, para la mayoría de los pacientes son benignos y se pueden curar», indicó.

Gran parte de los pacientes muertos a raíz del coronavirus estaban aquejados de patologías como la diabetes, cirrosis, hipertensión arterial o enfermedades cardiovasculares y tenían más de 65 años.

CAOS EN WUHAN

Los habitantes de Wuhan, epicentro de la epidemia del coronavirus en China, describen en los hospitales un caos digno de una «película de horror», con un personal desbordado, pacientes abandonados y una espera angustiante e interminable.

La ciudad de 11 millones de habitantes está en cuarentena desde el jueves, junto a una gran parte de la provincia de Hubei, de la que es capital, en el centro del país. Y los desplazamientos en el interior del perímetro son cada vez más restringidos.

En el hospital de la Cruz Roja, varios pacientes expresaron su exasperación e impotencia a la AFP. Todos aceptaron testimoniar, pero de forma anónima, por temor a sanciones en un país donde la información está estrechamente controlada.

«Hace dos días que no duermo, y voy de hospital en hospital», afirma un hombre, de unos 30 años, con fiebre, que quiere ver a un médico. «En el mejor de los casos, me van a atender mañana por la mañana», dice.

La epidemia ha generado una psicosis en la ciudad. Muchas personas optan por presentarse a urgencias para saber si han contraído o no el nuevo virus.

En la entrada del hospital, hay una larga cola de enfermos, armados de paciencia, que se preparan para una larguísima espera, de pie o sentados en taburetes de plástico. Algunos, mejor equipados, no han dudado en traerse una tumbona.

Ante el gran número de pacientes, los efectivos parecen insuficientes: la crisis sanitaria ha golpeado justo antes de las vacaciones del Año Nuevo chino, cuando millones de trabajadores retornan a sus regiones de origen.

«Las enfermeras son muy valientes, pero la gestión es realmente caótica», se enoja una mujer de unos 60 años, que se apoya en su hijo.

Ella ha tenido la «suerte» de esperar solamente «cinco horas» antes de ver a un médico. Poco después, un anciano, con una gorra tipo Mao en la cabeza, se queja de haber perdido todo el día en vano, y por ser reenviado a su casa pues «no hay camas disponibles».

NO DAN ABASTO LOS HOSPITALES

Los hospitales de Wuhan están «saturados», admite la comisión municipal de salud al Diario del Pueblo, órgano del Partido Comunista en el poder.

Esa afluencia es susceptible además de aumentar los riesgos de contagio.

Ante esta situación, la ciudad acaba de iniciar la construcción de dos hospitales de un millar de camas cada uno, que estarán listos en el tiempo récord de menos de dos semanas.

Según la agencia Xinhua, la ciudad tiene 4.000 camas de hospital para los pacientes contaminados o los casos sospechosos.

De momento, «no hay sitio en las habitaciones, el personal está desbordado, algunos medicamentos faltan y los pacientes están abandonados a su suerte», se lamenta el hombre de 30 años que va de hospital en hospital.

Y en su smartphone muestra la foto de una paciente con asistencia respiratoria, tirada en el suelo en un corredor de un centro médico, pese a los riesgos de contagio./AFP

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