Un entronque innecesario 

Al paso que va el Estado, no solo el gobierno señora ministra de Justicia, va a tocar darles un curso de principios fundamentales y de límites en el ejercicio de un trabajo público, a quienes se convierten en sus funcionarios. Se ha vuelto tan flexible la ética profesional que todos los días aparecen casos que no deberían suceder. Pero lo más grave es que no despiertan la mínima reacción negativa que deberían generar. Parecería que el poder sobre todo si en el fondo es político, tuviera licencia para proceder a su antojo.

Dos altos funcionarios públicos, el nuevo Fiscal General de la Nación Francisco Barbosa y el también recién nombrado Contralor General de la República, Carlos Felipe Córdoba, están demostrando que no les basta el poder que ostentan sino que además son un ejemplo de quienes no logran entender las limitaciones que sus cargos les imponen. Han propiciado estos dos funcionarios un «entronque» que además se considera innecesario. El nuevo Procurador ha vinculado a su nómina oficial a la esposa del Contralor Córdoba y este a su vez a hecho lo propio con la esposa de Barbosa.

Sorprende además que estas dos personas, las respectivas esposas, hayan aceptado ser protagonistas de un caso que va a originar muchas críticas. Puede que no se logre catalogar el mencionado entronque como un acto de falta de transparencia pero definitivamente si es una falta de delicadeza de los cuatro personajes involucrados.  Es un vínculo innecesario porque se trata de dos mujeres profesionales, con trayectoria en el sector público, que sin duda encontrarían otras ocupaciones sin la necesidad de la intervención de sus conyugues. Como si no fueran suficientes sus capacidades, sus vínculos familiares y políticos, en este país de roscas, les aseguran su vinculación laboral.

La pregunta que corresponde es por qué se someten estos cuatro personajes a ser objeto de críticas que afectarán el desarrollo de sus actividades que precisamente tienen que ver con la justicia y con velar por el buen comportamiento de los funcionarios públicos. Cómo es posible que no hayan caído en cuenta de este tremendo error. Es una muestra de la forma como se está interpretando el manejo del poder en esta sociedad que ha llegado a unos niveles de corrupción que nos avergüenzan. El poder público no es infinito y no se puede abusar de él, más aún entre quienes tienen la responsabilidad de que este tipo de excesos no sucedan.

En un país tan injusto como Colombia, donde la igualdad de oportunidades es algo que debe buscar el Estado en todos sus poderes, de nuevo señora ministra de Justicia, privilegios como los que representan estos dos nombramientos cruzados, yo te nombro a tu esposa, pero tú me nombras a la mía, son una verdadera afrenta para amplios sectores de esta sociedad que no tienen posibilidad de llegar a altos cargos así tengan la preparación necesaria.

Mal hacen algunos medios en quedarse en el inmenso poder que logra tener especialmente la esposa del Contralor, hija de uno de esos políticos tradicionales que no es  el mejor ejemplo para seguir, sin analizar lo inapropiado de su nombramiento. No podemos ser tan superficiales ni tan condescendientes con el poder.

*ExMinistra de Estado