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Nueva Delhi está conmocionada por violencia intercomunitaria

Choques entre partidarios y opositores a una controvertida ley sobre la ciudadanía, considerada discriminatoria para los musulmanes por sus detractores, degeneraron en enfrentamientos comunitarios entre hindúes y musulmanes.

El olor a quemado es penetrante, las calles están inundadas por el agua lanzada por los bomberos, ennegrecidas por las cenizas y todavía sale humo de las ruinas dejadas por la violencia intercomunitaria que causó 27 muertos en los suburbios del noreste de Nueva Delhi.

Armados de piedras, sables y a veces armas de fuego, atacantes sembraron el caos y el terror desde el domingo en barrios populares de la capital india, a unos diez kilómetros del centro.

Choques entre partidarios y opositores a una controvertida ley sobre la ciudadanía, considerada discriminatoria para los musulmanes por sus detractores, degeneraron en enfrentamientos comunitarios entre hindúes y musulmanes.

«En los últimos días era tal el pánico que no podía salir de la casa. Tenía miedo que la gente viniera a mi casa, lanzara piedras y quemara los vehículos. Son capaces de todo», cuenta a la AFP Sachin Sharma, habitante hindú del barrio.

El miércoles por la mañana, ningún nuevo incidente fue señalado, pero el ambiente es pesado y la tensión palpable. La noche anterior también estuvo agitada. Encerrados en sus casas, los habitantes están a la expectativa.

De los vehículos quemados sigue saliendo humo. Algunas calles están llenas de ladrillos, carteles tumbados, pedazos de techos, que prueban la intensidad de la violencia en los tres días de guerrilla urbana.

Muchos policías están desplegados con sus pesados trajes antidisturbios. Lanzando chorros de agua, los bomberos tratan de extinguir los últimos focos de incendio que devastaron de decenas de edificios y comercios.

«Estamos contentos de que la policía haya venido por fin y patrulle las calles. En los dos últimos días, no hubo ninguna presencia policiaca», dijo a la AFP Mohammed Chand, habitante musulmán del barrio.

«Todos tuvimos miedo de morir. Veíamos la muerte de frente», agregó.

En esta zona periférica de la urbe donde residen muchos trabajadores migrantes, muchos decidieron irse para garantizar su seguridad.

Otros habitantes hallaron refugio en otras partes para escapar a una noche de terror, como la familia de Nahid, estudiante de 22 años.

«Abandonamos nuestras casas de noche. Regresamos en la mañana y vimos que la policía estaba desplegada», señala.

Durante los múltiples incidentes reportados por la prensa india, grupos armados hindúes atacaron lugares y personas identificadas como musulmanes, que gritaban consignas religiosas.

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