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Vendedores vetan el toque de queda

Preocupados se encuentran los vendedores nocturnos del municipio de Plato luego de la medida adoptada por el alcalde de Plato, Jaime Peña Peñaranda de decretar toque de queda en horas de la noche en el municipio, con el fin de proteger a la población del COVID-19.

Esta disposición tiene inquietos al grupo de comerciantes quienes aseguran que con esta determinación del mandatario local, sus ventas han bajado considerablemente y no saben como llevar el sustento a sus hogares.

Ante esta situación un grupo de personas que derivan el sustento de las ventas en horas nocturnas, abordaron al alcalde, Jaime Peña Peñaranda a la salida de una emisora local, donde el mandatario de los plateños se encontraba haciendo un llamado a sus coterráneos sobre las medidas preventivas para evitar el Coronavirus, para ponerlo  en conocimiento de la forma en la que estaban siendo afectados por el decreto del toque de queda.

Los vendedores informales quienes se dedican al negocio de comidas rápidas, jugos naturales, empanadas y refrigerios al frente del Hospital Fray Luis De León, le manifestaron al burgomaestre que la policía nacional les mando a cerrar sus negocios, sin previo aviso lo cual los dejó con sus productos sin poder ser vendidos, generando perdidas económicas a cada uno de los dueños de los puestos de ventas ambulantes.

Sobre el diálogo sostenido entre el alcalde y los vendedores informales, el mandatario de los plateños dijo que estas personas están preocupados ya que no saben cómo van a trabajar en horas de la noche a raíz del toque de queda decretado: «estás personas están muy preocupadas debido que ellos derivan el sustento de sus ventas a los alrededores del Hospital Fray Luis De León. Nosotros les informamos que vamos a revisar el decreto para ver si hay alguna alternativa para que ellos no se vean afectados”, aseguró el alcalde, Jaime Peña Peñaranda.

Estás personas que laboran  en horas nocturnas se benefician vendiendo sus productos a los familiares de aquellos que tienen a  sus parientes  internados en el centro asistencial de segundo nivel, especialmente aquellas que llegan desde otros municipios y no cuentan con un lugar donde poder recibir sus alimentos.

Los vendedores alegan que sus negocios los surten con dineros que ellos adquieren con préstamos y que de no trabajar por las noches entrarían en quiebra, sin embargo están de acuerdo con las medidas adoptadas, pero piden apoyo del gobierno local y departamental para no ver afectadas sus finanzas y no tener como mantener a sus familias.

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