Noticias de Santa Marta, el Magdalena, y el mundo!
En el momento del Ofertorio, pon sobre el altar todo lo que estás viviendo, tus sufrimientos y tus esperanzas, renovando tu ofrenda al Señor.
Por:
OSWALDO
JARAMILLO O.
En esta cuarentena, las redes sociales, radio y televisión se han convertido en herramientas básicas, y a través de éstas podemos participar de la celebración de la Santa Eucaristía.
A continuación les recomendamos ocho puntos para vivir la celebración eucarística de manera virtual pero con el debido recogimiento y preparación:
-Puedes preparar un altarcito junto al sitio donde se reunirá la familia y sugiero colocar fotos de los familiares y amigos más necesitados de la presencia de Dios. (Hay que hablarle a Dios, de la familia y no a la familia, de Dios).
-Prepara tu corazón un tiempo antes de conectarte a la celebración de la Misa retransmitida por televisión, radio o internet. Sería bueno que leyeras con antelación las lecturas de la Palabra de Dios que se van a proclamar. Valora el inmenso don que es el Sacramento de la Eucaristía, dando gracias al Señor porque te permite unirte espiritualmente.
-Si van a seguir la retransmisión en familia es muy buena ocasión para dar a los hijos una catequesis sobre cada una de las partes de la Misa. Hazlo en voz baja, para que ellos perciban que están viviendo algo sagrado.
– Cuando empiece la celebración, intenta desconectarte de todo lo demás: deja a un lado los chats del móvil, no estés haciendo otras tareas que te distraigan. Únete profundamente, con recogimiento, al sacerdote que preside, pidiendo perdón por las faltas que hayas cometido.
– Puede ayudarte a mantener viva la atención que tengas las posturas que adoptarías si estuvieras en la Iglesia. Esto ayudará particularmente a los más pequeños de la casa.
– En el momento del Ofertorio, pon sobre el altar todo lo que estás viviendo, tus sufrimientos y tus esperanzas, renovando tu ofrenda al Señor. Sugiero que pongas sobre tu altarcito unas pequeñas porciones de mercado para que haya pan para todos
– Vive con especial fervor el momento de la consagración, si es posible, poniéndote de rodillas para adorar este gran Misterio del Amor que vuelve a hacerse realmente presente cada vez que el sacerdote consagra el pan y el vino, que se transforman en el Cuerpo y la Sangre de Jesucristo. Cierra los ojos para descubrir cómo se unen el Cielo y la Tierra, todos los ángeles y los santos se postran para adorar al Señor del Universo que se hace pequeñito por Amor a nosotros.
– En el momento del Padrenuestro, acuérdate de todos tus hermanos, hijos del mismo Padre Celestial, que repartidos por toda la tierra alaban a su Señor.
– Llegados al momento de la Comunión, ponte rodillas y haz una comunión espiritual, avivando el deseo inmenso de recibir a Jesucristo en tu alma. Recita alguna de las oraciones que la piedad cristiana ha elaborado con fervor para este momento.
-Sí participan los niños, les puede ayudar mucho rezar las oraciones que el Ángel enseñó a los Pastorcitos de Fátima. Prueba a que las recen como pidió el Ángel a esos pequeños: postrados de rodillas, con la frente en el suelo.
-Contempla con los ojos de tu corazón a Jesús que te ama con locura. Preséntale en este momento todas tus intenciones y necesidades. Dale gracias por tanta Misericordia. Dile con cariño cómo te gustaría poder recibirle en la Eucaristía.
-Al concluir la Misa, agradece al Señor que a través de los medios de comunicación hayas podido participar en el Santo Sacrificio del Altar.