HOY DIARIO DEL MAGDALENA
Líder en la región

Acciones contra el hambre

Entre las estrategias para combatir la pobreza, está sin duda, la lucha contra el hambre, sin duda una acción humanitaria, de anclaje popular conveniente en toda transformación, además de ser una grande como enorme prioridad que ciertamente justifica toda política social. Nuestra gente pobre no es atendida como debiera, se siente devastada y como tal se percibe, más cuando en el plano de las comparaciones nota que las políticas que se adoptan sólo beneficia a quienes no lo son, como consecuencia de un sentimiento ignaro, nada sensible, terco y torpe, como si la desatención de los más no generara consecuencias funestas a futuro.

Obliga tal panorama a nuestros gobiernos, todos los esfuerzos posibles en vía a robustecer los servicios de salud, la calidad de la vivienda, el apoyo a los más necesitados sin intermediación alguna, abolir la extorsión nefasta, desvarada y muchas veces agresiva de supuestos líderes; vale decir el constreñimiento contra de los más desprotegidos, contra los consuetudinariamente abusados, contra quienes siempre, en lenguaje coloquial, siempre llevan del bulto.

Alimentación, salud y educación deben ser junto con la seguridad pública y la gobernabilidad, una garantía. Importante es educarse como gozar de los servicios asistenciales en salud y estar bien nutrido, reto que deben atenderlos sin dilaciones los gobiernos; y no administrarlos alegremente, sino actuando en la búsqueda y procura de buenos resultados donde las personas vean el beneficio inmediato, presupuestos bien invertidos, seguridad jurídica, legalidad, real división de poderes y libertad de expresión, entre otras garantías.

Benéfico para todos será siempre reconocer nuestras vocaciones, no traicionarnos en nuestras certezas, propias verdades y realidades, virtudes y posibilidades, lo cual nos construyen en lo que somos y entender que no debemos ni podemos seguir con una gente empobrecida hoy más que antes y más que nunca. Tenemos que marchar siempre hacia adelante, superar las adversas condiciones, propender por renacer desde la base con una clase que pase de oprimida a desarrollarse social y humanamente junto con las ventajas que propicia el crecimiento económico para nunca más estar inmersos en condiciones de desprotección.

Mucho ayudará en este itinerario el empresariado y las inversiones como fuente de confianza y garantía de un Estado fuerte, sin que ello signifique bajo ningún punto de vista el grandioso como inmenso objetivo de preservar la base social, de robustecer al municipio, de estructurar en mejor forma la cohesión e integración social desde la familia, lo que nos hará más sólidos, más firmes, más fuertes, toda vez que un soporte social granítico es promesa real de prosperidad. [email protected]

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