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«Querer huir de las matemáticas es como querer huir del oxígeno»

La española Clara Grima pide que dejen de decirle el ‘coco’ a las matemáticas en los colegios, que no le hagan mala fama. Su teoría es que hay que enseñarle a los niños a acariciarlas antes de hacer cualquier ejercicio. Y que además de contexto hay que buscar referencias o palabras que resulten mágicas para los alumnos.

Para su más reciente libro ¡Que las matemáticas te acompañen! hace un símil con La guerra de las galaxias (Star Wars) y explica, muy a su manera, quién tiene el poder y por qué lo adquirió en el universo que creó.

Grima, que estuvo en la reciente edición del hay Festival Cartagena, es considerada una de las grandes divulgadoras de las matemáticas y haciendo énfasis en que ellas están en toda parte y para cumplir uno de sus grandes propósitos: hablar bien de las matemáticas siempre, donde sea, con quien sea.

En la introducción del libro hace su declaración de principios: “Las matemáticas son un juego, un juego maravilloso y poderoso: son lo que tienen que ser. Son el lenguaje que describe nuestro mundo, son una forma de razonar con lógica y elegancia. Son la forma de entender nuestro universo. [Las] matemáticas han moldeado mi vida y les ha quedado bastante bien”.

¿Entonces por qué las matemáticas son el coco de varios alumnos?

Se oye mucho en la calle, en los medios de comunicación y en YouTube de gente que presume de que no sabe matemáticas y les parece muy cool. Insisten en que son difíciles y que no sirven para nada. Y lo dicen alegremente, sin filtro, sin control. Hasta los padres, cuando un hijo le va mal en esta asignatura, dicen: “no pasa nada, a mí también me iba mal con las matemáticas”.
Así muchos niños llegan al colegio y dicen que no les gustan y yo siempre les respondo que cómo lo saben si ni siquiera las han ‘probado’. A un hijo le decía que por qué no le gustaba la verdura si nunca la había saboreado.

Pero además, cuando ya llegan al colegio, se suman, al miedo y a la ansiedad, que en la escuela se siguen enseñando, en buena parte, mal las matemáticas: apelan al cálculo repetitivo, sin contexto y con la inercia de la enseñanza tradicional de la matemáticas basada en la repetición, A las matemáticas hay que motivarlas con cuestiones prácticas. Y a veces porque los maestros no tienen la formación necesaria que deberían tener, pero no es su culpa; la culpa es del sistema universitario que no invierte en su formación.

¿Y qué significa para un país esto?

Es un desastre. No hablamos del futuro, sí del presente, del ya. ¡Necesitamos niños que aprendan matemáticas! Una buena formación en matemáticas significa futuro para un país, como ocurre con Singapur, Japón y Corea del Sur, líderes en ciencia y tecnología y, por lo tanto, países ricos.

¿Qué les dice a los que afirman que no necesitan de las matemáticas?

No, difícil. Todos los días te enfrentas a problemas matemáticos, como hacer compras en un supermercado. Por ejemplo, hoy tenemos un apéndice, llamado celular, fruto de las matemáticas y va a donde nosotros estemos. Llevamos las matemáticas en la chaqueta o en el pantalón. Hoy las matemáticas controlan tu vida, sin necesidad de entenderlas, porque en ese artefacto vas dejando una huella digital que es procesada un algoritmo matemático que sabe todo sobre ti. Querer huir de las matemáticas es como querer huir del oxígeno

¿Cuál era su propósito al titular su más reciente libro: Que las matemáticas te acompañen (haciendo una alusión a La guerra de las galaxias)?

Por un símil con la película. Las matemáticas son la fuerza. Hoy el mundo es controlado por grandes empresas (Facebook, Amazon, Twitter, Google, etc) que tienen tus datos. No han necesitado de una guerra, ni de violencia ni de un ejercicio democrático en las urnas. Ellos han llegado al poder gracias al poder de las matemáticas y al diseño de algoritmos maravillosos. Y ganan mucho dinero que queda solo para ellos. Y ahí es cuando yo digo que las matemáticas te acompañen, que te ayuden a crear la resistencia, porque necesitas saber moverte dentro de ese imperio.

¿Quiénes son la resistencia?

Necesitamos de jedis que salven el mundo con matemáticas, con la creación de inteligencia artificial, con robots que, por ejemplo, ayuden a sonreír a niños con trastorno del espectro autista profundo o con matemáticas para el análisis de millones de datos de enfermedades que sirven para trasplantes de órganos o para una mejor medicación del cáncer. En fin, hay dos ‘ejércitos’ que usan la fuerza, las matemáticas, una para controlar el mundo y el otro, el más importante, el ejército de la resistencia para hacer del mundo un lugar mejor.

¿A estos símiles atribuye que su forma de divulgar tenga éxito?

Al uso de ejemplos cotidianos, a palabras mágicas como Game of Thrones, fútbol o Facebook. Así atraigo a la gente a leer algo de matemáticas. Si digo te voy a explicar del número de reproducción básico del modelo sir, pues no te apetece. Además, a mí me encantan las matemáticas y las disfruto. Si al lector nota esa emoción seguro le entran ganas de buscar mis libros. La verdad, me pena que gente se pierda de un arte humana como las matemáticas.

¿Le han servido las redes sociales a las matemáticas?
Las redes sociales son puras, puritas, matemáticas. Le explico: son grafos, objetos matemáticos hechos de punticos y rayas. Los punticos son los usuarios y las rayas son aquellos usuarios que se siguen. Justamente, estoy preparando un libro sobre este tema. Las redes además han dado para explicar, didácticamente, ciertas complejidades matemáticas en YouTube o con hilos en Twitter.

A propósito, ¿hoy no ha exceso de cifras y estadísticas para todo?

No creo que haya exceso de estadística, de hecho, está bien que manejamos datos. Así frenaremos, por ejemplo, el ultraderechismo, la xenofobia o el machismo. A través de los números se podrían combatir muchas infamias, entender por qué se originan y argumentarle a tanto radical que lo que hacen son aberraciones del conocimiento humano. La gente debería saber más a leer datos.

¿Qué tan cierto es que un matemático siempre tendrá trabajo?

De hecho, tenemos un problema: necesitamos más matemáticos porque las empresas tecnológicas y de análisis financieros los están fichando casi a todos. Ahora no tenemos matemáticos para que sean profesores y eso es un problema: las matemáticas deben enseñarla aquellos que sepan de ellas, como matemáticos o físicos.

¿Cómo debe ser un profesor de matemáticas?
Al niño hay que darle contexto, explicarle que todo lo que hace tiene matemática: desde un zapato hasta un saco. Al niño hay que darle matemáticas para que las acaricie, las manipule y las sienta para que luego haga los procedimientos.

¿Es cierto que los que saben de matemáticas son más inteligentes que los demás?

No es cierto, nadie es más inteligente por saber matemáticas. Hay matemáticos que no son tan inteligentes y administradores o cocineros que sí lo son demasiado. A las matemáticas les han creado toda serie de mitos y este es uno más.

Bogotá (Colprensa).

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